CAPITULO 18

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-¿Dónde está tu mecha? ¡¿DÓNDE ESTÁ LA MECHA DE JACKIE?-Abigail no deja de mirarme el pelo. Los demás se ríen. Hemos quedado a tomar algo Connor, Sam y su nuevo y primer novio, Bonnie, Abigail, Mike y yo. En realidad también habíamos quedado con Styles, pero no aparece por ninguna parte.

-Me la quité en Navidad. Mi abuela me dijo que me daba veinticinco dólares si me la quitaba.

-¿Vendiste tu identidad por veinticinco míseros dólares?

-Mmmmm... Me da que sí.

Todos nos reímos y pedimos una tanda de chocolate caliente. El camarero le guiña un ojo a Abigail cuando nos sirve y ésta se pone colorada. Sonríe y me mira emocionada cuando él se marcha.

-¿Qué ocurre?

-Llevamos así toda la Navidad. He venido casi todos los días y siempre es así de atento. Me tiene loquita. Ayer me dio su número de teléfono y le he invitado a venir al concierto de mañana por la noche.

-¡Eso es genial!

-¿Vendrá Miles?

-Aún no se lo he dicho.

-¿Por qué no?

-Styles y él no se llevan muy bien...

-Hay que ver con Styles... Hablando del rey de Roma...

La puerta de la cafetería se abre y junto a una helada ráfaga de viento aparece Styles cargado con paquetes envueltos de preciosos papeles de colores. Ya no tiene que llevar las muletas, así que puede andar con facilidad. Todos le miramos con curiosidad hasta que se sienta junto a Connor y le pide al camarero otro chocolate.

-¿Nos vas a decir ya qué llevas ahí?-Pregunta Bonnie impaciente.

-Son vuestros regalos de Navidad.

¡Mierda! Yo solo tengo regalo para Styles... Mierda. Bueno no pasa nada. El resto parece no tener nada tampoco. Respiro aliviada. Styles reparte los paquetes y todos reciben algo menos yo. No digo nada, pero mi cara muestra mi confusión.

-El tuyo te lo doy luego.-Styles me guiña un ojo y sonríe mientras los chicos abren sus paquetes. Thomas, el novio de Sam, tampoco tiene regalo, así que no me siento tan abandonada.

Styles acierta con todos los regalos. A Abigail le regala un top negro con lentejuelas muy de su estilo, a Bonnie un libro de la Antigua Grecia, a Connor y a Mike unas camisetas de los New York Knicks y a Sam un videojuego de no sé qué fricada.

-Con tantas compras no te debes haber aburrido mucho en Nueva York...

-Lo cierto es que no me aburrí. Solo desee morir un par de veces.

Me echo a reír y sigo caminando por la calle. Aún no nos hemos dado los regalos y tengo que admitir que estoy emocionada. Parezco una niña pequeña esperando a que venga Santa Claus. Intento que no se noten mis ganas de regalos y me coloco bien el gorro para que me tape las orejas.

-Sé que te mueres de ganas por abrir mi regalo.-Dice convencido y me da un empujón cariñoso. Bufo.

-¡Qué va! Seguro que con tu originalidad me habrás traído una camiseta XXL en la que pone 'I ♥ Nueva York'.

-¿Cómo lo has adivinado?-Chasquea la lengua y finge estar decepcionado. Después se echa a reír y sonríe.-No, en serio, te va a encantar.

-Cruzo los dedos.

Llegamos a su residencia diez minutos más tarde. No podía cargar con todos los regalos así que los míos se han quedado en su habitación. Mientras que yo, por el contrario, llevo todo el día cargando con sus regalos de Navidad. Pero no me quejo. De hecho, me encanta verle mirar de reojo de vez en cuando las bolsas que hay en mi mano y acercarse a mí para ver si alcanza a visualizar lo que hay en el interior del paquete. Subimos a su planta y se da cuenta de que tiene que bajar a firmar unos papeles a la recepción, ya que tiene que avisar de que va a seguir viviendo aquí durante el tercer trimestre. Se disculpa, me lanza las llaves de su cuarto y me dice que me ponga cómoda, que él no tarda nada.

5 StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora