Capítulo 17: Esposa a la una, a las dos... ¡Vendida!

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Narrador.

-¿Y ahora qué fue lo que le hiciste a la niña? – le preguntó Bridgett a Serena cuando salió de la habitación de Valery – Pensé que estarías muy contenta por la noticia de la boda… Pero en este punto creo que ni tú misma te entiendes… ¿Qué fue lo que pasó?

-Es que me molesta que Valery no quiera una gran boda, ni siquiera una fiesta para anunciar su compromiso – le explicó y de verdad se veía furiosa – No quiere tomarse el tiempo necesario para escoger su vestido de novia… Yo quería que viajáramos a Paris a buscar el vestido de sus sueños… ¡Pero no, no y no! Es como si tuviera una urgencia por casarse.

-Ay que niña…. Primero andaba como loca por ese otro muchacho… Y ahora ya le anda por casarse – respondió confundida – Bueno, quizá sea para mejor, quizá el matrimonio la calme…

-Pues yo no sé, pero yo voy a hablar de todo esto con Harry, con él estoy segura que si me voy a entender.

Valery se quedó encerrada en su habitación hasta la mañana siguiente, no dejo de llorar en ningún momento, le lloró una última vez a Luke, le lloró al verdadero amor que nunca iba a ser capaz de encontrar, y le lloró a esos sueños de boda perfecta, a los cuales había renunciado cuando aceptó entrar en el juego de su madre.

Y como ya era costumbre, Harry apareció a la mañana siguiente, galante como siempre en la residencia VDW.

-Hola, Harry, ¿Cómo estás? – saludó Serena al recibirlo, y el chico saludó cordialmente a su futura suegra – Retirate, Alice, yo le aviso a mi hija que su prometido llegó – indicó la mujer a la chica de servicio y ella obedeció sin dejar de observar encantada al prometido de Valery - ¿Podemos hablar un momento – le preguntó a Harry y el accedió – Pasemos al despacho.

-¿Qué necesita, señora? – preguntó dudoso Harry, sin saber con que nuevo capricho podría salir la señora Van Der Woodsen.

-Mira, Harry, voy a ir directo al punto – advirtió – Yo no estoy de acuerdo que tú y mi hija se casen dentro de un mes… Yo quisiera organizar todo a la perfección, como comprenderás se casa mi única hija y no quiero que su boda pase desapercibida… Hay que comprar el vestido, invitaciones, agradecimientos… En fin, mil cosas que un mes no podré realizar con el cuidado que quisiera…

-Supongo que eso se puede solucionar con dinero… ¿Cuánto necesita? – preguntó Harry.

-Necesito hacer cuentas antes de darte una cantidad concreta – le explicó, fue cuando vio la oportunidad perfecta de sacar el tema de sus tratos a relucir – Y bueno, como la boda con mi hija ya es un hecho, pues yo quisiera que te hicieras cargo de nuestras deudas, como lo prometiste… Porque me imagino se ira contigo a tu gira por Europa, y quien sabe, podríamos vernos en problemas mientras ustedes no están…

-Está bien… Digame cuanto es el total de lo que deben y en este momento le firmo un cheque – indicó el chico, fastidiado con ese tedioso tema del cual había hablado con esa mujer cuando conoció a su prometida - ¿Puedo ver a Valery?

-Por supuesto – accedió Serena con una falsa sonrisa – Y por favor, Harry, recuerda  que ni mi marido ni mi hija saben de esto…

-Honestamente, eso espero…

-Los sentimientos de mi hija hacia ti son completamente sinceros, te felicito por haberla enamorado en tan poco tiempo, no cabe duda de que eres un muchacho sumamente especial – aseguró la mujer – Mi niña de oro nunca se enteró del dinero que nos has prestado ni nada de eso, como tú me dijiste en alguna ocasión, ella podría haberse sentido comprometida a aceptarte. Pero te juro que Valery no sabe nada…

Bodas de OdioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora