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Llegue a la universidad donde Sofía estudia, estacione y me dirigí hacia la cafetería para sentarme, estando ahí, tome mi teléfono y le envíe un mensaje diciéndole donde me encontraba esperándole. Unos minutos más tarde unas manos muy suaves desde mi espalda me taparon los ojos.

-Sofía- dije sonriendo, esta se sitúo frente a mí y me dio un beso, debo decir que fue un muy buen beso, de esos que tienen un sabor muy peculiar pero que no puedes descifrar ni olvidar, acto seguido se sentó a mi lado y recostó su cabeza en mi hombre y eso se sentía bien, sentí una calma y una alegría que no había sentido desde hace mucho o tal vez ni la había llegado a sentir, Sofía me miro desde mi hombro y esa mirada me hizo pensar en lo afortunado que era de estar junto a ella, tal vez solo estábamos saliendo, pero, con eso me bastaba por ahora.

-¿no tienes hambre?- pregunte excusando el que esta era la que me atacaba a mí, en una pregunta hacia Sofía.

-Sí, pero aquí se siente tan bien- Sofía me abrazo por encima de mi hombro, no pude no sonreír, pues aquellas palabras habían sonado tan bien

- que gay eres- le dije sonriendo

-bobo- Sofia rió mientras lo pronunciaba

Momento después nos levantamos y nos disponemos a caminar por el campus, yo trazaba un camino mental, para llevarla por donde quería, la persuadía conversando con ella para que no notara hacia donde la llevaba

-ey ¿no íbamos a almorzar? ¿Cómo terminamos en el parqueadero?- Sofía estaba confusa y al parecer el hambre iba poniéndola de mal humor

-Tranquila, allá vamos, para eso te he traído aquí-

-no bromees Peter-

-No lo hago- Me acerque a la moto que estaba frente a mí, tome los cascos

-toma pequeña- le pase un casco a Sofía la cual quedo sorprendida, me subí a la moto, la encendí y mire a Sofía que estaba ahí parada mirándome un poco sorprendida, no era para tanto, solo me habían otorgado la licencia de conducción, no sabía por qué se encontraba aun ahí parada sin decir nada

-Te dieron la licencia, ahora no será tan difícil vernos- a Sofía se le notaba una alegría muy grande, ni siquiera yo me había alegrado tanto por ello

-Sí, ahora si quieres, vamos a buscar donde almorzar- Sofía atendió mi petición y juntos salimos de la universidad, recuerdo que nos encontrábamos en la universidad donde ella estudia, pensé donde llevarla y se me ocurrió un lugar que quedaba un poco cerca, un lugar al cual había querido llevarla hace un tiempo.

Y ahí estábamos en el restaurante Me-yai, es un restaurante de comida oriental que me gusta mucho, al entrar, pedir una mesa y sentarnos, lo primero que escuche fue

-Sofía ¿eres tú?- un chico que estaba en la mesa frente a nosotros se levanto

-Ohh Juan, que sorpresa encontrarte aquí- respondió Sofía levantándose de su puesto y saludando a aquel anfitrión, yo ya había escuchado un poco de él antes de empezar a salir con Sofía, él era con quien salía ella y pues el tipo no estaba mal, era un poco más bajo que yo, pero diferencia de mí se veía que era un chico que se ejercitaba y yo también lo hago, pero en otro contexto pues no soy el típico chico con músculos esbeltos y demás, es más, soy un poco delgado y se preguntaran si me ejercito por que estoy así... pues la verdad no me ejército, juego ultimate Frisbee...pero...eso cuenta, no? Por otro lado el chico que tengo frente a mí se ve que regularmente visita un gimnasio... En fin

-Peter te presento a Juan- dijo Sofía dándome a presentar a alguien que por ella casi que conocía generalmente

-y eso que estas por aquí-

Corazón en GuerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora