Capítulo V

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-¿Qué haces aquí?-Le digo tratando de ocultar mi miedo.
-Vaya, también estoy feliz de verte-dice Richard con tono sarcástico.
-¿Cómo supiste dónde vivo?
-Ya sabes, tengo mis contactos, también sé que tu padre está de viaje y vuelve a mediados de la semana.
-¿Qué demonios quieres Richard?-le digo casi gritando.
-Cálmate cariño-levanta su mano para tratar de acariciarme pero yo me aparto bruscamente- Joanne, no pienso hacerte daño, no está vez.
-No me interesa cuales son tus intenciones, solo lárgate.
-Jo, te extraño.
-Pues yo no.
-No te hagas la difícil—dice y veo como su rostro se acerca al mío y trata de besarme pero yo le doy un puñetazo antes de que lo logre hacer.—¿Qué te pasa?—dice tocándose donde lo golpeé y me toma ambas manos—A mi no me volverás a golpear pequeña perra.
—Richard suéltame, me estás lastimando.
—Yo te soltaré cuando yo quiera.
—Suéltame por favor—le ruego porque no quiero tener ningún contacto con el.
—Creo que Joanne ha dicho que la suelte —dice una voz detrás de Richard, sé que es Miles y por primera vez estoy feliz de verlo.
—¿Tú quién te crees para decirme qué hacer?— le dice Richard soltándome las muñecas y volteándose hacia Miles.
—No creo nada, pero así no se trata a las mujeres, así que será mejor que te vayas.
—¿Así que este es tu nuevo juguete Joanne?—dice Richard entre carcajadas.
—Para tu información el no es ningún juguete, imbécil. Vete en este instante si no quieres que quien te lleve sea una ambulancia.
—Me iré, pero esto no quedará así Joanne, no quedará así—dice y se va.
Le hago de seña a Miles que entre.
—¿Te encuentras bien Joanne?—dice Miles examinando mi rostro.
—Si, gracias por haber llegado a tiempo, de no haber sido por ti no sé qué habría pasado—le digo mientras me froto las muñecas, me arden por la fuerte presión que ejerció Richar en ellas.
—A mí también me alegra haber llegado a tiempo, ¿Segura que te encuentras bien?—dice y me toma las muñecas para observarlas, al sentir su tacto sentí como una fuerte corriente eléctrica recorría por mi cuerpo.
—Si—y apartó mis manos de las suyas—no es gran cosa, de cualquier cosa mi pálida y estupida piel se pone roja, tal vez mañana tenga un moretón pero eso es todo.
—Pues yo creo que tienes una piel muy hermosa—dice Miles viéndome a los ojos y vuelvo a sentir la corriente.
—Mhhmm gracias, creo que es hora de irnos.
—Si.
Cuando salimos veo que su moto no está por ningún lado.
—¿Viniste a pie? Porque si es así nunca llegaremos a la fiesta.
—No, traje mi auto—dice sacando las llaves de su bolsillo y apuntando hacia la Chevrolet Tahoe negra en frente de mi casa.
—¿Tus padres te compraron una Tahoe?—le digo sorprendida—mi papa ni si quiera quiere comprarme una Toyota.
—En realidad no me la compraron—dice abriéndome la puerta del copiloto, observó cómo se ve mientras pasa por delante de la camioneta, lleva unos jeans y camiseta ajustada negra, el negro le queda a la perfección. Continúa hablando cuando se sube a la camioneta—Mi padre es gerente de Chevrolet y le dan al rededor de 4 autos o camionetas gratis al año, así que este año me regalo esta.
—Eso es genial– le digo.
Nos tardamos 10 minutos en llegar a casa de Becca, cuando estábamos a una calle de su casa podíamos escuchar la música a lo largo.
Al llegar la música parecía que iba a explotar las ventanas, había gente por todos lados.
Al entrar al primero que veo es a Mike. 
—Miren quien apareció, pensé que no ibas a venir, Becca estaba a punto de ir a buscarte a tu casa, pero veo que vienes con buena compañía—me dice mientras dirige su mirada hacia Miles—¿Qué pasa hermano?—se saludan haciendo esa cosa con las manos que hacen los hombres—¿Quieres una cerveza?
—Por supuesto—le contesta Miles—¿Tú quieres algo Jo? ¿Algún ponche o jelly shot?
—Una Corona está bien—le respondo.
—¿Una Corona? ¿En serio quieres una cerveza?
—¿A caso eres sordo? He dicho que quiero una cerveza.
—Eres la primera chica que escucho decir que quiere una cerveza.
—Te sorprendería saber todo lo que toma Jo—interrumpe Mike.
—Cierra la boca Michael, me haces parecer una alcoholica.
—Te he dicho que no me llames Michael
—Y yo te he dicho que no me hagas parecer alcoholica frente a los demás, ahora, ¿me traerán la cerveza o tendré que ir yo?
—Ya se la traigo, su majestad—dice Miles y yo ruedo los ojos.

