Parte IV: Un cambio.

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Alec entro y vio que el lugar estaba repleto de subterráneos, pensó que lo estaban mirando a el pero se dio cuenta que en realidad era a Magnus. Todos lo saludaban con gestos y algunas con besos en la mejilla y miradas provocativas a lo que Alec se molesto pero no quiso demostrarlo, no en frente de ese montón de gente.

- Alec, no te preocupes son solo amigas y otras ni siquiera se quienes son.

- No me importa, no somos nada- le replicó Alec.

Magnus parecía herido, hasta ese momento Alec le había parecido muy amable y lindo, creyó que era tierno y sensible, al menos así fue cuando estuvieron en el carruaje solos, no entendía a que venía ese cambio tan repentino de actitud con el.

-Alec, si te sientes cansado y por eso te comportas así, yo puedo llevarte a tu habitación para que duermas, y si es por la fiesta me encargare de que todos se vayan si eso quieres- le dijo el brujo con mirada comprensiva.

- No, si los sacas solo odiaran más a lo Nephilim, solo dime donde dormir.- Alec aunque parecía cansado, lo único que quería era alejarse del escándalo.

- Esta bien - y Magnus beso su frente, a lo que Alec reacciono asustado y mirando hacia todos lados para asegurarse de que nadie hubiera visto eso, le dijo: - No lo hagas.- le espeto bruscamente al brujo que estaba confundido.

- No entiendo, hace un rato querías un beso y ahora parece como si me odiaras a que va todo esto Alexander, acaso estas jugando con migo o que te sucede. Sabes que... puedes dormir en cualquier habitación que hay en aquel pasillo.- lo señalo y se perdió entre el gentío.

Alec solo lo miró marcharse. Le había dolido que se fuera de esa manera, pero sabía que lo merecía, después de todo Magnus solo era lindo con el.

Caminó por el pasillo y entró a en cada uno de los cuartos, todos estaban desordenados y en todos había ropa tirada y las sábanas mal acomodadas. Alec no pudo adivinar cual era la habitación del brujo, así que sin pesarlo se instalo en el primero que se le ocurrió y se acostó. Quedo profundamente dormido.

Magnus estaba molesto y triste. Se encontraba tirado en un sofá observando como todos se divertían, se quedo así durante algún tiempo hasta que vio una figura familiar entre los que bailaban.

-¡Camille!.... pero que demonios, que haces aquí- le gritó Magnus y se levanto rápidamente y camino a grandes zancadas hacia ella.

- ¡Ah! Magnus, sigues siendo hermoso, como te recordaba- y soltó una risita al aire. - Me enteré que piensas revelar algunos de mis secretos a la Clave, pero déjame decirte que si lo haces, tu nuevo juguete será quien sufra mi ira.

Ya estando cerca Magnus se dio cuenta de que solo era una proyección.

-Con que se trataba de eso- soltó Magnus- ¿Estás celosa?

- No le des mucha importancia a eso, tenemos toda la eternidad, mi querido brujo... pero no si la Clave me atrapa, por eso he venido a advertirte. - Y Camille desapareció.

Magnus ya estaba cansado, había tenido un día pesado, por lo que se dirigió a su habitación que estaba oscura y se enrollo en las cobijas. La cama era grande por lo que no había notado que había alguien junto a el hasta que sintió el movimiento de alguien que está a punto de despertarse. Magnus se quedo muy quieto y cuando supo que su acompañante volvía a dormir , se movió lentamente hasta poder ver quien era. Aunque ya lo sospechaba, confirmó que se trataba de Alec.

A Magnus se le dibujo una sonrisa en el rostro y había olvidado lo grosero que fue Alec con el, en el preciso momento que miró su rostro angelical tan tranquilo, solo durmiendo. Luego de un rato de observarlo se quedó dormido junto a el.

El sol brillaba y entraba por la ventana del cuarto de Magnus, un rayo cálido alumbro el rostro de Alec quien despertó poco a poco. El se dio vuelta en la cama y chocó con el brujo, quien se despertó inmediatamente con sus felinos ojos puestos en el.

-¿Qué haces aquí... con migo?- le dijo Alec asombrado de haberse despertado con Magnus, quien le dijo:

-No recuerdas todo lo que hicimos anoche... Alec- dijo Magnus quien apoyaba su cabeza en una de sus delgadas manos, su sonrisa era pícara y su mirada juguetona.

Alec, se sonrojo y abrió sus ojos en dirección al brujo. -¿Qué hicimos.... Magnus? acaso...

Magnus se acerco al rostro de Alec y le susurro: - De verdad no lo recuerdas...- y luego de un rato le dijo riendo: -Solo dormimos.-

Alec quien estaba sentado en la cama, se dejo caer con una sensación de alivio y decepción al mismo tiempo.

Magnus no perdió el tiempo y se poso sobre el y le dijo:

Ya sé que tenías anoche... Nephilim estúpido, te da miedo lo que piensen tus amigos cazadores de sombras, pero debes saber que puedo llegar a ser discreto.- le guiño un ojo- y concluyo:

-No escondas lo que sientes Alexander.- Magnus lo miró tiernamente y le acaricio la mejilla, para luego besarlo.

-Hermoso- dijo Camille que salió entre las sombras. -Recuerdo que solías besar con más pasión Magnus, ¿Te has suavizado?

Alec se aparto de Magnus para distinguir a la que era vampira, miraba de un lado a otro primero a la vampira y luego a Magnus buscando respuestas.




MALEC (Enamorado de mi prisionero.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora