Apocalipsis Zombie: En busca de un lugar seguro (CANCELADA)

Aula 602

(Carther)

Liv cae con un zombie encima y yo pateo con fuerza la cabeza de este, rompiéndola en pedazos.
Una sustancia pegajosa de color violeta oscuro sale de la cabeza del zombie y baña mi pie, pero no le doy importancia.

De un segundo al otro, nos encontramos en una pelea contra los zombies más cercanos, nos alcanzaron. Estoy muy nervioso, es la primera vez que me enfrento cuerpo a cuerpo con ellos, siento como tiemblo y mi cuerpo pierde firmeza, tengo miedo de que alguno de rasguñe o me muerda. Damos patadas pero no funciona, están recién convertidos y eso hace que todavía conserven fuerza y rapidez, pero obviamente, no más que nosotros.

-Es obvio que nos van a ganar, son más que nosotros y con sólo un rasguño ya te convienten- dice Minho.

-¿Que hacemos?- pregunta Liv, asustada.

Mientras ellos se plantean que hacer, yo tomo un escritorio que se encuentra en el pasillo, fuera del aula y se lo lanzo a los zombies, provocando que los primeros zombies caigan y que los de atrás se tropiecen con ellos, es decir, una especie de distracción.

-Liv, rápido, abre esa puerta- ordeno, señalando a la puerta que se encuentra al lado de la puerta del laboratorio.

Ella corre a tratar de abrirla, mientras, con un poco de dificultad, Minho y yo formamos una barrera contra los zombies; con algunos bancos, escritorios y sillas que se encontraban fuera de los salones.

-La abrí- dice Liv, orgullosa de ella misma, supongo.

Dejamos todo lo que estamos haciendo y corremos a encerrarnos en ese salón.

Una vez dentro, colocamos nuevamente escritorios contra la puerta, para que los zombies no la abran tan fácilmente.
Cuando terminamos de hacerlo, estamos muy cansados y lo único que queremos es dormir. Nos acurrucamos cada uno en una esquina, y dejamos que el sueño nos venza.

[Viernes 6 de Septiembre, Año 2019]

Despierto totalmente adolorido, mi cuello está duro y tengo un poco de frío.

-Minho, Liv- los llamo -Despierten...

El primero en levantarse es Minho.

-¿Se oyen ruidos?- es lo primero que dice.

-No- respondo.

-Quizás se hayan ido- se oye decir a Liv entre bostezos.

-Hay que salir para verificarlo- propongo.

-Si, supongo- dice Minho.

Antes de salir, inspeccionamos el lugar para ver si encontramos algo útil que nos sirva.

Nos dividimos para que cada uno revise una parte del salón, inspecciono detenidamente toda mi sección, banco por banco.

-Encontré una mochila- digo.

-Yo también- dice Liv.

-Minho, ¿Encontraste algo?- le pregunto.

-Nada interesante, solo libros, hojas, y lapiceras- dice sosteniendolos, sin darle importancidemás.

Liv y yo revisamos las únicas dos mochilas que encontramos, que, seguramente, son de algunos alumnos que ahora se encuentran encerrados en el laboratorio con los demás.

Abro la mochila con intriga sobre que es lo que encontraré dentro. Reviso primero, el bolsillo mas pequeño, allí encuentro un gas pimienta, perfume, un peine, llaves, y un espejo del tamaño de mi mano. Indudablemente esta mochila es de una mujer.
En el segundo bolsillo, el más grande, hay libros, hojas, y una cartuchera. Abro la cartuchera y allí encuentro; una lapicera color rosa, una birome azul, plasticola, tijeras, un cúter, una regla, lápiz y goma.

Separo el gas pimienta, el perfume, que, le podemos dar uso de gas pimienta, ya que es irritante cuando te lo tiran en los ojos, y el espejo, que lo rompo, así ahora tenemos dos afilados pedazos de vidrio. También separo las tijeras y el cúter. Van a sernos muy útil...

Todo lo demás lo dejo. No nos va a servir en este nuevo mundo que se está creando, donde constantemente nos enfrentaremos a lo que podría llegar a ser nuestra muerte.

-Tengo gas pimienta, perfume, un espejo, tijeras y cúter- comento.

-Yo tengo sólo tijeras - dice Liv todavía revisando la mochila- ¡Y un celular!.

Minho sonríe al oír el descubrimiento que acaba de realizar Liv.

-Esperen... ¿Y mi celular y mi bolso?- pregunta ella.

-Creo que se cayeron en la confusión, cuando tratabas de abrir la puerta- le digo.

-Quizás...- dice.

-¿Esta encendido o apagado?- cambia de tema el oriental.

-Encendido- dice Liv mientras mira el celular - ¿Intentamos llamar a alguien?.

- Claro, ¿Que hora es?- dice Minho.

-Son las 9 am- contesta ella.

-¿Sabes el número de Ascat?- le pregunto. Siento mucha rabia hacia él y hacia todos los demás, ellos prácticamente nos dejaron como comida para zombies. Nos entregaron a ellos...

- Claro- me mira, y sé que siente lo mismo que yo. Ella quería a Ascat como si fuera su propio padre y él la traicionó.

Liv marca el número, y antes de llamar, sube todo el volumen, así podemos oír y hablar: Minho, ella y yo.

El celular sólo sonó una vez y luego se oyó un mensaje que nos dejó paralizados.

"¡Atención! A todos los que estén escuchando este mensaje les advierto que toda la Argentina está invadida por zombies, la invasión se está extendiendo, ya llegó a Chile y también a Paraguay, tienen que escapar, advertir, encontrar un lugar seguro y... sobrevivir".

Eso era lo que se repetía una y otra vez. Era la voz de una mujer... sonaba desesperada.

-¿Que se supone que debemos hacer?- pregunto.

-Encontrar más gente y sobrevivir... supongo que otros países ya e habrán enterado y estarán buscando una cura- dice Minho.

-¿No están preocupados por sus familias?- pregunta Liv.

Lágrimas amenazan con salir de mis ojos. Sé que esto es el fin del mundo, pero hay algo que me hace mantener las esperanzas. Así que le respondo firmemente.

-Estarán bien- es lo único que digo - viven lejos.

-Pero...- dice ella, pero antes de terminar su frase yo la interrumpo.

- Viven lejos...-.

Nos repartimos los elementos de defensa que encontramos, Minho y yo nos pusimos las mochilas vacías, una cada uno y nos disponemos a salir. Lo primero que debemos hacer es encontrar el bolso de Liv.

Sacamos cuidadosamente, haciendo el menor ruido posible, las mesas y sillas que habíamos apilados la noche anterior contra la puerta. Pero justo cuando estábamos corriendo la última mesa, esta cae y cocha con el piso, provocando mucho ruido.

Nos escucharon, y ahora, alguien quiere entrar, la perilla de la puerta se mueve lentamente, provocando que sude como nunca.