Parte I: El cielo en tus ojos.

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-Me niego, no pienso deciros nada, no me interesa ayudar a la clave que de igual manera nunca han hecho nada por mi y no hablo solo de vosotros, me refiero también a sus antepasados.- Los ojos de gato del brujo brillaban y parecían echar chispas de desprecio.

-La clave solicita tu ayuda, si te niegas se te considerara un enemigo y así, si te podrás olvidar de cualquier favor de la clave. No te afectará en nada darnos alguna pista sobre Camille Belcourt, si es que es cierto lo que dices de no tener nada que ver con la vampira.- Era un alto cazador de sombras, quien hablaba. Llevaba grabadas en su piel diversas runas oscuras entre ellas una para la visión ya que era de noche.

Magnus, lo miraba receloso y pensativo. Era cierto que no quería enemigos, pero tampoco le agradaba hacer favores gratis y aunque la clave le pudiera pagar, simplemente no le agradaba la idea de ayudarlos. Por donde quiera que mirara se ganaría enemigos, Camille era muy vengativa y si se llegaba a enterar de que ofreció información sobre ella, se iba a molestar mucho.

-Esta bien, pero necesito tiempo antes de hablar, deberé tomar algunas precauciones, como mínimo necesito un mes- En realidad quería ganar tiempo, quizá en ese lapso ya supieran algo de Camille sin necesidad de que el les ayudara.

-La clave aceptará solo por que eres un brujo de renombre, ademas de no dejarnos opción, pero como tu Magnus Bane, nosotros también tenemos unas condiciones para cerrar el trato. Un cazador de sombras deberá ir siempre con tigo para que no intentes nada fuera de lo normal, durante ese mes que pides seras casi un prisionero, pero con muchas comodidades, tómalo como un favor de la clave.

Magnus no tomo mucha importancia al comentario del Nephilim y concluyo antes de aceptar acompañar al cazador a Idris, donde se asignaría su guardián:

-No esperaba mas de vuestra clave de la se sienten tan orgullosos los Nephilim, pero la única manera en que acepte será si yo elijo a mi guardián, no vaya ha ser que tenga que vivir con un tío aburrido durante un mes... y otra cosa viviré de igual manera en mi apartamento sera tu colega quien tenga que mudarse no yo.

-Tus condiciones son razonables y podemos cumplirlas, ahora deberás acompañarme a Idris hijo de de Lilith. Mañana podrás escoger a tu Nephilim favorito, si eso es lo que quieres- El cazador parecía divertido con las condiciones del brujo, pensó que seria mas estricto.

Ambos cazador y brujo se dirigieron a la hermosa ciudad de Idris, llegaron alrededor de la media noche. Cuando fue por la mañana Magnus todavía dormía, hasta que un rayo de sol entro por la ventana he impacto en el el delineado oscuro de sus ojos y la purpurina que llevaba puesta pareció brillar más de lo común. El pequeño cuarto de huéspedes olía limpio y a jabón, Magnus deseo bañarse pero no le dio tiempo por que una hermosa cazadora de sombras estaba en su puerta mirándolo.

-Debes acompañarme, ya están listos y listas tus opciones para que escojas quien te vigilara y acompañara mientras te decides a decirnos lo que sabes.- La chica hizo un gesto con la mano para que el brujo la siguiera y este lo hizo.

Llegaron a una enorme sala finamente decorada con símbolos de runas he imágenes del ángel Raziel, estaba llena de cazadores de sombras, todos de diferentes edades y géneros, parecían impacientes pero con un semblante digno de un guerrero.

-Ahora debes elegir- y la chica se sumergió entre la multitud perdiéndose en ella, llego hasta un grupo de muchachos y muchachas que la saludaron:

-Hola Izzy- Dijo un joven de rubios cabellos y facciones marcadas, pero al mismo tiempo delicadas como un ángel.

- ¡Hey! Jace... a quien crees que elija el brujo.

- La respuesta es demasiado obvia- y el chico se acomodo los delgados hilos dorados que caían de su frente por detrás de la oreja- Me elegirá a mi, le resultare excesivamente atractivo he interesante.

Isabelle puso los ojos en blanco, a pesar de que Jace era casi su hermano, no se terminaba de acostumbrar a su elevado autoestima y arrogancia sarcástica.

Magnus caminaba entre la multitud diciendo una y otra vez: - demasiado viejo, muy joven, aburrido, escandaloso...- Estaba aburrido, no había nadie que realmente llamase su atención. Paso por donde Izzy y Jace, no les tomo mucha importancia hasta que vio un joven junto a ellos parecía distraído he ingenuo y un poco descuidado al igual que el brujo que no se había bañado y llevaba aun una bata y un alborotado cabello negro. Le pareció perfecto y entonces se dirigió donde estaba el chico y dijo en voz alta.

-He tomado mi decisión, lo elijo a el- La mirada de Magnus se torno divertida y señalo donde estaban Jace, Izzy y el chico.

-Te lo he dicho Isabelle, me eligió a mi aunque debo confesarte que me sorprende un poco- dijo Jace y se notaba su cara de triunfo.

- A ti no, al de los ojos azules- y la mirada divertida de Magnus se convirtió en una juguetona y despampanante mirada de gato que ha visto su juguete favorito.

-Alec estaba impactado, de todos los sorprendentes cazadores de sombras de la sala ¿Por que lo eligió a el?, incluso pensó, que Jace era definitivamente una gran opción y lo tenia a la par, pero el brujo lo prefirió a el y aun mas a que hombre no le gustaría tener la compañía de una mujer como Isabelle, pero ella era su hermana, el sabia que era hermosa, pero el no era el indicado para juzgar la belleza femenina.

Alec trato de que no se notara su nerviosismo al hablar, ya que lo ponía muy nervioso la manera en que lo miraba el apuesto brujo, dijo:

-¿Y... yo? - No lo pudo evitar, le costo hablar el brujo le sonreía y lo miraba como si nunca hubiera mirado a nadie de aquella manera.

- Si, tu vendrás con migo, a mi apartamento, vivirás junto a mi un mes hasta que arregle unos asuntos para poder ayudarlos con lo de Camille.

Alec se había sonrojado cuando oyó que acompañaría al brujo a su apartamento y se sintió estúpido por no poder fingir mejor una reacción normal, como la tendría cualquiera... pero no el y luego de un momento solo dijo:

- Esta bien... iré a por mis cosas- Alec no podía creer como lo había afectado la sonrisa y mirada del brujo estaba sumido en sus pensamientos hasta que oyó decir al hijo de Lilith:

-Deberías decirme tu nombre, vamos a pasar un buen rato juntos y no quiero solo llamarte Nephilim.

-Alec... dime Alec- y este salio con paso apresurado de entre la multitud, quería que se lo tragara la tierra, sabia que Magnus noto que lo puso nervioso y esa idea no le gustaba.

Entonces Magnus grito entre la multitud:

- ¡ ALEC, ME GUSTAN TUS OJOS... ME RECUERDAN AL CIELO!

Alec quiso morir en ese instante todos los cazadores lo miraron, pero supusieron de inmediato que solo fue una broma del brujo, así que no le dieron importancia, pero el si, las palabras de Magnus lo sonrojaron mas de lo que estaba y ahora era torpe caminando. Al llegar a su cuarto, Alec se tiro en la cama y coloco sus manos en la cara y no paro de sonreír como un tonto por al menos unos tres minutos.

MALEC (Enamorado de mi prisionero.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora