Acosada por Hibari Kyoya.

La decisión mas difícil

Reborn Observaba en un silencio estremecedor la foto de (...). se preguntaba a si mismo que hacer. Estaba indeciso y como si no fuera suficiente molesto con sigo mismo ¿Por que?.

El sabía a la perfección lo que su pequeña niña estaba haciendo en este momento.

Sabía que mientras el estaba en el salón de clases haciéndole compañía al idiota de su alumno, su querida y adorada niña seducía al presidente del comité diciplinar. Lo sabía mejor que nadie. ¿Por que no la detenía? es lo que no sabía responderse; la amaba tanto que no podía negarse aquello que le divertía, no importándole la integridad de los otros.

Sabía que si (...) ponía los ojos en alguien lo poseía sin esfuerzo alguno; desgraciadamente fue eso lo que le enseño ese Hitman del chupón amarillo. No se arrepentía..a veces.

Mientras los demás alumnos entraban al aula Reborn salia sigilosamente por la ventana sin despegar los ojos de la fotografía en sus manos; por otra parte Tsuna no había notado el extraño comportamiento de su tutor ya que los pensamientos de interrogantes en su cabeza le estaban dado migraña.

-Juundaime!!- pudo gritar un peli-plata que apenas entraba al salón de clases.

-Gokudera- murmuro en voz baja el mencionado.

-¿Que le sucede?- pregunto preocupado gokudera.

-No..no es nada- rió nervioso el castaño negando rápidamente con sus manos y al final se dio cuenta que no estaba la causante de su silencio. -¿Y (...)-chan?-

-Humm?- exclamo en un parpadeo yamamoto quien apenas se iba acercando- tal vez se perdio..- dijo en tono preocupado

-E..eso crees?-

-Es nueva..Tal vez sea lo más seguro-

-Jóvenes- Entro el maestro interrumpiendo la charla- siéntense y abran su libro en la página 98; cualquier ruido lo reportare a prefectura.

-Tsk..maldito viejo- bufo Gokudera.

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En prefectura una hermosa muñeca en vida rozaba la punta de su nariz en el cuello del Presidente Disciplinario. Hibari miraba el perfecto cabello castaño que tenia en su rostro haciéndole mas cosquilleo del que ya sentía; no podía articular palabra alguna, sus piernas le temblaban y su piel estaba completamente erizada.

Deseaba a esa mujer más que a nada; sería suya quiera o no. Despertaba en el una sensación de poseer hasta el último rincón de su piel, también se aferraba a la idea de convertirla en su propiedad y no dejar que nadie más la tocara.

-¿Por que respiras tan rápido hibari?- susurro la mujer con una sonrisa esbozada en su rostro. No recibió respuesta pero noto como el cuerpo de su presa se tensaba. -¿acaso te eh dejado mudo?- Siguió si escucharse nada, así que de nuevo hablo..esta vez más lentamente. -¿a caso quieres...- y separándose del cuello regreso a la cara del pelinegro acercándose a milímetros de sus labios murmuro- que te bese de nuevo?-

hibari sintió como dejaba de respirar con esa pregunta. Si, si deseaba que lo volviese a besar; deseaba esos labios sobre los suyos con desesperación. El problema es que no podía hablar.

La puerta de la oficina dio un sonido de toque, acompañada de la voz de kusakabe pidiendo permiso para pasar; (...) se separo de hibari y poniendo la mano en su hermosa cintura hablo por el.

-Entra.-dijo con el mismo tono de voz elegante que la caracterizaba.-Estaba esperando mi comida- bufo molesta cuando el pelinegro de peinado extraño había cerrado la puerta tras de sí.