-Creo que deberíamos movernos.
-Sí, están por todas partes. -mientras María hablaba se escuchaban los atroces ruidos y lamentos de almas devoradas por esos monstruos.
De repente los cristales de una ventana se escucharon romperse. Marc agarra rápidamente la linterna y la enciende apuntando hacia donde se escuchó la lluvia de cristales.
-Marc, detrás de mí. -el pequeño obedece y se coloca a las espaldas de mi hermana protegiendo también las de esta.
-Si no nos movemos dudo mucho que averigüemos que ha sido eso. -María posa su dedo índice sobre sus labios para indicarme que cierre la boca, a lo que yo respondo con mi mejor cara de odio.
Al ver que no tiene la menor intención de moverse del sitio, comienzo a andar hacia la habitación en la que se escuchó el ruido.
-Ana, ni se te ocurra.
-A buenas horas te preocupas por mí...
-No des ni un paso más.
-¿Crees que voy a esperar ahí a que ese bicho me devore? Quedarse vosotros, yo voy a mirar. -al decir eso los dos comienzan a seguirme a paso muy lento.
Al fin llego a la sala de donde procedía el ruido y doy un puñetazo a la llave de la luz sin recordar que se había ido.
-¡Ana! -oigo los pasos ligeros de María en mi dirección. -N-no... ¡Por Dios, Ana sal de ahí!
Al ver que estoy dentro de la habitación sin ninguna luz ni arma el pánico se apodera de mí. Mis pies reaccionan rápidamente intentando salir de la sala, pero la puerta se cierra bruscamente en mis narices. La linterna cae de mi mano y mis piernas se convierten en flanes, haciéndome caer al suelo. Alzo una mano al aire y la agito para espantar cualquier criatura que pueda estar oculta en la oscuridad, siendo consciente de que eso no hacía nada, mientras busco con la otra el aparato. Un siseo suena de repente a mis espaldas que eriza mi pelo, el aire deja de salir de mis pulmones y el corazón se me paraliza.
-So-co-rro. -digo en un susurro apenas audible antes de que la criatura clave sus garras en mi espalda desgarrándola por completo.
Mientras voy perdiendo el conocimiento noto como me arrastran hasta debajo de la cama. Lo único que escucho antes de desvanecer es una risita demente y escalofriante a mi lado.
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SOMBRAS EN LA OSCURIDAD
FantastiqueLa noche en que tocan a su puerta cambiará su vida para siempre. Ana tendrá que sobrevivir junto a sus hermanos María y Marc hasta que llegue el amanecer. Las reglas son claras: escapa de las sombras y sobrevivirás.