Y en la inevitable separación

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Y en la inevitable separación

Abigail pasó gran parte de la noche, organizando todos los pendientes que tenia con Arrambal Wave, hizo una carpeta con todos los eventos próximos, reunió todo el material que ellos le habían dado, no quería olvidar nada, por último toma la chamarra que un dia le había prestado Novak y que por una u otra circunstancia no había podido entregar.

Salió de su casa muy temprano, eran apenas las 7:30 de la mañana y se dirigió a la mansión Arrambla. Como lo había supuesto las cosas en la mansión estaban muertas, no se veía a nadie cerca, Abigail aprovecho para entrar a la oficina, se acercó al escritorio de Novak y ahí le puso una caja con las agendas de todos los integrantes, una carpeta de Salvio, otra de Bibi, la otra de Hunter y la última de él, dejo el teléfono celular y el radio que le habían dado, dejó su gafete, acomodó la chamarra perfectamente doblada y por último su carta de renuncia dirigida a Dinorah y a Novak, les dejo las llaves de la oficina y de la casa de Dinorah.

Abigail sabia que no era lo más correcto renunciar de esta manera, pero después de lo que le dijo Novak, no le veía mucho caso, aunque con Dinorah era otra cosa distinta, con ella hablaría en su momento, cuando ya estuviera mas instalada en su casa y no se encontrará internada.

Abigail, le dio una última mirada a toda la oficina y se fue tratándo de hacer el menor ruido posible, ya no tenía razón quedarse un minuto más ahí.

Llegó a las instalaciones del periódico a las 9:30 a.m., en cuanto entró al hall, le pidieron una identificación oficial y le dieron un gafete de visitante, adentro del periódico todo era bulla y prisa, gente iba de un lugar a otro, escritorios de un lado y de otro, llegó a una oficina con paredes de cristal y se dirigió a la secretaria que se encontraba en la entrada de la oficina.

-Hola Buenos días, soy Abigail Escalante tengo cita con el Señor Aguirre a las 10 de la mañana.

La secretaria en tono despota revisó su relog - son las 9:38, espera ahí- con cara de fastidio le señaló un pequeño sofá y Abigail se limitó a sentarse.

Después de más de una hora, llegó un señor de físico robusto y con un acentó muy norte de la Republica, de cada 5 palabras que decía 2 eran altisonantes, iba revisando unos papeles y platicando con dos personas más, su secretaria en cuanto llegó se paró de su lugar, para atenderlo. Después de una rato, las personas que lo acompañaban salieron de la oficina y por fin la secretaria le informo de la presencia de Abigail. El Señor Aguirre le hizo una seña a Abigail desde el otro lado del cristal para que ella se acercara.

Abigail tomo su portafolio, sus documentos personales y se acercó a la oficina del Señor Aguirre.

-Así que usted es la tal Abigail Escalante mmm, ya Armando me había hablado de usted, se le requería desde hace una semana.

-Si, perdón es que tenia que dejar unos..

-Si, si como sea, vaya y repórtese a recursos humanos con la Señorita Suárez, a ella le va a entregar todos sus papeles, usted va a estar en el área de Cierre, espero que sepa leer bien, por que va a tener que leer mucho.

-Si claro, perdón ¿Dónde esta recursos humanos?- Dijo Abigail, el señor Aguirre le hizo señas de que saliera mientras tomaba una llamada telefónica y su secretaria acompaño a  Abigail a la salida.

-Toma este formulario y ve al segundo piso, ahí preguntas por la señorita Suárez y ella te indicará lo demás.

Abigail tomo el ascensor, llegó a otra zona tambien llena de escritorios pero no tan ajetreada como la anterior, preguntó por la Señorita Suárez y le indicaron un escritorio hacia uno de los extremos, en una pequeña oficina.

En la travesía de la olaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora