Estoy cansada de que me vea como un maldito perro. Sé que es culpa mía por permitirlo pero ya no sé cómo arreglarlo. Me da miedo estar sola, pero también es rabia porque sé que irme es darle lo que busca dado que ya está cansado de mí.
Él sabe que no tengo a nadie que me quiera, ya todo lo he perdido por seguirlo y a mi edad para mí es imposible conseguir a alguien que me quiera. Y él ya no lo hace. La escala baja y baja y baja y cada día me siento más y más sola. Ya no sé qué hago aquí.
Para él no soy nada, no soy nadie, nada valgo...
Y lo peor es que hace tiempo me acostumbré a verme a través de sus ojos. Quizá es que efectivamente no soy nada y no valgo nada. Sólo así me explico por qué para él es tan fácil humillarme y pisotearme como lo hace.
Lo sé... Ahora estoy más sola por haberle confiado la verdad. Mi verdad.
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Diario de una Esposa Triste
RastgeleCuando ya no queda nada, cuando toda la soledad se une y sus gritos resuenan en mis lágrimas... Lejos parece el día en que tuve alguna esperanza. Lejos parece el día en que ciegamente confiaba en sus palabras. Esto no es ficción, es la novela que c...
