Sam's POV
Me desperté de golpe con la sensación de estar cayendo. Estaba tan aburrida que me puse a dibujar en un cuaderno que tenía en secreto porque me daba vergüenza mostrar mis dibujos; aunque sean geniales, me da vergüenza.
Empecé con bocetos de personas en un parque, una pareja sentados en el pasto, niños jugando, abuelitos comiendo tortas caseras, algún artista callejero por aquí y allá, juegos... Me cansé de dibujar y fui a la sala a chusmear qué había o quién se había despertado, llegué a la sala y me encontré a Sig con su iPod emocionado con un juego de autos, así que me acerqué sigilosamente por detrás de él y se lo robé.
—¡Hey! Devuélveme eso —se quejó Sig.
—Nop, nada de videojuegos en este viaje —dije alejándome y esquivando los intentos de quitarme su aparatito.
—Devuelve ya mismo mi iPod, Samantha Adams —Extendió su mano.
—No —Le saqué la lengua.
—Tú te lo buscaste —amenazó esbozando una sonrisa.
¡Oh, no! Esto no me gusta nada. Sig me tomó de la cintura y me cargó en su hombro para luego empezar a girar.
—Bájame —pedí golpeando su espalda.
—¿Vas a darme mi iPod? —Se detuvo.
—Sí, pero bájame —supliqué.
Me bajo y luego de confirmar que este a salvo le devolví el iPod.
—No estés todo el día con él —dije apuntando mis ojos y luego señalándolo mientras iba camino al baño a lavarme los dientes y cara. Cuando salgo del baño me tropiezo con una de las maletas de Matt y de esta cae un libro junto a unos boxers azules.
—Agg espero que estén limpios —dije recogiéndolo del suelo y guardando donde iba. No resistí la tentación y miré la portada: "Cincuenta sombras de Grey".
—¡Oh, Dios! —Lo tomé del suelo.
—¿Qué haces? —preguntó un Matt adormilado—. ¡Eso es mío! —Reclamó y lo miré con cara de satisfacción al escuchar esas palabras.
—¡Eres un lector secreto! —grité entre susurros.
—Cállate, nadie se debe enterar —Me tapó la boca con sus manos.
—¿Por qué? Sabes que aquí no te van a juzgar —cuestioné arqueando una ceja.
—Créeme, sí lo harán. Puedes averiguarlo si lo deseas. No quiero que nadie se entere de esto, ¿sí? —Dicho esto, puso cara de perrito mojado.
—Quita esa cara, voy a apretarte los cachetes —dije cerrando los ojos y pegándole al aire como queriendo que desaparezca y, al abrirlos de nuevo, noté que seguía mirándome así—. ¡Ay, ya! No es necesario que pongas esa carita, prometo no decir nada.
—¿Por el meñique? —Hizo puchero y entrelacé nuestros dedos.
—Y después la infantil soy yo —dije rodando los ojos.
—Lo sigues siendo, mi querida Sam...
—Bueno, ahora despierta a los chicos, yo despertaré a las chicas —ordené dirigiéndome a la habitación—. ¡Y protege a tu amigo, que Carter pega fuerte!
Me dirigí al pasillo de las chicas, tomé una revista y le di forma de un tubo para usarla como megáfono improvisado.
—¡A levantarse, engendros de Dios!
—Oh, cállate —Kathe me lanzó una almohada que esquivé, se levantó y salió de la habitación a la vez que Brit arrastraba sus pies hacia el baño. Kathe le ganó.
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¡No de nuevo!
Science FictionUn grupo de amigos, siete para ser exactos, llevan meses planificando lo que han llamado el viaje de sus vidas. Cansados del frío invernal de Alaska, escogen una isla que les ofrece playa y diversión. Todo está preparado, pero nadie les advirtió que...