Capítulo 15

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En casa...

Volvimos a las 22 horas. Lucas se fue a dormir y nos quedamos despiertos y charlamos por un rato. Un poco más tarde, Blas y yo también nos fuimos a dormir.
"Me debes algo." dijo Blas y me acercó a su cuerpo. Le di un beso corto. "Buenas noches." dije y le giré la espalda. "Te gusta provocarme, eh?" preguntó y me giró a su lado. "Más me gustas tú." dije y le besé otra vez. Entre beso y beso nos dormimos.

El día siguiente...

Hoy volvimos a Madrid. Los tres nos queríamos quedar aquí pero como que Blas tiene que trabajar no pudimos. "Mamá no te preocupes, vais a venir pronto a Madrid." dijo Blas cuando estuvimos despidiéndonos. "Por qué?" preguntó su madre confundida. "Tara y yo nos vamos a casar." dijo poniendo su brazo en mis hombros y nos sonreímos. "Qué noticia más bonita! Enhorabuena!" dijo y nos abrazó a los dos. Fuimos a despedirnos de sus abuelos y ya nos fuimos. Cogimos un taxi para el aeropuerto. Lucas estaba todo el rato dormido. Cuando llegamos al aeropuerto todo pasó muy rápido y ya estuvimos en el avión destino Madrid.

Llegada en Madrid...

Bajamos del avión y fuimos a recoger las maletas. La verdad, Blas fue a recogerlas porque yo tenía Lucas en mis brazos, aún seguía dormido. Cuando encontró las maletas fuimos a la salida. Al salir allí estuvieron unos cuantos fans y Blas se paró a hacer fotos con ellos. También habían venido Álvaro y Ana con Sonia. "Hola hermanita, qué tal el viaje?" preguntó. "Muy bien!" dije. También saludé a Ana y nos fuimos fuera. Álvaro había venido con el coche de Blas y Ana con el suyo para que haya suficiente espacio para todos. Yo senté a Lucas en su sillín infantil y le noté un poco pálido. Pensé que tenga frío y le tapé con una manta pequeña que siempre está en el coche de Blas. Entonces me senté en el copiloto. Blas empezó a conducir a nuestra casa. Álvaro nos siguió en su coche.

Unas horas después...

Lucas aún estaba dormido y casi cada 10 minutos fui a ver si ya se había despertado pero no, siempre seguía dormido. "Blas, me empiezo a preocupar por Lucas." dije. "Por qué? Qué le pasa?" preguntó empezando a preocuparse. "Está dormido desde anoche que se fue a dormir, esto no es normal." dije. Se levantó y fuimos a su habitación. Esta vez estuvo aún más pálido. Blas le acarició la mejilla. "Está frío." dijo y enseguida cogió su muñeca para ver si aún tiene impulso. En este momento mi latido de corazón corría mil kilómetros al segundo. "Aún está respirando pero muy, muy lento. Esto no es normal." dijo y lo cogió. "Vamos a traerle al hospital." dijo y corrimos al coche. "A dónde vais?" preguntó Álvaro cuando nos vio. "Lucas no está bien." dije y con esto nos fuimos porque no hay tiempo que perder. Yo me senté con Lucas en mis brazos y totalmente preocupada. Qué si le ha pasado algo grave? Qué si no va a estar bien? Qué si es mi culpa? Sin darme cuenta empecé a llorar. "No llores mi amor, va a estar bien." dijo Blas. "Y ya hemos llegado, venga." dijo y yo bajé del coche. Blas le cogió de mis brazos y fuimos corriendo a la admisión de urgencia. "Hola, cómo puedo ayudarles?" preguntó una enfermera. "Mi hijo no se ha despertado desde anoche y está demasiado pálido y frío y casi no respira." dijo Blas. "Nombre?" preguntó. "Lucas Cantó Gango." dijo. "Edad?" preguntó. "Cuatro." dijo. "Tiene alguna enfermedad?" preguntó. "No que lo sepamos." dijo. "Vale, siéntense un minuto y vamos a llamarlos en cuándo podamos." dijo. "Que lleva 'dormido' desde anoche! Cómo podemos esperar más?" Blas casi gritó a la enfermera. "Señor, hay muchos pacientes que llegan en condiciones malísimas pero todos tienen que esperar." le dijo tranquilamente. "Óigame, si esperamos más puede que le perdamos!" dijo. "Vale, voy a llamar un médico enseguida." dijo y así lo hizo. Ni un segundo después vinieron y trajeron Lucas consigo a alguna habitación. Blas y yo les seguimos pero no pudimos entrar. Yo estaba sentada aquí sólo llorando. Blas estaba caminando en el pasillo con la mirada en el suelo. De repente llegó Álvaro y corrió hacia mí. "Por qué lloras? Le ha pasado algo a Lucas?" preguntó preocupado después de abrazarme. "No lo sé Álvaro, no lo sé." dije siguiendo llorando entre sus brazos.
Un médico salió de la habitación y sacó toda nuestra atención. "Hemos encontrado la razón de su dormir largo." dijo el médico. "Está bien?" preguntó Blas. "Sí." dijo. Esto me alivió un montón. Con el saber que Lucas estaba bien se me hizo fácil respirar otra vez. "Y por qué se portaba así?" pregunté. "Es una enfermedad genética que si hay en el cuerpo, se empieza a mostrar a los más o menos 4 años. Es una forma de cáncer en cual células cerebrales no se degeneran y hacen que la sangre no pueda irrigar. Y pues, se queda en un coma ligero. Alguno de su familia o de ustedes ya ha tenido esta enfermedad?" preguntó. "Ni idea, somos sus padres adoptivos." dijo Blas. "Ah vale." dijo y miro los papeles en sus manos. "Si quieren, pueden entrar a verle. Pero no está despierto." dijo. Pasamos dentro Blas y yo ya que Álvaro decía que era mejor que pasáramos solos. Tengo miedo de que esto vaya a más la verdad. Una vez dentro me sente en el borde de la cama de Lucas y le cogí su pequeña manita, todavía estaba frío pero no tanto como antes. Blas se quedó de pie a los pies de la cama mirando a nuestro hijo muy pensativo. "Va a estar bien." susurré. "Es demasiado pequeño para que le pasen estas cosas..." dijo Blas. Estuvimos un rato más allí, yo acurrucada al lado de Lucas esperando a que despertará y Blas acariciando su cabecita. Salimos y nos encontramos con que Ana estaba allí con Sonia en brazos y sentada en una de las sillas con Álvaro al lado haciendo carantoñas al bebé. Vino otra vez el médico. "Ustedes pueden irse ya si quieren, les llamamos cuando se despierte." dijo. "Voy a quedarme aquí. Tú?" pregunté a Blas. "Yo también." dijo. "Vale, entonces esperen aquí." nos dijo con una sonrisa y se fue. Yo me senté al lado de Álvaro y aposté mi cabeza en su hombro y suspiré. "Tranquila, ya han dicho que va a ser bien." dijo con la intención de tranquilizarme.

Unas horas después...

Ana se había ido ya con Sonia. Le dije a Álvaro que también puede irse pero insistió en quedarse. Y bueno, aún estuvimos esperando a que nos dijeran algo nuevo sobre Lucas. Pero las horas pasaron y nada se cambió. De repente una enfermera vino hacía nosotros y dijo que Lucas no para de llorar el nombre de su madre, de mí. La seguimos a la habitación y aquí estuvo mi hijo llorando. Le vi y corrí hacia él y le abracé fuerte. "Mamá!" dijo. "Ya estoy aquí mi niño." susurré. "Dónde estoy?" preguntó preocupado. "Estamos en el hospital." dije. "Y por qué?" preguntó. "No te sentías bien y un médico tuvo que verte para decirnos qué te pasa." dije y le acaricié la cabeza, sonriéndole. "Podemos irnos? Quiero jugar con mis juguetes en casa!" dijo suplicándome que saliésemos. "Cariño, no sé si te puedes ir ya." dije. "Blas, llamas un médico?" le pregunté. Asintió con la cabeza y se fue de la habitación. Unos minutos después volvió con el médico con él que también hablamos antes. "El pequeño ya se ha despertado!" dijo sonriéndole a Lucas. "Sí!" dijo. "Puede irse ya?" preguntó Blas. "Ahora mismo no porque justo se ha despertado. En unas horas después de hacer algunas más pruebas, podremos decir sí o no." dijo. "Vale, gracias." dijo y se fue el médico. "No quiero estar aquí." dijo. "Nosotros tampoco queremos que estés aquí pero pasan cosas en la vida aunque no quieras que pasen..." le dijo Blas. "Pero si no me dejan ir, no me vais a dejar solo, no?" preguntó preocupándose. "Claro que no!" dije. "Muchas gracias." dijo y me abrazó del lado tanto que pudo.

A las 2 de la mañana...

Ahora también se había ido Álvaro porque mañana tienen ensayos y tienen que madrugar. A Blas también le dije que se vaya pero no me ha hecho caso y sigue aquí conmigo en la sala de espera.
"Señor y Señora Cantó." dijo una enfermera. Nos levantamos y fuimos hacia ella. "Síganme." dijo y lo hicimos. "Su hijo está preparado para irse. Pero debe descansar mucho y aquí hay una lista de informaciones detallados en que pone todo sobre la enfermedad y qué hacer en caso de si vuelve a ocurrir." dijo y nos dio la lista. "Además aquí tienen la lista de alimentos que debe tomar y los que debe evitar para el próximo tiempo." dijo y también nos dio esa. "Ahora pueden pasar a la habitación 261." dijo y sonrió. "Muchas gracias!" dijimos Blas y yo y nos fuimos a la habitación. "Mamá! Papá! Vamos!" dijo saltando cuando nos vio. "Vamos, vamos!" dijo Blas y le sonrió. Le cogió la mano y nos despedimos del médico y de las enfermeras.

En casa...

"Papá, juegas conmigo?" preguntó Lucas justo cuando entramos. "Cariño, tengo que levantarme pronto y ir al trabajo. Otro día jugamos, vale?" le dijo Blas. "Vale!" dijo Lucas sin dejarse sacar la alegría de estar en casa. "Lucas venga, tienes que dormir!" dije. "Pero aún no quiero dormir!" dijo. "Sé que nunca quieres hacerlo pero tienes que descansar mucho. Y si no duermes a lo menos acuéstate." dije. "Vale mamá." dijo y se fue a su habitación y le seguí. Le ayudé a poner su pijama y le puse en la cama. Le tapé con la manta. "Buenas noches mamá!" dijo bostezando. "Buenas noches!" dije y le besé la frente. Y ya se durmió. Me fui a nuestra habitación y se estaba cambiando Blas. "Oh perdón." dije y me fui de la habitación otra vez. "Tara, espera." dijo y yo entré otra vez. "En serio aún te da vergüenza verme cambiándome?" se rió. "Oye! No te rías de mí!" dije. "Es que es para reírse." siguió riéndose y se acercó a mí. Me dio un beso en los labios. "Te echo de menos." dijo. "Pero estuvimos todo el tiempo juntos!?" dije. "Sabes a qué me refiero..." dijo. Yo me sonrojé. Sin darme cuenta, unos minutos después estuvimos en la cama, disfrutando la existencia del otro.

Forbidden LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora