"Sorpresa"

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-Está bien- dijo Andrea y Catalina le sonrió. Luego se despidió y se alejó del comedor y mientras caminaba, sus zapatos rojos de tacón sonaban en el piso y la hacía notar ante los trabajadores de la empresa, quienes desde sus sitios, la miraban con recelo murmurando siempre cosas sobre ella, no precisamente buenas. Catalina lo sabía, pero se hacía de la vista gorda. Sin embargo de vez en cuando, disfrutaba humillando a algún empleado para que recordaran quién es la jefa.

Después de un duro día de trabajo...se relajó un rato en la tina y luego se sentó frente a su peinadora y cepillaba su larga cabellera castaña mientras su gato se paseaba por alrededor de sus piernas suaves y allí sentada desnuda con su cabello mojado derramando gotas delicadas que bajaban lentamente por su nívea piel, parecía el ser más inofensivo del mundo. Luego se colocó una bata de seda y abrió su gran clóset para buscar el atuendo adecuado para su cita. Escogió un vestido hasta la rodilla de color verde y con escote pronunciado para tentar a Andrea con el elíxir de su pecho redondo. Se sentía más viva que nunca y preparada para llevar a cabo sus deseos. Fue a buscar a Andrea y al recogerla en su casa sintió en su pecho algo que no había sentido jamás....ella lucía encantadora en un pequeño vestido blanco y zapatillas rosas...su cabello rojizo y corto reposaba ondeando en los hombros descubiertos que dejaban ver cierto lunar, y ahora no llevaba las gafas gigantes con las que solía verla en la oficina. -¡Estás hermosa!- le dijo Catalina mirándola y sintiéndose por dentro algo aturdida... jamás se había visto a sí misma como una mujer con inclinaciones lésbicas, pero Andrea despertaba en ella algo que ninguna otra persona había sido capaz de hacer.

Durante la película no hablaron mucho...y de vez en cuando se miraban y sonreían. Catalina se sorprendió al sentir la mano de Andrea rozando su pierna mientras se encontraban en aquella sala de cine. Se paralizó de tal modo que ni siquiera la miró...solo dejó que ella siguiera acariciándola cuesta arriba hasta su entrepierna. Catalina sentía el corazón retumbando en su pecho. Entones respiró profundo y volteo a ver a su acompañante. Ella la miraba desde su sitio con intenciones de besarla. Catalina repentinamente volteó la cara cuando sus labios estaban por tocarse y con una mano, con firmeza, alejó la mano de Andrea de su muslo.

-Sé que te gustó, seguro estás empapada- le susurró Andrea.

Catalina entonces se excusó parair al baño. Estaba sola, sin embargo se sintió observada. De repente,escuchó un fuerte grito venir de la salade cine donde ella estaba. Se dirigió allí y habían encendido las luces. Todos lospresentes estaban mirando en dirección a las escaleras, entonces miró: era unamujer muerta. Pudo ver la punta de unas zapatillas rosa en ella, intentabaacercarse, pero la multitud se aglomeraba, sentía una opresión inexplicable enel pecho... luchó para llegar más cerca del sitio y entonces la vio...


CatalinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora