Parte VII: Una propuesta.

2.8K 213 23
                                    


-Qué deseas, estoy ocupado... Nephilim.- Aunque Magnus no sabía de quien se trataba, era evidente que era un cazador de sombras. Runas y aquel traje negro se lo decían.

-Vengo por Alexander, la clave a cambiado sus prioridades y Camille ya no es tan importante... surgió algo nuevo.- dijo Robert sin mucha emoción.

-Vale, pero por qué simplemente no le enviaron un mensaje a Alec, ¿Para que necesita que otro Nephilim venga por él?.- Magnus, estaba inquieto, ya casi era la hora que la vampira había marcado para su encuentro, pero no solo era eso. Se querían llevar a Alec, iba a irse he iba a ser muy difícil que se lograran ver de nuevo si eso pasaba.

-Yo no soy otro "Nephilim", como tu dices, yo soy...- En ese momento Alec, quien no sabía que había alguien en la puerta, comenzó a gritarle cosas a Magnus desde la habitación:

-Magnus, cuando me basaste en aquel bosque en Italia... sabes, yo te pare por que...- hubo una pausa y antes de que Alec comenzara a hablar de nuevo, Magnus, saliendo del congelamiento que le produjo que Alec, hablara de más, sin saber que había uno de los suyos en la puerta, el brujo consiguió decir:

-Calla, estás alucinando, era la rubia... ¿Recuerdas?, la italiana, Marie.-

Magnus era rápido he ingenioso y mirando a Robert con una sonrisa de lado le susurro, como para que Alec no escuchara:

-No debí darle esa droga de las hadas.

-De que hablas.- Y Alec llegó a zancadas donde Magnus, y cuando miró al visitante, se puso pálido como el invierno y sintió como si fuese a caer de rodillas al piso, pero se mantuvo firme y dijo:

-¡Ah!, Marie... claro.-

-Espera, sacaré esa droga alucinógena de tu cuerpo.- Y Magnus hizo aparecer llamas azules entre sus dedos y las paso rápido sobre Alec.

Todo, era solo un vil acto de teatro para confundir al Nephilim. Robert miraba todo aquello un tanto ajeno, por un momento pensó que Alec había estado hablando en serio, pero empezó a creerse el cuento de la droga. Y si no lo creía, se obligaba a hacerlo, era imposible que Alec hablara de manera tan natural sobre un beso con un brujo. Pensó el Lightwood.

-Padre, -¿Qué haces aquí?, ha pasado algo, están todos bien.- Alec trataba de sonar natural y serio. Sus manos sudaban un poco y le costaba dirigir la mirada a su padre.

-La clave ya no necesita que vigiles al brujo.

A Alec, no le sorprendió que su padre sonara cortante, siempre había hablado de aquella manera, pero había algo en aquella mirada, era diferente, algo de duda.

-Iré a Idris en cuanto termine un asunto.- Su tono era decisivo y agregó:

-Padre, ¿Por qué has venido personalmente?

-Fue una casualidad, tu madre me dijo que tu misión había terminado... yo estaba cerca, así que pensé que podríamos ir juntos a casa.

-¡Oh!.- Alec miró a Magnus y luego a su padre. No sabía que hacer, por un lado eran muy pocos los momentos los que lograba compartir con su progenitor y por el otro, había pasado muy poco tiempo con Magnus y también estaba la cita con Camille.

Magnus, sin mirar a nadie en específico y dirigiéndose a la sala dijo:

-No importa, le explicaré a Marie que tuviste que marcharte, ella entenderá.

-¿Marie?- replicó Robert, el nunca había conocido una sola novia de Alec, y por ello se sintió muy curioso al respecto.

-Solo una cita.- dijo Alec, con tono apagado.

MALEC (Enamorado de mi prisionero.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora