Epílogo

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La vida es así, muchas veces pasan cosas que no esperamos, cosas imprevistas, buenas o malas pero imprevistas en sí, lo único que vale es la reacción que tenemos frente a este tipo de cosas inesperadas, el problema empieza cuando ya no sabemos como actuar, cuando nos quedamos sin acciones buenas, cuando sentimos que lo único que podemos hacer es desistir y aceptar lo que nos toca, las cosas pasan por algo, quizás el destino tal vez es el Karma, ¿Quién sabe? pero nunca hay que desistir, siempre hay una salida, aunque a veces está no nos guste, aunque pensemos ¿Por qué nos sucede esto? Aunque seamos egoísta y digamos ¿Por qué a mí? ¿Por qué no a otra persona? ¿Por qué ahora? Preguntas sin respuestas, solo nuestra agonía, solo nuestra tristeza, solo nuestro rencor, nos alejamos de las cosas que nos hacen bien, nos alejamos de la esperanza, de la paz, de la libertad, encerrados en un mundo,perdón, nuestro propio mundo sin poder salir más allá de todo, sentir que estas  encadenada, sin libertad, nos alejamos de Dios, y cuando pasa eso, nos alejamos de todo lo bueno, y eso es lo peor que podemos hacer.

La agonía, la desesperanza, la tristeza, el rencor, la incertidumbre, el egoísmo, el odio, un fin de sentimientos oscuros, y es ahí cuando nos perdemos a nosotros mismos,  es ahí cuando no hay otro camino que veamos, hasta que llega alguien a devolverte todo lo que perdiste, llega alguien o un grupo a demostrarte que la vida vale la pena, lo vale con esas personas junto a ti, es lo único bueno que uno tiene, los buenos momentos, es lo único que te puede sacar de ese fondo oscuro en donde la vida te puso, en donde uno se puso, no podemos controlarlo todo pero podemos controlar lo que sentimos.

Uno no tiene la culpa de su pasado, es lo qué te hace ser quién eres en el presente y  las acciones que hagas en este será quien serás en el futuro, aunque a veces cometamos errores, a veces uno no elije lo que es, a veces la vida lo elije, todo gira entorno a las acciones que cometas,  lo más importante es no olvidar nunca de dónde uno viene, y todo lo que paso.

Todo tiene un por qué, nunca te rindas por más oscuro que veas las cosas.

Sonreí mirando a mi hija reír junto al padre, se llamaba alma, 18 años, me acerque a ambos abrazándola por la espalda.

-Mamá, decile a papá que deje de mentir.- miré a mi esposo con la ceja alzada.

-Oh Azul, confírmale a Alma que nos vamos 1 mes.-rei asintiendo, nos íbamos un mes a las Islas canarias, Alma hizo un puchero, ella se quedaba con Ágata,su nana y le dimos el permiso de traer a una amiga.

-¿un mes mamá? No les sirve una semana?.- Ash se rió

- Hija, te aguanto todo el año, necesito más de un mes para desestresarme.- reí junto a Ash, Alma se enojo rodando los ojos.- Hey amor, solo es un mes.

-Los odio pero lo acepto.- la miré con una ceja alzada.

-Amor, no necesitamos tu permiso para irnos, ya sos grande, un mes pasa rápido, te dejaremos la tarjeta.- Le digo dirigiéndome a sentarme al lado de Ash, este tiró de mi en su regazo.

-Iugh, me voy, se cuidan, los amo, pórtense bien.- la vimos salir corriendo de acá, nos miramos con Ash divertidos, observamos su cabeza asomarse por la puerta de vidrio.- No se diviertan tanto, hermanos no quiero.- luego se fue, reímos con Ash.

-Es un personaje.- asentí, abracé su cuerpo.- te amo.

-Y yo, bebé, mucho.- dejo besos en todo mi rostro.

-No más que yo, creo que le deberíamos hacer caso a Alma y darle un hermano.- reí, ellos se llevaban así.

-Tal vez.- lo besé.

Tenía una familia hermosa.

Me pertenecesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora