PROLOGO.
Cuando desperté, recordé todo lo que había dejado atrás, lo poco que me había llevado, y lo que me esperaba por encontrar. Cuando me entere de lo que soy, no quise saber más, simplemente cogí una mochila, un poco de ropa, todo el dinero que había ahorrado hasta ahora y corrí, corrí hasta que los pies me fallaron, ahora me encuentro en un autobús, con rumbo hacia.... Ni siquiera se a donde voy, solo sé que en el lugar hacia donde voy, estaré mucho mejor.
CAPITULO 1
Veo pasar a la gente desde los balcones de mi nueva "casa" (que no es mas que un cuarto con un pequeño baño una cocina con una mesa y 4 sillas) y los ojos me arden de tanto contener las lagrimas... mi vida no ha sido fácil desde aquel día, ahora tengo que vivir oculta de las personas que me buscan.
Trabajo en el día en un pequeño restaurante cerca de donde vivo, me pagan lo suficiente para pagar la renta y para comer así que está bien, solo tengo que evitar a cualquier persona que me hable, pero a diferencia de lo que pensaba antes, no es fácil estar sola, cuando era mas joven lo único que quería era emanciparme, vivir libre, pero ahora... ya no, no cuando veo a todas las chicas de mi edad hacer lo que cualquier chica de mi edad debería hacer, divertirse.
Cuando veo que son las cuatro de la tarde sé que mi turno en Green-Floor ha terminado, así que me dirijo caminando hacia mi casa. Cuando entro, me miro en el espejo que hay en el baño.
-No, definitivamente no pareces una chica de diecisiete años Casilda. –me digo a mi misma en voz alta con tono irónico.
Tengo el pelo ondulado negro, ojos verdes y piel demasiado pálida para mi gusto, y aun con mi baja estatura y lo que antes era una cara de niña, ahora es una cara de una mujer mucho mayor, pero es lógico que me vea así, después de todo, llevo tres meses escondida de personas que ni siquiera conozco, y mucho menos sé si son personas malas o buenas, tampoco es que quiera saberlo, cada vez que pienso en ellos, recuerdo aquel día, recuerdo lo que descubrí, recuerdo todo lo que pensé, todo lo que sentí, estaba asustada, sola, sola...
Nunca fui una chica muy acompañada, mi papa murió hace tres años y mi mama nos abandono cuando Mery y yo teníamos dos, después de eso mi hermana y yo nos quedamos solas pero tenernos la una a la otra era suficiente, además estaban nuestros pocos amigos de la escuela, Mery era la mejor hermana del mundo, aparte de ser mi hermana, era mi mejor amiga, hasta que un día, ellos la asesinaron, o al menos eso creo, se la llevaron y no he vuelto a saber más de ella desde al menos dos meses, es todo el tiempo que llevo aquí, dos meses, sola.
Un ruido extraño interrumpe las lágrimas que querían escaparse de mis ojos, me sobresalto y ahogo un grito. ¿Quién puede ser?, nadie sabe donde estoy, he cuidado que nadie me siga, que nadie me hable, que nadie me mire... Camino silenciosamente y me dirijo hacia el balcón, no hay nadie ahí, camino hacia la cocina y tampoco veo nada extraño.
-Estas siendo paranoica Cas.-Digo en voz alta, y entonces lo veo.
Es él, el es hombre que me persiguió aquel día en el que se llevaron a Mery y está aquí, vino por mí, cierro los ojos y lloro, lloro todo lo que no he llorado en estos dos meses, estoy cansada de ocultarme, cansada de sentirme sola, así que ya no me importa lo que me hagan.
Al no oír nada, vuelvo a abrir los ojos, el sigue ahí, inmóvil, mirando con... ¿rabia?, ¿lastima?, ¿compasión?, no lo sé, tiene una mirada que no logro comprender.
-¿Quién eres? –Le pregunto entre sollozos.
-No te hare daño, solo vengo a ayudarte, es mi deber cuidarte.
-¿¡Quién eres!? –Vuelvo a preguntarle, esta vez, firme y con un tono más alto.
-Soy Louis, y te repito, no te hare daño. –Su voz era firme, pero tranquilizadora, por alguna razón quería creerle, pero me resultaba muy difícil hacerlo.
