capitulo 2

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CAPITULO 2

No me había dado cuenta que estaba corriendo hasta que la voz de Louis me saco de mi estado de shock.

-Casilda, ¡para! No sabes dónde estamos, y si sigues corriendo te perderás. –Eso me hizo detenerme, era cierto, ¿hacia dónde iba?, se acerca a mí y toma m mano, ¿podría alguien parecer tan confiable y a la vez dar el suficiente miedo para que te mantengas alejado?

-Me rindo. Ya no puedo más. –Mi voz es apenas un susurro, pero el parece entenderlo y me abraza, yo me sorprendo, pero no me aparto, Louis tiene algo que me hace sentir segura. Después cierro los ojos y me dejo caer.

                                                 *                   *                   *

Abro los ojos lentamente. ¿Dónde estoy?, ¿Qué  hago aquí?, y entonces recuerdo aquellas palabras: “porque tu Casilda, eres hija de aquella diosa”.

Estoy en una habitación muy grande, tiene casi el mismo aspecto que el salón al que había entrado principalmente, pero el gran sofá y los dos sillones, son remplazados por una hermosa cama doble con sabanas de seda de un rojo claro y dos mesas de noche de madera con una lámpara en cada una de ellas, hay un cuadro en especial que me llama la atención, es negro con grandes líneas naranjas y doradas, un angel yace en el centro con los ojos abiertos y una flecha plateada en donde debería estar situado su corazón, después de mirarlo por algún rato me doy cuenta que la flecha esta al revés, me produce cierta nostalgia mirarlo, es hermoso. Pero por lo demás sigue siendo igual al salón en el que me encontraba con Louis hace… ¡oh no!¿Cuánto tiempo he dormido? Me levanto rápidamente de la cómoda y suave cama y miro mi ropa ¡ah!, gracias al cielo sigue siendo la misma, me dirijo hacia una de las puertas que hay en la habitación y suelto una risita nerviosa cuando entro y me doy cuenta de que es un baño, abro la otra y me encuentro con que Louis viene hacia acá.

-Ya despertaste. –Dice con una tímida sonrisa.

-Si, ¿me desmaye?

-Eso parece, creo que toda esa información de golpe te afecto mucho.

-Sigo sin poder creerlo, esa historia, es algo, mágica. –Demasiado, me digo a mi misma.

-Lo sé,  pero es la verdad, es parte de tu verdad.

-Pero, entonces, si es así, ¿Por qué no me buscaste antes? Y, ¿Por qué sigo sin saber nada de mi hermana? –Digo sollozando y me doy cuenta de que las lagrimas comienzan a rodar por mis mejillas y por mi boca, y me dejan un poco de sabor salado. –Yo solo… quiero saber la verdad. Por favor. –Suplico.

-Lo sé, y lo sabrás, pero a su debido tiempo, debes tener paciencia Casilda.

-¿Cuando me dirás todo la verdad?

-Mañana, cuando estés más descansada, por favor, vuelve a la habitación y sigue durmiendo. –No sé porque, pero lo hago caso, me doy media vuelta, entro a la habitación, me meto en la cama y lloro hasta quedarme dormida.

Me despierto con los ojos hinchados, pero mucho mejor. Salgo de la habitación, doy unos cinco pasos, y me detengo, no se donde estoy, si sigo caminando me perderé, asi que decido volver a la habitación hasta que Louis venga, y hay me quedo por lo que creo que es una media hora, luego el entra, se queda en el umbral de la puerta y lo observo, nunca me había detenido a mirarlo, tiene unos grandes ojos color miel, su pelo cae en pequeños gajos dorados por su frente, tiene una camisa negra muy ceñida a su cuerpo, por lo tanto, me doy cuenta que es bastante musculuso, y ¿Por qué no admitirlo? Es guapo… y sexy. Sacudo fuertemente la cabeza, ¡por dios Casilda, que estas diciendo! Louis frunce el ceño y me mira algo divertido.

-¿Pasa algo, Cas? –Me mira y luego sonríe tímidamente. –Lo siento, ¿te molesta que te llame Cas?

-No, esta bien, puedes llamarme Cas. –Y es la verdad, no me molesta. –¿Vas a decirme la verdad ahora?

-Vaya, parece que eres un po-co ansiosa. –Dice acentuando cada silaba de la palabra poco.

Lo miro fijamente a los ojos, ¡Por Dios!, ¿puede alguien tener unos ojos tan hermosos?.

-Lo necesito. –Digo algo aturdida.

-Esta bien, siéntate y ponte comoda. –Hago lo que me dice, y guardo silencio, esperando a que hable. –Bueno… ¿por donde comenzar?. –Mira fijamente aquel cuadro con el angel y la flecha. –Ya te dije que aquel hombre se convirtió en el primer angel que existió en el mundo, y también, que con las flechas que el había fabricado mato a todos los dioses, excepto a aquella diosa que ya habían desterrado, una de esas flechas Cas, cayo en el corazón del angel, asi como ves en aquel cuadro. –Señala el cuadro que había estado observando hace un rato y prosigue. –Esto hizo que cualquier sentimiento de amor que tuviera el angel, abandonara su alma, y también aumento su deseo de cumplir aquel juramente que le había hecho a la diosa.

<<Llego hasta el lugar donde yacían las cenizas de los dioses y junto con varias flechas les prendió fuego, de ahí, Cas, nacimos nosotros, los angeles. –Me mira de un modo que me dice que no debo hablar hasta que termine. –Se que tienes preguntas, pero si me interrumpes me tardare mucho mas en contarte todo. –Me quedo en silencio y el asienete. –Esta bien, este lugar donde estamos ahora, fue donde murieron aquellos dioses. Obviamente esta oculto de los humanos y de los Ordóx.

-¿Exactamente, donde estamos?. –Pregunto confundida.

-Exactamente, estamos en un espacio que hay entre el cielo y la tierra, no podemos estar en la tierra porque los Ordóx están ahí e inmediatamente se desataría una guerra, y tampoco podemos estar en cielo porque necesitamos cuidar a los humanos de que los Ordóx disparen flechas al revés. Veras Casilda, nosotros nos encargamos de procurar que la gente se enamore de la persona correcta, muchas veces acertamos, pero otras veces los Ordóx desvían las flechas, es por eso que ocurren los… llamemoslos “desacuerdos amorosos”.

-Asi que… ustedes son una especie de ¿cupido?. –Louis abre los ojos y veo que me esta mirando con… ¿indignacion?

-¿Qué?, no, absolutamente no. No puedes compararnos con esa basura. –Me doy cuenta que esta realmente enfadado.

-Lo—lo siento, yo… no lo sabia.

-Perdoname tu a mi Cas, es solo que ese tal Cupido como tu lo llamas es el jefe de los Ordóx. –Me  sonríe y su mirada parece suavisarse, pero su mandibula sigue tensa.

-Oh. –Es todo lo que alcanzo a decir.

-Tu y tu hermana Cas, al ser gemelas, heredaron parte del poder de aquella diosa, pero solo una de ustedes, heredo la capacidad de disparar las flechas, esa eres tu. –Me quedo atónita al oir esto. ¿Cómo puede decirme esto asi como asi?

-¿Qué?

-Tu eres la heredera del trono de los Armèx, por eso los Ordóx, las estaban persiguiendo, a ti y a tu hermana, lo que ellos no sabían, es que solo una posee el poder que tu tienes. –Nos quedamos en silencio por un largo rato, no soy capaz de pronunciar palabra solo se escucha el sonido de mis sollozos, al cabo de unos minutos o horas, no lo se, hablo.

-Mery, ¿esta muerta?

-No, no creo que la hayan matado, no si todavía no saben que ella no es la legitima heredera. –Una sensación de alivio inunda mi cuerpo.

-Entonces, tengo que ir a buscarla, ¿Dónde esta?. –Digo ansiosa.

-Calmate Cas, no sabemos cual es el escondite de los Ordóx, ni mucho menos el paradero de tu hermana.

-¿Como puedes decirme eso asi? Según tu, tu trabajo es protegerme ¿no?, ¿que estabas haciendo cuando se llevaron a Mery?, si a ella le pasa algo, todo será por tu culpa. –Tengo rabia, demasiada rabia, lagrimas y mas lagrimas corren por mis mejillas calientes, y mis manos están pegando empujes al fuerte pecho de Louis. –Tu culpa. –Sollozo –Tu culpa.

-Calmate, Cas, por favor, no llores. –Siento sus brazos alrededor de mi, acunandome, y poco a poco caigo sobre su regazo dejando de llorar.

-¿Qué son esos gritos Louis? –Me levanto rápidamente y veo a un chico, mas o menos de mi edad, alto, con ojos verdes y pelo castaño claro liso, guapo.

-Calmate Wrent, Solo esta mal por su hermana. –Dice Louis encogiéndose de hombros.

Amor VS OdioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora