Diario de una Esposa Triste

1. Detalles del comienzo.

Es difícil comenzar a hablar de que lo que tanto amé se desvaneció en las sombras, sólo sé que duele amar lo que ya no existe.

Tampoco perderé tiempo hablando de lo que era, de lo que fue. Estas líneas son mi ruta de escape al dolor que debo callar porque no puedo decirlo a nadie. Soy consciente de que han sido sólo mis acciones las que me han llevado al lugar en donde estoy, por lo tanto sola debo cargar con ellas.

No estoy buscando un consejo, no, sólo quiero en el anonimato de mis letras transmitir mi dolor y angustia a quien esté a tiempo de librarse de las cadenas de un amor insano, y por qué no... Liberar mi llanto así.

Lo amé y me amaba, fuimos dos adolescentes que al no encajar con el resto del mundo se refugiaron uno en el otro, vivimos años para mí maravillosos pero que hoy sé me dediqué a alimentar un sentimiento negativo en él. Yo fui feliz, él fingía serlo.

El camino compartido en tanto tiempo y la creencia de que nos conocíamos suficiente para dar el gran paso, nos hizo terminar firmando un papel que resultó convertirse en una pesada cadena.

Bastaron unos meses para romper la burbuja con los primeros golpes causados por mis celos "infundados", ni siquiera dos años para saborear el doloroso veneno de la traición, y el remordimiento de soñar con pagar con la misma moneda.

Fue mi orgullo más que mi amor lo que me obligó a quedarme, luego de aquella primera ocasión, fue su ruego de rodillas el que me impidió dejarlo en la segunda... Y no sé cómo quedé atrapada por el miedo a vivir sin él...

Hoy hace de mis sentimientos un guiñapo con el que trapea el piso si así lo quiere... Sólo en ocasiones, en raras ocasiones vuelvo a ver al que adoraba, y por esas raras ocasiones creo que estoy aquí...