DIA PERFECTO

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Toda la noche había soñado con aquel muchacho que tanto llamó su atención, estaba segura de que ese día lo vería así que se puso en pie como hace tanto tiempo no lo hacía, se colocó sus mejores prendas tacones y salió de su casa con una actitud triunfante, saludó a su vecina como todos los días pero esta vez incluso esta notó su felicidad -buenos días Eliana que bien te vez hoy- respondió al tiempo que le mostraba una agradable sonrisa, ese día estaba realmente radiante, la alegría se le desbordaba por los poros, era el primer día en mucho tiempo que ella despertaba con ganas de vivir.

Este día era diferente a todos los anteriores el sol había salido más radiante que nunca, los árboles eran más verdes, todos a su alrededor eran felices, lo cual nunca antes había notado... y ella que más podía pedir conoció al hombre de su vida.

Llevaba consigo el abrigo de aquel muchacho tan encantador y aún sentía su perfume era tan varonil, una delicia alucinante, el solo hecho de que fuera su olor la enloquecía descontroladamente... -Dios pero que pasa conmigo, que tiene este chico que me pone así... No esto no puede seguir seguramente tiene novia o es igual a todos los demás, pero que me creo yo ni siquiera lo conozco...- se dijo a sí misma, aunque muy dentro de ella esperaba estar rotundamente equivocada.

Pasó primero por la mecánica recogiendo su moto, la había dejado en aquel lugar hace ya una semana, estaba lista así que la encendió para dirigirse a la universidad, con la esperanza en su mente de ver su sonrisa y perderse en aquella mirada que la enloquecía.

Ingresó casi corriendo a su aula pues se atrasaba, sin embargo, no podía disimular el brillo encajado perfectamente en sus ojos que la hacía ver mucho más hermosa, ingresó y todos regresaron a verla sorprendidos en especial los chicos que antes ni siquiera la habían notado.
-Hola chicas- saludó como siempre y se acomodó en su asiento expectante a que no le preguntasen nada - ¡Ely que guapa te ves hoy! - dijo Jass -si muy bella, seguramente saldrás con tu galán ese "amigo tuyo" verdad- concluyó Dana, en esta ocasión Eliana prefirió no responder, aunque le hervía la sangre del coraje que le provocaba el solo hecho de escuchar su chillona voz. -Dana no le molestes- menciono Mishell con una chispa de coraje en su rostro.

Pronto llegó su maestro de matemáticas, un hombre alto de tés morena y unos ojos verdes que llamaban la atención, sin embargo, su personalidad no iba con su físico, pues a pesar de que intentaba ser agradable con sus "pupilos" como los llamaba, simplemente era imposible, además que profesor de matemáticas te cae bien, muy pocos cierto...

Eliana se encontraba en las nubes cuando Mishell la obligó a volver a la realidad empujándola con el codo, Ely no había escuchado ni una palabra de lo que dijo el profe ya era hora de que se retire -"para la próxima clase prueba de integrales muchachos"- se escuchó un noooo desanimado al unísono -Dios... Que voy a hacer no entendí nada- dijo Ely para sí.

Para la siguiente hora no tendrían clases, así que todos salieron, los chicos no quitaban su mirada de Ely, mientras se preguntaban quién era esa chica tan encantadora...
El móvil de Ely sonaba, ella comenzó a temblar sus manos le sudaban estaba nerviosa, pues aseguraba que era Alex quien la llamaba, sin pensarlo más se apresuró a tomar la llamada -Hola Ely, estamos en la entrada esperando por ti, ¿puedes venir?- si de inmediato llego en cinco respondió. ¿Esperamos???... está con él, sus ojos eran aún más brillantes, salió corriendo sin despedirse, ahí estaba el, el hombre con quien había soñado toda la noche, era infinitamente hermoso, de pronto una chica muy guapa se atravesó en su mirada, corriendo como loca se abalanzó a los brazos de Sebastián, este por poco pierde el equilibrio, la tomó en sus brazos sin retirar su mirada de Eliana.

El semblante de Ely cambió de un momento a otro se sintió una tonta, estúpida, estupida dijo entre si haciendo puño sus manos de una manera tan fuerte que una de sus uñas lastimó su piel, no le dió importancia y siguió caminando, saludó muy cortes como lo hacía siempre -gracias por tu abrigo- mensionó en un tono frio y aterrador, sin retirar la mirada de su bienhechor la cual había vuelto a ser la de antes pero un poco mas oscura y sombría. -De nada- respondió Sebastián un tanto contrariado con aquella mirada que a pesar de verse tan triste le atraía como un iman sin poder evitarlo.

Tenía ganas de salir corriendo -ilusa que estaba pensando que alguien como el tan guapo, tan baronil, tan lindo... Que no tendría novia? Que se fijaría en mi, tan gris tan nada a lado de esa chica... Tonta tonta- pensaba mientras su rostro se abatía para no llorar.
Sebastían se había quedado alucinado con sus ojos fijos en toda ella era perfecta, pero con una mirada desesperante y tan dulce... -Disculpa te presento a Adriana mi- -Alex mi Alex que te parece si vamos a caminar no se a algun lado, hace mucho tiempo que no lo hacemos-. -Si si vamos Sebastián, no quiero estar aqui por favor- solicitó Adriana, Ely solo pudo hacer un gesto de nooo en su rostro, pero Sebastián acepto complacido.

Ely solo caminaba de la mano de Alex intentando siempre evadir toda clase de conversación con ese par, pero Sebastián no se daba por vencido, así que muy molesta y decepcionada salió con la excusa que tenía que estudiar y se fue, despidiéndose desganadamente de Sebastián y Adriana.

Al llegar solo tomó su moto y aceleró como nunca, ingresó por un camino poco transitado para evitar problemas, aunque solo quería desaparecer de la faz de la tierra, las lágrimas salian sin parar, lloraba de coraje, por ser tan tonta e ilusionarse con alguien a quien no conocía, por que estaba ocurriendo nuevamente, volvía a llorar presa de su estupidez e inocencia. Los recuerdos de aquel amor que tanto daño le causó invadieron su mente, y se sintió sola e insegura nuevamente, tan vulnerable como al principio cuando terminó... llego a su casa lanzó sus cosas sobre la cama y se metió a la ducha totalmente desconsolada, poco a poco se fue calmando intentando no recordarlo más, a aquel hombre a quien tanto amo y a cambio solo recibió traición y dolor, se encerró en sus libros y en sus estudios, pronto anocheció y entre sus libros de matemáticas se quedó profundamente dormida.

Sus recuerdos volvieron a atormentarla en sus sueños, despertó envuelta en llanto y deseo morir a seguir recordando a ese "infeliz" que la engaño, no durmió más, al amanecer se dirigió al espejo y su aspecto era deprimente, intentó cubrir sus ojeras con maquillaje se cambió de topa para dirigirse a la universidad, se veía bien, pero sus ojos eran nuevamente tristes.



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