Transtornos mentales.

capitulo 30

Armando y yo nos quedamos viendo vídeos y oyendo musica toda la tarde, después el se fue a su casa y yo me quede dormida.

Esta sensación de matar personas me esta gustando, su sangre, su color, su textura es excitante escuchar como me imploran piedad y que los deje ir cuando les tengo la peor de las muertes en este mundo.

Algún día me pregunte que pasara con ese tal dios que la gente menciona tanto, yo creo que no existe porque dejo que mi hermanito muriera y que mis padres se separaran por eso no creo en el y no creo en el castigo que pueda tener por matar personas es algo que me gusta y que no dejare fe hacer con tal de sentir ese placer.

Es increíble el que vengarme me haga bien, me siento tan feliz, tan llena de vida, me pregunto como es que me sentiré el día que asesine a chase o a su esposa y el engendro que lleva dentro, me ganan las ganas de matar así que cojo mi cuaderno de cuero para escribir las ideas macabras que se me venían a la mente.

Pensé que a chase podríamos secuestrarlo y torturarlo por días para que sufra o también podría que mar lo vivo junto a su familia, pero me decidí por secuestrarlo y tortura lo mientras ve como mueren sus queridos gemelos y si ellos tienen toda la culpa de que mi padre los prefiera en vez de a nosotros.

Y para Andrea tengo preparado lo mejor, cortarle los dedos de a uno a uno, hacerle heridas en la cara y cuerpo para que me suplique que pare y su sangre sea derramada en mis manos para sentir ese placer, esa sensación que domina mi ser.

Cada segundo que pasa estoy mas sedienta de sangre.