Capítulo 6 ; "Deja que el universo lo solucione por ti"

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Siete días, ciento sesenta y ocho horas, diez mil ochenta minutos...

Solo una semana pido de tranquilidad y sin preocupaciones, tanto no pido.



Distrayendo mi mente con una revista de moda en mis manos, ojeando las imágenes por intervalos de cuatro segundos, esperaba a que Justin llegara a casa, de una vez por todas, recreaba unas ganas inmensas de sentir como sus brazos se amoldaban a su cintura, y la abrazaba provocando millones de mariposas dentro de su estómago, era la única persona que podía provocar aquello, en mí.

El sonido de unas llaves introducirse en el cerrojo, se escucharon, milisegundos después la puerta se abrió revelando a un Justin, agotado, suspirando tras cerrar los ojos, se apoyó contra ella y nuestros ojos se conectaron y una leve sonrisa se esbozó en sus labios y caminó hacia mí tras deshacerse de la chaqueta y depositarla sobre el respaldo del sillón.

Sin articular palabra, nuestros labios se unieron en un beso apasionado y sus manos se posicionaron tras mi cuello y parte de mi pómulo y un estremecimiento me recorrió de pies a cabeza, cada vez que me besaba de aquella forma, me hacía tocar las nubes, literalmente.

-Te he extrañado tanto princesa... -susurró sobre mis labios.

Sonreí y antes de volverlo a besar unas ganas terribles de orinar, me vinieron de repente.

-Necesito ir al baño... -comenté, levantando mi cuerpo del sofá. -Ahora vuelvo...

-¡Eres una meona! -gritó Justin, al momento de llegar al pasillo.

-¡Es lo que hay, estando embarazada! -grité de vuelta, soltando una carcajada al escuchar su risa.

Cerré la puerta del baño tras de mí y me bajé la ropa interior para hacer mis necesidades al momento de terminar sentí un dolor terrible sobre el abdomen y algo extraño para mí, salió disparado hacia el váter de un golpe, algo me hizo saber que eso no era normal, por lo que bajé mi mirada para observar lo que había ocurrido, y un jadeó salió de mis labios.

-¡Justin! -grité, con todas mis fuerzas.

Pasos rápidos se escucharon más fuertes conforme se acercaba a donde me encontraba, la puerta se abrió revelando el rostro de preocupación de Justin, preguntó lo que estaba ocurriendo y yo sin lograr retener las lágrimas, contesté sollozando.

-Creo que acabo de tener un aborto...

Mi respiración se volvió dificultosa al despertarme sobresaltada y intenté controlar mi respiración con pequeños ejercicios de respiración que Justin me había enseñado en su momento, desde que tengo uso de razón habitualmente me despertaba sobresaltada por algún mal sueño que no tenía nada que ver con la realidad, y había en ocasiones que hasta lágrimas se derramaban bajando por mis mejillas.

No tenía ningún motivo de por qué había tenido tal pesadilla, y realmente, no sabía si quería saberlo.

Al sentirme completamente relajada, aparté las sábanas de mi cuerpo y me levanté estirando mi cuerpo y caminando a la dirección del cuarto de baño, pasé por el espejo alargado que se situaba enfrente del armario, y retrocedí mis pasos al ver un notable bulto debajo de mi camiseta, fruncí el ceño, y la levanté para revelar que mi estómago estaba notablemente abultado.

Jadeé, en busca de aire, y corriendo hacia la cama agarré el teléfono para marcar a Justin.

Al segundo tono, cogió la llamada, adormilado.

-Buenos días nena... -gimió, despertándose de su ensueño.

-Para mí no son nada buenos. -comenté. -Será mejor que vengas a casa para comprobarlo.

-¿Pasa algo que me tenga que preocupar? -preguntó.

Suspiré. -Creo que sí. -comenté, cortando la llamada.

Los minutos pasaban y el timbre no sonaba por lo que me tumbé a lo largo de la cama y cerré los ojos y lo que no pensé es poder quedarme dormida en el acto, por lo que desperté por unos movimientos sobre mi cuerpo que me incitaron a abrir los ojos para saber quién era la persona que me estaba moviendo de un lado al otro.

-Justin... -susurré y observé el gesto de preocupación en su rostro.

-Dime que esa barriga son gases... -comentó, deseando que le afirmara lo dicho.

Negué con la cabeza. -No creo que esto sean gases, y olvidaré que me has llamado pedorra.

-No puede ser, mi tia confirmó que no estabas embarazada... -comentó, negando con la cabeza.

-Lo mismo pensé yo, pero esto tiene que ser un error. -pausé. -No puedo estar embarazada bebé...

Si de las malas decisiones nacen buenas historias, mi vida podría ser perfectamente un best seller.

Sollocé, y el me arropó en sus brazos por lo que me situé sobre su regazo y me calmó de un segundo a otro.

-Mañana por la mañana iremos a ver lo que pasa, y llamaré a mi tía para consultarle que iremos.

Asentí con la cabeza, sin articular palabra.

-Descansa y está vez deja que el universo lo solucione por ti.


*~*

N/A: SIENTO MUCHO LA TARDANZA POR SUBIR CAPÍTULO, PERO ESTUVE UN POCO DESANIMADA ESTOS DÍAS, Y NO TUVE TIEMPO NI GANAS DE ESCRIBIR EL CAPÍTULO, SÉ QUE ES CORTO, PERO QUIERO HACERLO ASÍ, YA QUE ES UNA MINIWEB Y PRONTO TERMINARÁ, PROBABLEMENTE SUBIRÉ DOMINGO O LUNES, IDK.


NOS LEEMOS.

xx

Pseudociesis CANCELADA {נυѕтιɴ&тú~мιnιweв}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora