6. Sueños

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Cálido.

Se sentía cálida al recibir los rayos de sol sobre su piel, sobre todo se sentía bien al ya no cargar esa cosa llamada pañales en su trasero. El viento jugaba con su larga cabellera, las ya no tan pequeñas manos ahora podían hacer algo más que golpear a Sungyeol cuando la molestaba.

-¡Muy bien sarang! Quedó hermoso tu castillo de arena -sonrió al escuchar los halagos de su humano, mientras le acariciaba la cabeza mostrándole su hermosa sonrisa.

-¡Ash! ¡El mío está más bonito! -dijo esa voz chillona que tanto le molestaba, siempre arruinaba los momentos lindos entre ella y su humano- ¿cierto, myungie?

Sarang observo a su segundo humano favorito utilizando otra de sus "nuevas habilidades" que según le dijo Sung Jong le llamaba "aegyo", Sungyeol no se quedó atrás e intentó convencerlo, pero a diferencia de ella, sus muecas eran algo graciosas.

-Usted gana, Sungyeol nim. -se rindió, no soportaba ver su rostro haciendo eso, daba miedo- oppa, ¿me llevas a la orilla? -miró a Sung Jong y le extendió mi mano, él sonrió y caminó con ella hasta la orilla.

Mientras mojaba sus pequeños pies, recordó el día en que extrañamente cambio de apariencia. Lo que le dijo su superior es que ahora tenía la apariencia de una niña de diez años.

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Todo marchaba bien, Sarang había aparecido frente a Sungyeol, pero él no logró reconocerla. Tuvo que mentirle diciéndole que estaba muerto para así lograr que reaccionar. Sabía que los ángeles no deben mentir, pero lo creyó necesario sólo por esta vez. Pero extrañamente mientras enviaba a Sungyeol de vuelta, el pequeño cuerpo del ángel en la tierra comenzó a quedarse quieto, trato de abrir sus ojos, pero estos se cerraban y era difícil abrirlos, aún escuchaba las voces de sus humanos y la tranquila respiración de Sung Jong a un lado.

-Yo también te amo -dijo Sungyeol y al final de sus palabras. Cayó en un trance.

No paso mucho tiempo cuando unas voces comenzaron a despertarla, obligándola a abrir los ojos y así poder ver al humano mayor, al que tiene apariencia de sus de mis peluches parecido a un dinosaurio, al que la alimento por primera vez y a su querido Sung Jong, pero; la veían extraño, como la primera vez que llego.

Sarang creyó que hablaba con ella mismo, pero se sorprendió al escuchar su propia voz.

-¿Qué les paso a mis manitas? -eran más grandes de los que recordaba.

Al estar cubierta por sábanas, se incorporé y vio como su cabello oscuro cubria parte de los hombros.

-S-Sarang ¿cambiaste de cuerpo? -Sung Jong se acercó y conectó su mirada a de ella- Eres una niña muy hermosa -dijo con una de sus sonrisas encantadoras.

-¡¿Niña?!

Sarango comenzó a reír al recordar cómo había gritado al verse en un espejo. Los chicos salieron huyendo y SungJong un poco avergonzado la vistió con una de sus camisas, enorme para ella, pero le serviría.

-¿Qué paso? De pronto comenzaste a brillar y ahora eres una niña. -explico Sung Jong y por más respuesta que buscaba sarang no sabía que decirle.

-No lo sé...-miró al piso- tengo miedo. Creo que hice algo mal -en serio creía que había hecho algo mal y poco a poco sus lágrimas empezaron a salir- ¡Debo buscar a sunbae!

-¿Estas bien? -preguntó preocupado y me ayudó a levantar.

-Disculpe ajhussi -sungjong comenzó a reírse, no entendía porqué hasta que el apartó a esa puerta y salí corriendo, sin importarle lo que veía ni a quien empujaba- ¿dónde está? ¿Sungyeol nim podías abrir la ventana por mí? -le preguntó, pero él la miraba como si fuera extraña- ¿qué? ¿Nunca has visto a una niña?

1004 (Ángel) [INFINITE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora