CAPÍTULO 24

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Ha pasado más de mes y medio desde que Styles dejó de hablarme. ¿Cómo se ha podido torcer todo tanto? Le rechacé para que pudiésemos seguir siendo amigos, no para que me diese carpetazo. Las primeras semanas tome su desprecio hacia mí como causa del rechazo. Algo normal. Después pensé que era causa del estrés de los exámenes. Ahora ya creo que me odiará durante toda su vida si no lo arreglo. Pero es que no tengo forma de arreglarlo. Cada vez que intento hablar con él, se va y empieza a hablar con otra persona o se pone la música en los cascos a todo volumen para no tener que escucharme.

En los últimos tres conciertos de '5 STYLES' ha pasado de mí como si de piedras se tratase y ha decidido que yo ya no formo parte del grupo. Así que como es el mandamás, no puedo entrar en el backstage y me toca quedarme junto a todas las fans locas a las que se les caen las bragas cada vez que Styles, Mike y Connor salen al escenario. Mi único consuelo es Bonnie, que viene conmigo a algún concierto. El problema es que desde que Mike y ella rompieron solo viene para despotricar contra él y el concierto pierde su gracia. No sé qué es peor, si el remedio o la enfermedad.

Hablando de '5 STYLES', el grupo cada vez es más famoso. De hecho, hemos (o mejor dicho, 'han') conseguido actuar en sitios más importantes que en los bailes de instituto y en unos días tocan en el Brighton Music Hall. Las entradas se están comenzando a agotar. Todos menos Styles dicen que es gracias a mí. Él solamente dice que yo fui útil en un par de canciones. Le ignoro, porque sé que no lo cree de verdad.

Hoy estoy intentando arreglar las cosas, porque Abigail ha insistido. Así que, aquí estoy, en frente de la puerta del cuarto de Styles con una patética caja que contiene sus magdalenas favoritas (hechas por mi madre) y una disculpa tan patética como la caja. He estado a punto de llamar varias veces, pero creo que tiene compañía. La puerta está entornada y se oyen risitas y voces. Lo cierto es que no quiero saberlo. Hoy vengo decidida a decirle a Alex que le mentí y que estoy enamorada de él hasta las trancas, pero el simple hecho de pensar que puede estar ahí dentro con otra chica hace que se me revuelvan las tripas y me duela el pecho. Decido irme. Si le veo con otra se me partirá el corazón y, después de varios meses sin él, no estoy dispuesta a recoger los pedazos que queden. Me doy media vuelta para irme justo cuando la puerta se abre un poco más a causa del aire y oigo la voz de Styles. Sus palabras hacen que me entren náuseas y que los ojos se me llenen de lágrimas.

-Ojalá nunca la hubiera besado. Fue la peor decisión de mi vida. Estoy tan harto de ella. Es que Jackie es...

Sus palabras se me clavan como cuchillos y siento que no puedo respirar. Dejo de escucharle. No puedo seguir escuchándole. ¿Está harto de mí? Apoyo una mano en la pared y camino hacia las escaleras. Estoy a punto de bajar cuando oigo una risa femenina procedente de su habitación que hace que un ataque de ira inunde cada centímetro de mi cuerpo. Malhumorada, doy media vuelta y me dirijo a su habitación. Sin pensármelo dos veces llamo a la puerta y espero a que me abra. Styles parece confundido al verme. Sale de la habitación y deja la puerta entornada para que no pueda ver lo de dentro. Que no se haga el tonto. Sé que hay una chica ahí dentro.

-¡Jackie! ¿Qué haces aquí?

-¿Puedo entrar?-Pregunto en un susurro. No tengo fuerzas. Estoy cansada y la voz de mi cabeza solo me pide que vea quién es la chica que hay en su habitación.

Sé que estoy llorando, pero no me importa. No puedo más. Styles se queda boquiabierto al verme. En su cara se puede ver arrepentimiento, pero no me lo trago

-No, será mejor que no. Podemos hablar abajo si...

No puede terminar la frase. Una chica sale de la habitación en ropa interior y me quedo mirándola horrorizada. Es Alison Rivers. No puede ser. No puede haberme hecho esto. No, no, no.

-¿Qué pasa aquí?-Pregunta con voz sensual. La odio. Definitivamente. Voy a matarla. Solo quiero estrangularla. La odio. Miro a Styles y veo que la está mirando. En su cara puede notarse una pizca de sorpresa.

-¿Pero qué...?-Empieza a decir. No le dejo acabar. Estoy tan enfadada que cojo lo primero que pillo, en este caso una magdalena de las de la caja, y se la lanzo con todas mis fuerzas. Sé que suena ridículo, pero estoy tan enfadada que solo quiero hacerle daño.

-¡¿Cómo has podido?! ¡No me lo puedo creer, Alex! ¿Cómo eres tan idiota?-Me trago mis propias lágrimas. Le tiro otra magdalena y le doy en el brazo.-Entendía que no quisieses hablarme, de verdad que sí. ¡Pero esto... esto...! No sé ni que decir. ¡Encima con Alison! Yo, yo... Dios, ¡lo has estropeado todo! Dices que estás harto de mí y que... y que...

-Jackie, eso no es...-Styles intenta decir algo, pero no le salen las palabras. No sabe cómo excusarse. No necesito excusas. Le odio.

-¡CÁLLATE, NO TE ACERQUES! Yo... ¡JODER, ESTABA COLADA POR TI! ¡TANTO QUE DOLÍA! Y NO TE LO DECÍA PARA QUE NO FUESE POSIBLE PERDER NUESTRA AMISTAD. Pero ya te has encargado tú... Tirándote a la chica que más odio, quejándote de nuestra amistad, alejándote de mí... Estoy enamorada de ti, Alex. Pero ahora mismo lo último que quiero es estar cerca de ti.

Suelto la caja y ésta cae al suelo con el par de magdalenas que quedaban en su interior. Me tiembla el labio. Me alejo aún más de él y empiezo a correr. Necesito salir de este edificio. Necesito que me de él aire. No necesito a Styles. Ya no.

Llego a casa hecha polvo. Mamá se queda mirándome preocupada pero no dice nada. Sabe lo que ha pasado. Ella hizo las magdalenas y la cosa solo podía acabar de dos maneras. Entro en mi cuarto y me meto en la cama. Ni siquiera me quito la ropa que llevo puesta. Solo los zapatos. No me muevo, me quedo quieta queriendo no sentir nada. Absolutamente nada. En estos momentos solo quiero morirme. Tengo el corazón destrozado, la cabeza me va a explotar y me entran náuseas cada vez que pienso en Styles y Alison. ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?

No sé cuánto tiempo me paso ahí tumbada, pero desearía no volver a salir de mi cama nunca más. Sé que mamá ha venido dos veces a traerme algo de comer y que he dormido mucho, así que debo llevar aquí desde anoche a la hora de cenar hasta hoy al medio día. Pero no me importa. No tengo fuerzas para levantarme.

Me levanto solo para ir al baño. Esa es mi ruta. Cama-baño-cama. No hago más. Mamá ha llamado al instituto diciendo que estoy enferma, lo que es perfecto porque no sería capaz de ir a clase sin echarme a llorar. Y ella lo sabe. De hecho, mamá es una experta en corazones rotos. Dice que tuvo cuatro novios antes de conocer a mi padre y dice que todos esos noviazgos acabaron de pena. Dice que la abuela la mandaba al colegio aun así y que todos se reían de ella por las pintas que llevaba. Me consuela que ella lo acabase superando y que conociese al hombre de su vida. Pero es que a mí no me han dejado, a mí me han roto en pedazos. Mi mejor amigo me ha roto en pedazos que no veo posible volver a juntar. Yo no necesito conocer al hombre de mi vida, necesito que todo vuelva a ser como antes y que Alex no se haya acostado con Alison y que Alex no me haya dicho que le gusto y que Alex siga siendo mi amigo...

Me paso dos días en la cama y creo que en uno de ellos Styles viene a verme. Me parece oír su voz. Pero mamá le grita de todo en francés y lo manda a paseo. Menos mal que mi padre es el prudente en este caso y le dice educadamente que no quiero verle y que se vaya. Tengo el buzón de voz del móvil lleno y el número de mensajes sobrepasa los cincuenta. Me da igual. No pienso leerlos. Sean de quien sean.

Estoy rota.

Destrozada.

Al final resulta que sí que existe una Jackie llorona. Y esa es la Jackie rota y destrozada. No es patética, simplemente la han roto.

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5 StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora