Un tropiezo evidente

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MASKARED

Me estoy obsesionando, solo deseo volverla a ver, ya no se si debo odiarla o amarla, en realidad no puedo sentir más que su calidez cuando estoy a su lado. Ha sido mi droga desde que la conocí; Amanecía mientras yo observaba ese bello horizonte dibujado por los vistosos prados de nuestra tierra. Había tantos pensamientos dentro de mí en ese momento ya solo deseaba que las cosas mejoraran de poco en poco, ya era hora de aceptar que Kim jamás seria mía y que su corazón debía de dejar de estar dividido por dos amores, era momento de decidir por ella; en aquel lugar me prometí ser más fuerte abstenerme de ese sentimiento tan poderoso que siempre me llevaba hasta su lado, solo me quedaba ayudar a mi hermano en todo y si era necesario invadir el reino lo haríamos por el poder así como su padre le quito al nuestro lo que le pertenecía.

Bienvenido el fuego eterno del odio hacia ese príncipe que tanto ame y me destrozo cada que tuvo oportunidad. Me dirigí directamente a la herrería, los soldados me observaban  curiosos, otros mas comentaron en susurro que veían esa fuerza que tenía mi padre. Al llegar a la herrería observe a mi hermano planificando nuevas armas con el diseñador, ambos voltearon a verme.

- Necesito un arma a mi medida - dije seria.

- Entonces me ayudaras a derrocar ese reino - mi hermano carcajeo

- Si, ya es hora que Kim pague por cada uno de los pecados de su familia y de él.

El herrero se acercó a mí con un paquete enrollado en una antigua bandera. - esto lo dejo tu padre, solo para aquel que fuera digno de mostrar en su mirada la esencia de la justicia y valentía - me entrego un objeto bien envuelto, al destaparlo en él había una espada delgada y ligera, era tan reluciente que mi rostro se reflejaba.

- A ti te toco la espada de papa y a mí su escudo, es señal que debemos protegernos hermana.

Me integre a los primeros entrenamientos, debía aprender todo lo que Kim había aprendido en años e solo algunos meses. Después de eso cada mañana salía a correr largas distancias, no solo eso me convertí en diestra al lanzar dagas las cuales había diseñado con una cámara de veneno eran perfectas para emboscadas, pronto supere a los mejores guerreros y cada día estaba más lista para este combate; cierto día mientras tomaba el desayuno con mi hermano lo mire - quiero que me dejes a mi luchar con Kim - el me observo - no lo are, sabes que me vengare de el - tome mi espada y Salí del lugar diciendo seria - si quieres morir y no gobernar enfréntate a Kim.

Cada noche era un martirio enorme mi odio y amor se encontraban, atacaban mis sueños, despertaba sudando y al ver mi reflejo me sentía incompleta. En esas noches desidia salir a deambular, una de las noche más obscuras me topé con un viejo monje y al verme no se sorprendió.

- ¿tú no eras la acompañante del joven príncipe?

- Usted lo dijo, lo era

- Realmente te pareces a él, tan fuerte y orgulloso.

- El ya no es fuerte- asevere

- Claro que sí, tiene meses entrenado como loco, como si huyera de algo, realmente a pesar de todo en su mirada se nota una ausencia que tenía cuando tú lo acompañabas.

- No lo vuelva a repetir - lo mire con enojo - ¿qué hace tan lejos?

- Realmente huyo antes de esta guerra sin sentido, sabes que sus padres se querían tenía una buena comunicación, pero qué más da, tú te pareses mucho a tu padre.

Me entrego una foto algo vieja y al observarla vi a mi padre con el de Kim sonriendo y atrás una leyenda que decía. Aunque parecía que le faltaba una parte

Encontraremos el equilibrio entre la fuerza y el amor. Si alguien nos traicionara no sería uno de nosotros. Kim y Maskared 30 de octubre 2000

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⏰ Última actualización: Jul 03, 2020 ⏰

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