Despertar

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Cuando salió de su casa, al frente de la misma se encontraba Alex, se notaba un tanto angustiado, cuando la vio salir de aquella casa despampanante, con unos ventanales hermosos y llena de vida, sencillamente un sueño al menos eso pensaba él, pero Ely se conformaba con tener un techo donde pasar tranquila; corrió a abrazarla, ella al sentirlo cerca no pudo más y se desató en llanto, Alex no preguntó nada, pues sabía que el motivo de su llanto era aquel personaje culpable de sus ojos tristes, solo por el ella se ponía de esa forma, sin decir nada, solo la abrazó intentando hacerle sentir que no estaba sola, que podía contar con él y que no tuviera miedo, poco a poco Ely se fue calmando y con la ayuda de su amigo sacaron la "máquina endemoniada" como la llamaba Alex esto hacía que Ely expulse una gran sonrisa sin ningún esfuerzo, ella sabía que a Alex no le gustaba subirse en la moto pero siempre lo terminaba obligando a hacerlo, lo cual a pesar del terror que sentía subirse a esa cosa no le era tan desagradable, pues tenía un excusa para sentirse más aferrado que nunca al cuerpo de Ely, quien al ver su cara de espanto aceleraba más y hacía mil maniobras para intentar provocar en él, aún más terror del acostumbrado.

Ely reía con júbilo al escuchar a su amigo gritar desesperadamente, para luego ver como sus ojos se abrían de una manera descomunal al sentir tal descarga de adrenalina.
-Llegamos, Alex ya suéltame, ya no pasa nada- Alex abrió sus ojos aún incrédulo su corazón palpitaba a mil por hora, parecía que hasta se le saldría del pecho, estaba pálido y temblaba -Jajajajaja si vieras tu cara jajaja- reía Ely totalmente encantada -esta me la vas a pagar Ely- la agarró por la cintura y empezó a hurgar en su piel hasta que ella soltó una carcajada llena de entusiasmo -pide perdón Ely y te suelto- decía Alex desconcertado por la belleza de su amiga -ya Alex yaa noo yaa perdón, perdón, pero ya suéltame por favor yaaa- Ely intentaba zafarse pero era casi imposible, de pronto alguien saludó a Alex ella sintió un alivio, pues de otra forma Alex no la habría soltado -hola Ely- era Sebastián quien prácticamente asaltó su mejilla para saludarla -hola Sebastián respondió Ely- con una sonrisa en su rostro. No dejaba de mirarla -Es realmente hermosa, más aún cuando sonreía, se le formaban unos pequeños y delicados orificios en las mejillas, en sus labios un labial rojo vino que contrastaba perfectamente con su piel trigueña y sus ojos de un oscuro profundo y delicioso-.

Ely se ruborizó la mirada de Sebastián la hastiaba, la envolvía y sentía como sus bellos ojos marrones la rodeaban por todo su cuerpo.
-Alex me voy tengo clases, te veo luego-, ni siquiera regresó a ver a Sebastián

Alex lo invitó a desayunar, fueron a un lugar apartado, pues querían estar solos para hablar de tantas cosas, por lo cual se alejaron del ruido de la ciudad, conversaron por mucho tiempo, cuando de pronto se encontraban hablando de Ely, Sebastián preguntaba sobre la chica más tierna, bella y de mirada triste que había conocido jamás, al ver tanto interés Alex reaccionó de una manera totalmente inesperada alegando que ella era su mejor amiga y que no permitiría nunca que nadie más la hiciera sufrir como lo ocurrido hace algún tiempo atrás, Sebastián quedó sorprendido, había furia en los ojos de Alex aunque pronto se calmó, esta actitud daba a entender que él estaba enamorado de su amiga o al menos le gustaba.

Cuando Alex se calmó volvieron al tema de Ely —Mira Alex si te pregunto por ella es porque me parece una chica muy interesante pero que esconde algo detrás de su mirada y su sonrisa un tanto fría, aunque realmente hermosa— Alex lo pensó un poco y recordó la actitud de Eliana el día anterior, pensó seguramente se puso así por él, así que decidió contar lo que sabía de su amiga. ––Bien ella es, como la vez así es ella, diferente de las demás chicas, inteligente, hermosa; pero con un pasado muy tormentoso... ––Sigue, sigue–– Alex dudo por un momento si debía decirle esa parte de la vida de Eliana ella había confiado en él y no quería traicionarla. ––bueno no sé si deba decírtelo, pero ella hace ya tres años estuvo con alguien a quien amo demasiado, ella daba todo por él, era capaz de dar la vida si fuese necesario, pero el solo quería divertirse, con ella, o tal vez y si alguna vez sintió algo por ella, pero no era amor de verdad de eso estoy seguro, ¿quién ama a alguien y le hace daño como él lo hizo?... Ely sufrió mucho por ese hombre, pero lo más doloroso fue que su mejor amiga fue la culpable de todo... es por eso que ella ya no confía en nadie ni tampoco fía sus recuerdos a nadie, sufrió como nunca lo había hecho, yo la vi llorar muchas veces, desesperarse de dolor, desmoronarse casi seguido con su recuerdo... Es lo que te puedo decir tal vez ella quiera contarte con lujo de detalles como paso todo––. Sebastián se quedó pensativo y perdido por un momento imaginando a Ely sumergida en el llanto, era por eso su mirada triste, y sus cambios repentinos de ánimo, su distanciamiento el día anterior. ––Ella no quiere saber nada del amor, —si supiera que yo haría todo para que ella recupere el brillo en sus ojos y que vuelva a sonreír como lo hacía antes de él, ¿Por qué se enamoró de él? Él no la merecía, pero yo no pude evitarlo, ni hacer nada para impedir su sufrimiento, no la cuide, y tampoco puedo decirle cuánto la quiero––.

Sebastián se quedó helado al escuchar lo que decía su amigo, estaba enamorado de Ely, la amaba, Dios y ahora, todo sería diferente y muy difícil, como llegaría a ella sin su amigo de por medio, si él se enteraba de los sentimientos que Ely propicio en él, por supuesto que no lo ayudaría, todo se complicaba y mucho más al saber de su pasado.

Eliana se encontraba con sus amigas ––¿Que pasó Ely acaso terminaste con to novio o "amigo"? te ves muy mal––. ––ya deja de meterte en su vida Dana, en serio ya es suficiente, ¿Por qué? Le molestas tanto, tú la odias o que te sucede, deja de portarte así Ely no te ha hecho nada a ti, déjala ya si–– dijo Mishell con todas las ganas de abalanzarse contra Dana y caerles a golpes por ser tan imprudente e injusta con Ely. ––Calma muchachas–– logró intervenir Ely, poniéndose inmediatamente en medio de las dos, mientras Jass sostenía a Mishell por los brazos para evitar que su ira cree un problema más grave. Las dos cedieron sin muchas ganas, e ingresaron a sus clases luego del inconveniente.

Ely estaba desconcertada por la actitud de Mishell para defenderla, nunca imaginó que alguien podía hacer algo así por ella, Mishell era tranquila, pero con lo ocurrido demostró ser una gran persona y sobretodo una gran amiga, pero Ely a pesar de eso no podía, no se sentía segura de volver a confiar en nadie, ya no.

Salía de clases y Sebastián quien había estado pendiente de ello se le acercó con disimulo ––Hola Ely, ¿Cómo estas? –– alcanzó a decir ––Hola... bien gracias ¿y tú, cómo te fue hoy? –– pregunto sin hacer mucho esfuerzo esbozando una pequeña sonrisa que enloqueció totalmente a Sebastián.

—Emmm... Qué te parece si buscamos a Alex juntos es que necesito hablar con él— no se le pudo haber ocurrido otra idea para estar junto a Ely, ella sonrió haciendo un gesto de que estaba de acuerdo, caminaba junto a él, sintiendo su perfume, nerviosa sin poder decir una sola palabra —Amm que te parece si mejor vamos por un helado no es tan importante encontrar a Alex por ahora ¿quieres ir? —si si claro por supuesto gracias— Ely no pudo evitar demostrar la felicidad que esta invitación le causaba, conversaron y rieron toda la tarde, los dos eran muy inteligentes así que dicha conversación no fue muy común entre dos chicos pues hablaron de todo menos de sus vidas o salidas como por ejemplo de las clases, de algún profesor de Alex, de libros, tenían mucho en común a los dos le gustaba leer, y pintar además de caminar solos bajo la lluvia, eran sencillamente almas gemelas se entendían totalmente, nadie podía interferir en su asombrosa comunicación, lo cual logró por un momento que Ely olvidara su pasado y regresó por un momento su sonrisa cálida, que enamoró al corazón de Sebastián.

Ya era de noche cuando Sebastián la fue a dejar en su casa, se despidieron con un beso en la mejilla que sencillamente casi los derrite, un calorcito y una pequeña corriente recorrió por sus cuerpos, Ely se ruborizo, pero intento no hacerlo notar, aunque era casi imposible, Sebastián solo sonrió y se alejó dejando encendida una gran esperanza en el corazón de Eliana que por poco se doblega ante tan varonil personaje.







<3 <3 <3 se quedaran juntos... ;) ;) eso ya lo veremos



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