Capitulo 5

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.Lo que quedó de camino no hablamos. Él solo se preocupaba de manejar y yo de admirar el hermoso paisaje que pasaba con menos velocidad que antes. Todo el lugar era maravilloso, los árboles, las flores, el césped perfectamente cortado, todo. No sé a qué lugar nos dirigíamos, pero sin duda tenia que ser uno muy lindo. Estaba un poco nerviosa, no le había avisado a George que me iba y mi móvil había muerto. Era genial, ¿no? El cielo empezaba aclarar, por lo que suponía eran las seis de la mañana, quizás. Habíamos salido de la fiesta como a las doce o una de la madrugada, no estoy muy segura.

—¿Hacia donde vamos? —rompí el hermoso silencio que se había formado minutos –tal vez horas- antes, ya no sabia donde estábamos, pues habíamos salido de la ciudad.

—Te dije que no te lo diré, Kassandra. Por favor, no insistas —su voz sonó mas tranquila y suave, por lo que me despreocupé y deje que me llevara donde él quisiera, pero antes...

—¿Me prestas tu móvil? —pregunte con voz inocente. Frunció el ceño y me miro unos segundos.

—¿Para qué?

—Veras, no le avise a George que me iría a casa y puede, solo puede, que esté preocupado.

—Está bien —rodó los ojos y me entrego el móvil. Marqué el número de mi casa y al tercer tono contestaron.

—Pensé que nunca llamarías, Kassandra —responde mi primo enseguida. Mi ceño se frunce, ¿Cómo sabia que era yo?

—¿Cómo has sabido que soy yo?

—Oh, ¡eres tú! —Grita— Bueno, veras... han llamado aproximadamente diez personas y a todas le he dicho lo mismo.

—Así que no sabias que era yo.

—Exacto, querida prima. ¿Dónde mierda estas? Mi tía me quiere matar.

—Lo sé, por eso te llamo. ¿Podrías decirle que me estoy en casa de Camila?

—Solo si prometes algo...

—Suéltalo.

—Tienes que presentarme a esa tal Camila. —maldito mujeriego, siempre queriendo que le presente a mis amigas.

—Hecho.

—Bien, adiós. Te quiero, boba.

—Y yo a ti, George. —puedo ver como los nudillos de Felipe se ponen blanco por la fuerza que ejerce.

—Oye...

—¿Qué quieres? —Pregunte, aburrida de seguir hablando con él.

—¡Usa protección!

Lo último lo dijo tan fuerte que Felipe escucho y soltó las carcajadas al instante.

—Vaya novio que tienes —dice con burla. Ruedo los ojos y respondo.

—No digas eso si sabes que no es mi novio.

—Con qué no es tu novio, eh.

—Déjate de joder, Felipe —dije cabreada—. Sabes perfectamente que George es mi primo.

—Lo sé.

Su sinceridad me sorprende, de verdad. Pasamos unos minutos sin dirigirnos la palabra, pero noto cuando me mira y sonríe. Sé que me quiere hacer enojar, pero no caeré en ese estúpido juego.

—Kass, saca un pañuelo y ponlo en tus ojos —pide. Reacciono y lo miro al instante. ¿Está loco?

—¿Qué?

Solo amigos (Nueva Versión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora