Daniel.
No todo en la vida es color rosa.
Maldita frase seguía en mi mente, daba vueltas y vueltas hasta pense marearme.
Mi enfermedad volvía así sin más, ignoraba la idea de contarselo a Ayline, me daba pánico. ¿Y que tal si ya no me quería? ¿y si se alejaba de mí? No podía dejar que eso pasará ya ella era todo en mi.
Ayline.
Daniel estaba raro hace días, se distraía fácil y andaba en las nubes, esa mañana mientras sacaba su ropa del closed escuche su grito desde el baño. Cuando llegue había sangre mucha, una sombra se esfumo detras de mi dejandome a la vista unos ojos rojos y una nariz sangrante:
-Amor por dios que te sucedió?- trate de acercarme pero el me freno de golpe.
-No te acerques, vete Ayline sal. Ahora!- nunca lo habia visto así su cabello escurria y llegaba a su nariz que a la vez se mezclaba con la sangre.
Salí en busca de algodón y ayuda, recordé que estabamos solos. Me límite a tragar lágrimas y subir de nuevo.
Daniel.
No podía creer que me pasará eso estando con Ayline, otra vez sombras, otra vez sangre. ¿Como se lo explicaría?
Llegó con una bolsa de algodón y un par de lágrimas se abrieron paso. Dios!! Amaba esta mujer, era más de lo que mi corazón pudiera soportar.
Me acerqué pidiendole con la mirada que me limpiara, entendió perfectamente y lo hizo.
-Disculpame... por lo de hace un momento... yo... yo me puse nervioso- conseguí decir sin mirarle.
- Tranquilo solo dime que pasa- trato de buscar mi mirada.
Un leve escalofrío me hizo mirarle detras... la maldita sombra!
