Capítulo | 02

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El día que conoció a Erick Cooper, Azul se había levantado temprano, sus padres estaban de viaje por Europa y era la encargada de llevar a su hermano a la guardería.

Ethan tenía tan solo 4 años y era igual a ella pero rubio, los dos compartían los mismos ojos color mar que los caracterizaban.

Dejo a Ethan en la guardería, le daba lástima, tenía una inmensa ganas de agarrarlo y llevárselo con ella y no ayudaba mucho que no quisiera despegarse de sus piernas pero lamentablemente no podía permitirse el lujo de llevarlo.

Tenía que trabajar e iba llegando tarde, de todas formas, había veces que llevaba a Ethan al trabajo, su hermano era recibido por Lili, su jefa, con los brazos abierto, siempre lo consentía. Así que, sabía que no la iba a despedir, le tenía cierto afecto, por suerte.

En el camino se cruzó a su mejor amigo, Camil, tenía la suerte que la apoyaba en todos sus problemas, la aconsejaba, la cuidaba; en definitiva era el hermano mayor que lastimosamente nunca tuvo. 

-Estás llegando de vuelta tarde al café, verdad?-Como acababa de decir, trabajaba en una cafetería, por suerte no se podía quejar, la trataban bien y el pago era muy bueno.

-Si, tuve que llevar a Ethan al jardín y se me hizo tarde, lo único que espero es que no me eche- le dijo con la respiración un poco agitada.- Me tengo que ir, hablamos luego, dale?- No lo dejó hablar y salió corriendo al café.

En el camino al  cafe, mientras corría se acordó que en esa vereda fue en la que una vez se cayó con Camil, fue muy gracioso, Camil se llevo la peor parte, se empezó a reír pensando en el golpe, distraídamente  se golpeó con una pared humana.

El hombre era muy atractivo, morocho con ojos marrones, con un cuerpo que de lejos se notaba que se cuidaba, lo único que le cagaba era ese aura de superioridad que irradiaba.

Además, a sola vista se veía un agrandado y prepotente. Nunca le había pasado algo así, ningún hombre nunca le había hablado como él lo hizo, pero ¿Quién se creia que era?. 

No podia dejar de pensar en lo mismo, vaya hombre con complejo de rey, la verdad era que ella no sabía de donde había sacado las agallas para hacerle frente pero su aura de superioridad fue lo que la saco de lugar, lo que más enojo le daba era que  podría haberlo evitado si hubiera mirado para arriba y de ese modo, ahorrarse el desagradable encuentro que no podia sacar de su mente.

Ingreso al café  casi vacío. Al parecer hoy era su día de suerte, claro, si no hubiese sido por el desconocido. Observo a Lili detrás del mostrador, era una mujer viuda de 50 años, muy amable y era como su segunda madre.

-Siento mucho la tardanza, tuve un inconveniente en el camino y lleve a Ethan al jardín- Gracias a dios Lili la perdonó, diciendo que de todas formas no había muchas personas pero que no podía volver a pasar, Azul asintió y fue a ponerse su uniforme para no perder más tiempo.

Su día hasta la 13:00 hs se basó en atender mesas, limpiar y ayudar en todo lo que podía, estaba agotada.

A las 12:50 llego Alexia, su compañera que entraba en contraturno, se cambió, la saludó y fue directo a Lili para despedirse con un beso en el cachete y un simple "Hasta luego". Al salir afuera, el calor le golpeó, no se comparaba al de esta mañana que era soportable. Se sentía observada, era raro porque era una sensación extraña, no podía ver que la observaban pero, por muy absurdo que parezca, lo sabía, esa sensación de angustia se formo en su pecho, y para rematar, no había traído su auto, así que, tocaba ir caminando a buscar a Ethan.

 Se sentía observada, era raro porque era una sensación extraña, no podía ver que la observaban pero, por muy absurdo que parezca, lo sabía, esa sensación de angustia se formo en su pecho, y para rematar, no había traído su auto, así que, tocaba i...

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Llegaron a la casa y recién en ese momento dejó de sentir esa sensación, soltó un suspiro voluntariamente.

Mientras que cocinaba, su hermano hacia la tarea y luego de un rato comieron juntos. Eran las 15:00 hs cuando el timbre fue tocado. Ethan estaba descansando luego de haber jugado un rato y ella estaba a punto de acostarse con él, trabajar la agotaba y pensar que mañana tenía universidad la hacía sentirse más agotada.

 Se dirigió hacia la puerta, al abrirla solo se encontró con un paquete negro con un moño en rojo, frunció el ceño, volvió a entrar pensando que no iba para ella, que seguramente se confundieron, pero lo descartó cuando vio una tarjeta con sus datos, decidió tomar la caja e ingresar a su casa, la depositó en la mesa del comedor, al abrirla se encontró con una cajita forrada en negro que contenía una hermosa pulsera con cristales rosas y tenía grabado ||Hermosa|| abajo de la caja había una nota que la dejó atontada, no entendía nada, ¿Quién sería la persona que le hizo tal regalo?.

-Genial, como si ya no tuviera problemas- Se dijo a si misma mientras rompía la nota y pensaba que hacer con el regalo, no lo quería definitivamente, ya tenía demasiado con la nota, tenía miedo, el sujeto sabia donde vivía, decidió suspirar y pensar que todo había sido producto de una broma por parte de sus amigos, tenía que ser eso.

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