Capítulo 23: Una noche extraña

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- Muy bien quieres hablar, pues habla – dije irritada, no se supone que estuviera aquí

- Bueno Caroline ya se lo que Anabell hizo y quiero decirte que lamento mucho el comportamiento de mi hija

- Mira Eros, agradezco tus disculpas, pero nada de esto hubiese pasado si tú le pusieras atención a tú tierna y angelical hijita – dije irritada, yo solo quería dormir y olvidar que casi me asesina una loca, que aparte era la hija de mi antepasado

- ¿Disculpa? Yo le presto bastante atención a mi hija – lucia ofendido

- Por eso es que pasó lo que pasó allá en el Olimpo, no estoy diciendo que seas un mal padre Eros, sólo que debe... – pero mi frase se vio cortada por un estruendo proveniente del piso de abajo

- Quédate aquí, estarás segura – fruncí el ceño – si Anabell me siguió hasta aquí corres riesgo – abrí los ojos como platos, había visto a Dusty dirigirse hacia la cocina hace poco...

Mi instinto habló por mí, y salí corriendo detrás de Eros, si esa loca le hacía daño a alguno de los que estábamos en la casa sellaría su sentencia de muerte, y no me importaba si Eros estaba, Anabell ya me tenía HARTA

Bajé volando las escaleras y la escena con la que me encontré en la sala era de lo más desagradable, mis fotos con mi familia si bien no estaban rotas, todas tenían mi cara cortada o llena de lo que espero no sea sangre; pasando por uno que otro objeto tirado en el piso llegue a la cocina, a simple vista todo se veía normal, pero al encender la luz tuve que contenerme de no gritar

- ¡Dusty! – grite preocupada/asustada, ya que, Dusty se encontraba atado a una silla, golpeado y con una psicópata sosteniendo un cuchillo peligrosamente cerca de su cuello

- Caroline querida, me sorprende verte aquí después de nuestro último encuentro – sonrió burlonamente la bruja que tenía enfrente mío

- Anabell baja ese cuchillo ahora mismo y ven acá – dijo Eros tratando de sonar "autoritario" pero yo podía ver que sentía decepción y miedo de su hija

- Por su puesto padre – y ella bajo el cuchillo, dejando un corte en el cuello de Dus y arrancándole un aullido de dolor

- ¡Desgraciada! – estaba a punto de abalanzarme sobre ella, pero unos brazos rodeando mi cintura lo impidieron

- Quédate quieta, solucionaremos esto – susurro Tony en mi oído, no me relaje hasta que note que Tyler y Jessie estaban entrando por la puerta trasera para ayudar a Dusty

- Buena elección niñata – si ella seguía hablando le borraría esa sonrisa burlona de un puñetazo – ahora escúchame bien, vine aquí para que renunciaras a tus poderes como descendiente de cupido y así poder yo ser la que controle los sentimientos de todos los estúpidos mortales – seguido de esto se río maliciosamente, era obvio que esta tipa estaba más que desquiciada, tenía que calcular cada paso que diera para que no lastimara a más nadie

- Muy bien Anabell, hablemos de esto y podremos llegar a un acuerdo, solo baja el cuchillo – dije suavemente a la vez que me acercaba, ella titubeo un segundo y luego puso el cuchillo en la encimera, se fue acercando lentamente hacia mí y antes de que pudiera darme cuenta Eros la había rociado con un polvo azul

- Es por tu propio bien hijita – dijo al tiempo que la atrapaba antes de que tocara el suelo

- Ella esta... – empezó Tony indeciso

- No, esto la dormirá por unas 12 horas, tiempo suficiente para llevarla a casa y encerrarla para que no les cause más problemas

- Nada de eso Eros, sé que crees que la puedes mantener bajo tu cuidado y ella corregirá su comportamiento, pero ya hemos visto que eso no funcionó, así que te pido que la dejes con Hades, al menos sabemos que del inframundo no podrá salir tan fácilmente – aunque la debió haber dicho esto fui yo, la que salió a defenderme fue Jessie, quien se escuchaba muy muy molesta – yo misma hablaré con él, quiero a la loca de tu hija lejos de mi amiga – y con esa última frase era obvio que no había manera de hacerla cambiar de opinión.

The descendant of ErosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora