Capítulo 32: No te mueras por favor.

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-Y mi papá, ¿cómo está? – pregunté ansiosa, quería saberlo todo - ¿Cómo se ha sentido? ¿Se ha tomado sus medicamentos?

-Tu padre está mejor que nunca, mi niña – respondió mi nana encantada con mi entusiasmo, creo que estaba recordando ese tiempo cuando yo era una niña pequeña – Tu madre es la que sigue tan caprichosa como siempre... El otro día recibimos una llamada de tu hermano, quien también está de maravilla...

-Sebastian... - susurré nostálgica – Hace demasiado que no escucho su voz...

Bridget por supuesto notó mi ligero cambio de actitud, enseguida tomó mi mano que descansaba sobre mi regazo y cariñosamente la acaricio. Yo no pude hacer más que sonreírle, de verdad que no importaba el lugar en el que me encontrara, si ella estaba cerca, me sentía en casa.

-Hey, muchacha – Le llamó a Felicity, que pasaba casualmente por ahí – ¿Qué pasó con mi cafecito? ¡Qué ya tengo un rato esperándolo!

Felicity levantó la vista de su tableta y miró con sorpresa a mi nana, y estoy segura que estuvo a punto de responderle inadecuadamente antes de encontrarse con mi mirada.

-No sé a quien se lo haya pedido, pero no fue a mí – explicó de mala gana – Pero revisaré que se lo traigan, señora.

Y en seguida siguió con su camino y yo no pude evitar poner los ojos en blanco.

-Ay... mi vida, ¿Todas las asistentes son así de groseras? – preguntó consternada mi nana.

-No, nana... aquí todos son muy amables – expliqué – Ella es Felicity, y no es una simple asistente.

-¡Qué pena! No me digas que es familia de alguno de los compañeros de tu marido, ¡O de Harry!

-Mmm... no, no exactamente... - respondí, tratando de buscar la manera de explicarle la extraña situación en la que nos encontrábamos esa chica, mi marido y yo – Felicity es algo así como una amiga de la infancia de Harry... su papá acaba de morir y aparentemente no tiene a nadie más en el mundo... Así que trabaja con los chicos, pero Harry la tiene aquí como si fuera parte de su familia...

-Y eso a ti no te causa ni la más mínima gracia, ¿Verdad, mi cielo? – preguntó y negué con la cabeza algo avergonzada – ¿Qué pasa? ¿No estás feliz aquí? – insistió y sentí esa nota maternal de preocupación en su voz.

-A veces, cuando me detengo a pensarlo creo que soy la persona más infeliz del mundo... Es como si todo lo qu---

-¡Todos a un lado! – gritó Paul de la nada cuando el elevador se abrió - ¡Muévanse! ¡No estorben!

Me levanté en un segundo ante tal escándalo y corrí hasta el ascensor para ver qué era lo que pasaba. Casi me desmayo cuando mi a Harry tumbado en una camilla cubierto de sangre.

-¡Qué paso! – grité angustiada, siguiendo a las personas que llevaban cargando a mi inconsciente esposo. Me les adelante y les abrí las puertas de mi habitación para que lo metieran a la cama – Paul, ¿Qué pasó? ¡Dime que pasó!

-Tuvimos un accidente en las motos – respondió Luke, que entraba detrás de mí bastante desaliñado y un tanto aturdido, pero no se veía ninguna herida grave. Aún no estoy segura si fue mi sentido común el que me detuvo, pero verlo no me causo la misma conmoción que ver a Harry.

-Harry recibió... él recibió la mayoría de los golpes – añadió Paul quien al mismo tiempo hablaba por celular – Va a estar bien, está estable y el doctor viene para acá.

-¿Y por qué no lo llevaron directo a un hospital? – pregunte angustiada mientras alguien me pasaba una toalla limpia.

-Hay protocolos, lo sabes... Esto hubiera sido un escándalo mundial – me explicó, y sí, por supuesto que lo sabía, pero la vida de Harry era más importante que cualquier simple escandalo en una revista – Trata de calmarte – pidió cuando vio tamblar mis manos cuando le pasaba la compresa en la frente a Harry – Los médicos están subiendo ahora mismo.

Bodas de OdioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora