Nico cada vez la miraba más en los pasillos, sonreía al verla. Y a ella le encantaba su forma de mirarla.
Celia seguía quedando con Alex, aunque era distinto, se prometieron un para siempre, Alex le dijo que la quería como a nadie, que nunca había sentido eso por alguien. Cada vez que la decía eso, Celia se moría de amor.
Pero por mucho que se lo dijese, Celia sabia que no era verdad, ya que no lo demostraba.
Y ella lo pasaba mal por estar con alguien que no la valoraba, que no estaba ahí cuando ella estaba mal.
Pero en cambio, estaba Nico, ese chico alegre que siempre sonreía al verla pasar. El joven siempre conseguía sacarla una sonrisa cuando mas lo necesitaba.