                         **********
Llevo dos cervezas en 25 minutos, Miles no deja de decir que está sorprendido, he buscado a Becca por todos lados, seguramente debe estar follandose a algún chico.
—¡Jo!-escucho que alguien grita por detrás pero no alcanzo a ver quién es ya que hay mucha gente y casi todos son más altos, pero logró ver que es Becca—Te he estado buscando, ¿dónde te has metido?
—Lo mismo te digo a ti, te he estado buscando y no te encontraba, ¿a quién te estabas follando?—le digo con tono inquisitivo
—A nadie, hasta ahora. Estaba cerrando con llave las puertas de las habitaciones, encontré a un par follando en mi habitación y otros que iban a la de mis padres.
—Que desagradable.
—Unos chicos trajeron tequila, ¿quieres?
—Por supuesto, hace mucho tiempo no pruebo tequila.
—Bueno, pues hoy recordaras su sabor.
Llegamos a la cocina y veo a unos chicos sirviéndose el famoso Tequila.
—Hola chicas, ¿Cómo les va?, mi nombre es Liam y este es mi amigo Dave.
–Hola, yo soy Becca y ella es Jo.
—Hola Jo, es un gusto en conocerte—dice Liam, es guapo, tiene cabello negro y ojos azules como el mar, también es alto y se ve que hace ejercicio.
—Lo mismo digo—le digo con un tono de puta, mierda, creo que el alcohol me está afectando.
—¿Quieren que les sirva un shot de tequila?—pregunta Dave, Dave también es guapo, es moreno, cabello castaño, ojos color miel y también hace ejercicio, ambos son altos.
—Pues claro, eso nos trajo a la cocina—le digo.
Cuando trago el primer shot de tequila siento como el caliente líquido me quema la garganta, es como si tragaras fuego líquido, okay, sé que eso sonó estúpido pero es probable que ya este borracha.
Cuando trague el tercer shot ya no me ardía tanto, tal vez ya me acostumbre o mi garganta ya está muerta.
—¿Qué estás haciendo Joanne?—dice Miles con el ceño fruncido.
—Dios, padre como mi suenas-veo que el pone cara de que no entendió y luego me doy cuenta que yo lo dije mal—Lo siento, quise decir que sueñas como mi padre.—le digo entre risas estúpidas.
—Sufiiente, estás muy borracha. Te llevaré a casa en este instante—dice molesto.
Vaya, este chico sí que es mandón.
—No, esto está que comienza—le digo y subo a una mesa—¡VIVA EL TEQUILA Y LAS FIESTAS SIN PADRES! WOOOO!!
—¡QUÉ VIVA!—me responden todos
—Joanne, bájate de esa mesa, te caerás.—Dios, definitivamente es peor que mi padre.
—Mira, me bajaré porque ya me aburrí de estar aquí y quiero bajarme, y no me caeré porque tengo reflejos como un gato—le digo y hago sonido de gato, mañana me arrepentiré de esto. Me lanzo de la mesa y como era de esperarse mi cara iba directo al piso, pero al parecer aquí el gato es Miles porque me atrapo.
—Listo. Nos vamos.
—Por supuesto que no, aún no he bailado—le digo y veo pasar a Liam—Hey, Liam, bailemos.
—Por supuesto preciosa—me dice y me extiende la mano.
—Te veo luego, Robertson.
—Esta bien, pero tú pequeño albedrío de libertad se acabará pronto, disfruta mientras puedas.—me dice y se queda ahí de pie, viendo cómo me dirijo hacia lo que se supone es la pista de baile con Liam. Cuando escucho Come Get Her de Rae Schmurda, no puedo evitar emocionarme.
—¡No puede ser, esa es mi canción!—grito porque la música está tan alto que tengo que gritar para que Liam me escuche. Empiezo a bailar y siento cómo las manos de Liam se posan en mis caderas y me da la vuelta.
Mi espalda está rosándose con su pecho y puedo sentir que cada vez me pega más hacia el. Esto no me está gustando.
—¿Liam?—le grito por sobre la música—Siento que estás muy pegado a mi, aléjate un poco, esto no me gusta.
—No quiero, me gusta sentirte.
—Liam, aléjate—le digo enojada.
—No—entonces yo me doy la vuelta y quedo de frente a él le sonrío para que crea que esto me gusta—Estamos mejor así—dice y me regresa la sonrisa entonces yo aprovecho y le doy un perfecto derechazo en la nariz.—Ah, eres una perra.
—Oh Dios mío, ¿Jo que has hecho?—Dice Becca al ver a un Liam sangrando de la nariz.
-Este imbécil quiso pasarse de listo.—le digo mientras me sobo los nudillos, para estar en este estado sí que pude defenderme , deberían darme un premio.
–¿Qué pasó?—dice Miles acercándose al círculo de gente que se formó cuando golpeé a Liam.
—Oh por Dios, no puedo creer que me haya perdido una pelea de Jo borracha—dice Mike descepcionado.
—Jo golpeó a Liam porque quiso pasarse de listo—dice Becca.
—¿Estás bien?—dice Miles
—Pues claro, soy prácticamente un ninja—le digo orgullosa.
—Ahora sí, ya nos vamos Joanne.—dice Miles.
Siento como el mundo me da vueltas y todas las personas tienen gemelos. También siento como si la fiesta se ha trasladado a mi estómago.
Mierda.
Estoy vomitando.
—Oh no, Joanne—es lo último que escucho decir de Miles, pues el vomito parece que me volvió sorda.

N/A
Hola, espero que este capítulo les haya gustado, he estado inspirada últimamente y decidí hacer estos últimos capítulos seguido. Comenten que les pareció, voten y compártanlo. Actualizare pronto.
xx
-J

El infierno de Jo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora