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Después de 3 días del ataque, preparamos nuestras maletas para hacerle una visita al Tío Stan y su cabaña del misterio. Nuestros padres no se alegraron mucho de nuestra salida, pero es por el bien de todos.
Mabel y yo tenemos 16, apunto de cumplir los 17. Ya casi seremos adultos. Pero la pubertad nos a hecho bien.

Mabel ya es toda una mujer, sin nada que envidiar. Y yo...Me convertí en un imán de chicas y chicos. Aún que trae sus problemas. Pero ahora vamos en el auto bus camino a GF.

Cuando llegamos todo seguía igual o al menos así creíamos.

—¡Tio Stan!— Mabel gritó.

—¡Tío Ford!— Grite enfrente de la puerta.

Seguimos así hasta que escuche en los arbustos un susurro. Me giré levemente. Pero no había nada.

—Vaya... parece que te has hecho todo un hombrecito— Una voz resonó en ambos.

—¿Soos? ¿Eres tú?— Mabel preguntó al aire y aferrándose a mi camisa.

—¿no me reconocen?— La voz empezó a sonar cada vez más burlona.

—¿Bill?— No estaba seguro, pero era bastante familiar.

—Bingo, pino— Se escucharon unos aplausos.—¿Que te trae por aquí?—

Me negué a responder. Pero tenía buque saber lo que pasaba fuera de Gravity Falls.

—Si te preguntas del ataque de los Gnomos... si fui yo— Respondió como si nada.

—¿Por qué?— Pregunté con rabia.

—Es complicado...

Iba a responder pero un círculo se abrió en el suelo, lleno de luz que nos dejó ciegos inmediatamente.

—Pero en palabras simples...

Un chico se apareció en medio. Era rubio, fornido, de buen parecer. Sus ojos eran dorados y vestía de un traje amarillo. Empezó a caminar hacia mí lentamente, pero  seguro de sí mismo.
Cuando estuvo al frente nuestro me tomo de la cintura.

—Estoy enamorado de ti— soltó sin más.

Sentía en mi cara una sensación bastante conocida por mi.

—Y quiero una compensación por esto— me tomó por ambas manos y se acercó demasiado a mi cara.

—¿Q-Qu-e H-hac-ces— Mi nerviosismo por tal declaración, se hacía visible en mi hablar.

—Reclamo mi compensación— Bill se acercó lo suficiente como para ponerme nervioso. Y cuando estuvo más cerca. Lo hizo.

Me beso lentamente y cariñosamente. Su lengua se paseaba lentamente, sin intención de profundizar el beso. Y por unos segundos correspondi el beso, fue uno de los más grandiosos que he tenido. Sentía sus manos pasear por mi espalda, mientras que yo me aferraba en sus hombros.
Cuando nos separamos por la falta de aire, una pequeña línea de saliva nos unía.
Bill sonreía satisfecho por lo anterior y por mantenerme jadeante.

—Quiero una cita. Mañana a las 8. Te espero aquí afuera— Me soltó un poco pero no demasiado.

Y me volvió a besar. Este fue largo y apasionado.

—No llegues tarde— me soltó y se retiró con un círculo en la tierra.

Me quede procesando un poco recién lo ocurrido. Una declaración y un beso. De un chico. Demonio.

Cuando me reincorpore, levante mi vista hacia Mabel. Esta me miraba como si hubiera visto lo más tierno del mundo.

—¿Mabel?— hable nervioso

—¡Tienes una cita!— gritó espontáneamente.

El rojo subió lentamente a mis mejillas.

—¿Eso fue lo que yo creo que vi?— La voz de un hombre se hizo notar.

—Así es... Ford. Al parecer un demonio se "enamoró" de nuestro sobrino— Stan se quedó boquiabierto.

Me gire y los vi. Aún sorprendidos. Al parecer venían del supermercado.

—¿Vieron todo eso?— Mabel pregunto ilusionada.

Ambos asistieron.

Cuando por fin entramos. Me sentaron en la sala y empezaron a hablar.

—¡No puedo creer que aceptaras una cita con ese demonio!— Ford me gritó.

—¡ y más encima se besaron! ¡Se besaron!— Stan golpeó la mesa con el periódico.

—No lo elegí yo... ¡el me beso!— Respondí en mi defensa. —Aparte el fue el causante de los ataques.—

—¿Ataques?— Ford habló curioso

—Los ataques no sólo ocurrían en GF, ¡nos persiguieron en California!— Mabel hablo.

—Aunque si lo pones de ese modo, Bill suena como un niño que quiere llamar la atención de la niña que le gusta— Soos apareció comiendo papas.

—¿A qué te refieres?— Pregunté.

—Puede que los ataques sean para llamar tu atención. Solo que en vez de tirarte el cabello, te envía Gnomos asesinos—

Y cuánta razón tenía.

Te extraño Donde viven las historias. Descúbrelo ahora