-Ha pasado mucho tiempo desde que nos vimos por última vez, ¿No es así?-Meiko me miro, conducía con suavidad sobre la carretera, la noche ya reinaba sobre la ciudad.- Te extrañe.
-Pues lamento decirte que yo no, mi linda Mei, he estado... un tanto ocupado-mire hacia la ventana, pensando en Miku y en todo lo que había vivido.
-Lo sé, esa chica es el porqué ¿No?-me sonroje de inmediato, no volteé a verla, mantuve mi mirada fija en la mezcla luminosa del exterior.
-¿Has estado espiándome?
-No, pero, me he mudado a un nuevo vecindario... me divorcie-El rostro de Meiko mostraba calma y serenidad, yo la mire sorprendido.
-¡Qué bien Mei! Ese tipo no te merecía, eres mucha mujer para el-Sin embargo, Meiko tenía en el rostro vestigios de llanto y unas pronunciadas ojeras.
-¿Quieres hacerme olvidar mis problemas?-Meiko estaciono su coche en la entrada del hotel, mi cuerpo se paralizo de inmediato.
El sol matutino me molestaba un poco caminando hacia la escuela, el cuerpo me dolía mucho, pasar la noche en vela no fue lo más favorable. A lo lejos, en la entrada del colegio, una hermosa niña de pelo turquesa peinado en dos coletas altas me esperaba en la entrada del colegio. Sonriendo, corrí hacia ella. Me incline hacia su rostro, pero ella me empujo, me sorprendí por ese gesto tan hostil.
-Nos vemos en la hora del almuerzo en la azotea de la escuela-su voz era fría, severa.
Pero eso no fue lo más extraño de la jornada, en deportes, cuando me duchaba, mi hermana mayor entro al baño de los chicos, sin importarle que estuviera desnudo, entro a mi ducha y me abofeteó.
-Espera-lograba decir entre cada golpe que me propinaba, no sabía si taparme mi entrepierna o protegerme el rostro.
-¡Te odio, te lo dije, te lo advertí! ¡Que no te metieras con ella, pero no....!-ella seguía golpeándome con fuerza, hasta que caí en la cuenta.
-¡Basta!-le grite, Rin se detuvo sorprendida, nunca le había gritado, bueno, al menos no desde la muerte de mi madre.- ¡No se que estarás pensando, pero sé que fue un error no haberte avisado que no llegaría a casa en la noche! ¡Pero es mi vida! ¡Lo es!- caminaba hacia ella que retrocedía conforme avanzaba-¡Y no voy a dejar que me grites en frente de todos por algo que NO paso! No sé qué es lo que estarás pensando Rin Kagamine pero yo tengo bien claro lo que paso.-Los chicos nos miraban entre avergonzados y sorprendidos. Nunca había perdido los estribos, tome una toalla y me vestí con rapidez dejando a mi incrédula hermana en las regaderas.
Cuando salí, me dirigí hacia el salón de Miku, como no había maestro, tome la de la mano y la jale hacia afuera, ella se resistía sin decir nada, cuando la saque, se detuvo y me dio una cachetada, su rostro ofendido se coloreo de rojo.
-Me vas a escuchar, quieras o no-le dije y le tome la mano jalándola hacia la azotea de la escuela ante las miradas de sus sorprendidos compañeros. Al llegar Miku me soltó y me miro con asco, esperaba que me gritara, que me insultara de todas las maneras posibles, pero lo único que hizo, fue esconder su rostro entre sus manos y llorar. Fue entonces cuando mi mente recordó todo.
La niña que se encontraba en aquel árbol era una pequeña y triste Miku, me acerque con cautela hacia ella, le toque el hombro dándole unas palmaditas.
-No llores-le decía, aun si conocerla, ella lloraba cubriéndose el rostro, me coloque enfrente de ella y con delicadeza le retire las manos del rostro.-Te ves más bonita si no lloras.- Miku me sonrió y sus lagrimas dejaron de fluir...
Me pare enfrente de ella, de la Miku alta y linda, le retire las manos del rostro, y una vez más le dije-Te vez más bonita si no lloras-Miku me aventó las manos y se alejo de mi.
-¡Rin me advirtió que no me acercara a ti! Pero yo no le quise creer, yo le dije que eres bueno... que no me harías daño. ¡Pero entonces me volteo y te vas con otra mujer!-Ahora lo entendí, Miku vio cuando me subí al auto de Meiko-Le llame a Rin para saber si había llegado a casa, pero ella me dijo que no ¡Le llame durante toda la noche! Y tú no apareciste...dime ¡¿Qué quieres de mi?! Creí que me querías... pero ahora me doy cuenta que no...-Miku me miro de una manera muy lastimera, una mezcla de dolor, odio y rencor.
-Pero Miku-trate de acercarme a ella-No pasó nada... Meiko es solo una amiga, nada más.-Ella se alejaba de mí, extendí mis brazos hacia ella, acorralándola hacia la reja de protección.
-No sé qué creer-Miku miro al suelo, yo me aleje de ella y salí corriendo de la escuela, llorando. Por primera vez no había hecho nada, y había pagado por todo.
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Spice!
FanfictionLen Kagamine a hecho de su vida un gran harem sin embargo, ni siquiera el nuevo gran casanova se salvará de la trampa más grande de todas: el amor.