4. Sacando teorias.

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Kathe's POV 

Nada está saliendo como lo planeé. Tantas semanas coordinando todo para que el viaje resulte un fiasco. Sí, esta isla es hermosa pero nunca pensé que pasaría algo así. Debí escuchar a Brit. Aunque nunca admitiré eso. 

Saldremos de este Dejá Vú como me llamo Katherin. Amo las vacaciones pero no quiero vivir aquí para siempre. Intentamos evitarlo pero siempre hay situaciones que se repiten. Como la interminable discusión del libro innombrable. Hablar de él ya me da dolor de cabeza; no tanto como a Alex, la pobre ha recibido el golpe a lo largo de estos días. Las discusiones están a la orden del día y la tragedia de esa chica ahogándose no ha cesado. Es terrible verla morir a diario. 

Cuando llega la noche, sucede lo mismo: alguno de nosotros se extravía y la mañana siguiente está de nuevo en la cabaña  –bizarro, lo sé– . Tengo un plan pero no puedo decirle a nadie. Solo lo sabe Brit y está aterrada por ello. Los chicos se descuidaron y aprovechamos la oportunidad de escabullirnos. 

 —Kathe ¿Estás segura de qué es por aquí? —preguntó Brit nerviosa.  

 —Si, Brit. Lo anoté en el mapa. Mira.—señalé la ruta en el mapa y ella suspiró. Tiene la loca idea de que es una trampa. 

Llegamos hasta unos moais que nunca habíamos visitado. Muy alejados de los que están en la playa, la misma dónde ha muerto cuatro veces esa mujer. Detrás de uno de los moais hay una abertura tipo gruta. Encendemos las linternas y Brit se persigna como si estuviera entrando a un templo. Quería traer una cruz, ajo y hasta agua bendita pero me negué. Esto no es una cacería de vampiros ni nada de eso. 

—Mejor nos vamos, Kathe. —balbuceó. 

—No, Brit. Tenemos que buscar la respuesta a este enigma.—caminamos un poco más y soltamos un grito cuando la vieja se paró delante de nosotros. 

—¿Qué hacen aqui? — preguntó molesta. 

—Yo... eh... Nosotras necesitamos salir de la maldición del Dejá Vú. —dije sin rodeos. 

—Le dije que escuchara a su hermana y no lo hizo. Tienen que salir de aqui.—ordenó señalando hacia la salida. 

—¡No! Tiene que ayudarnos. Queremos que termine. —supliqué. Brit me estaba cortando la circulación con lo fuerte que tomó mi mano. 

—Trajeron consigo un objeto que se alimenta de la discordia. Su origen data de miles de años atrás. Hecho en los confines de esta isla. Un alma pura y un cuerpo impoluto debe entregarlo a los dioses. 

 —¿Qué clase de objeto? —indagó mi hermana.  

  —Deberán descubrirlo ustedes. Él se alimenta de la rencilla y el odio. Deben detenerlo o sus días serán acortados.—murmuró. 

—¡Mierda! lo sabía. Lo sabía —repitió Brit. 

El corazón amenazaba con salir corriendo de mi pecho. Tenía mucho miedo pero debía preguntar. 

—¿A qué lugar pertenece el objeto?  —La vieja me miró con los ojos abiertos. Tanto que di dos pasos atrás. 

 —En lo profundo e invisible. En lo mítico y lo incorruptible. Ahí pertenece.
Quise gritarle "¿¡Dónde carajo queda eso!?" pero desapareció antes que pudiera abrir la boca. 

—¡Oh Dios, Brit! Tenemos que descubrir cuál es el objeto cuanto antes. Dijo que los días se acortarían. Tengo miedo. 

—Yo también, Kathe. Tenemos que ir con los chicos.  

Un nuevo temblor sacudió la isla y corrimos fuera de la gruta muertas de miedo. Temprano en la mañana, nos sentamos en la sala de la cabaña para hablar con los demás. "Esto no será fácil". 

—¿Impoluto? Entonces tiene que ser una chica. Los demás tenemos pelotas —bromeó Sig. 

—No seas ignorante —gruñó Carter. 

—¿Y tú si sabes lo que significa, verdad? ¿Eres un genio? —Sig le sacó el dedo medio y Carter se levantó para pagarle. 

—¡Basta! no pueden pelear. El objeto se alimenta de las peleas. Compórtense como una dulce princesa de Disney. Sonrían y canten a a las aves. —dije sin saber de dónde salió esa babosada.

—Si no quieres que te lance un cojín no vuelvas a decir una cosa así, Kathe. — se quejó Matt. Sí, les acaba de pedir que se comportaran como chicas. No fue el mejor ejemplo. 

 —Seguro que el objeto es el maldito libro de Grey — refunfuñó Alex. 

 —No puede ser, data de miles de años, tonta. —se burló Sig.  

—Si siguen discutiendo moriremos.  —soltó Brit. Esperaba no tener que decir esa parte pero bueno. Ya lo dijo ella. 

Todos comenzaron a hacer preguntas y Alex corrió por la cabaña dando gritos. "Quiero ir a casa" 

  —¡Si-len-cio! —grité para callarlos. 

—¿Alguno trajo un objeto que sea una reliquia o algo así? —todos se concentraron en la pregunta pero ninguno tenía nada tan viejo. Ni nuestras edades juntas harían muchos años. 

—El único objeto que se alimenta de la discordia es Sig. —bromeó Matt. 

 —¡Matt! Esto es enserio. —lo retó Brit. 

 —Entonces, no sabemos cuál es el objeto y no tenemos un alma pura. ¿Que vamos hacer? —preguntó Matt. 

—¿Por qué dices que no hay alma pura? —murmuró Brit. 

—Sig no podría serlo aunque quisiera. Es un demonio en forma de chico. Yo, bueno, no soy un santo. Carter y Sam son unos perdidos. Alex no es una puritana. Tú pareces sacada de un libro de budú y Kathe... Es Kathe. 

—¡Oye! —me quejé.  

—Y no soy una pérdida. Soy pura. —soltó Sam.

—Pero Carter dijo que tú y él... Eres un mentiroso, Carter —se mofó Matt. 

—¿Tú le dijiste eso a Matt? —chilló Sam.   

 —Osita.— susurró Carter. 

—No me toques. ¡Mentiroso!   
—¡Ya! Dejen de discutir. No alimenten al objeto. ¿Quieren morir? Hagamos algo. Mantengan la boca cerrada. Busquen el objeto y después buscamos al puro virginal. 

Todos asintieron y iniciaron la búsqueda del objeto maldito. Cada segundo cuenta. A media noche, todo comenzaría de nuevo y no podemos seguir perdiendo el tiempo. 

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⏰ Última actualización: Dec 18, 2015 ⏰

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