Gesto de amor

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Resignada aceptó la mano ofrecida y a pesar de la vergüenza que sentía se dejó ayudar pues seguía patinando por el hielo formado y esto le dificultaba aún más ponerse de pie.

-un simple hechizo antideslizante te evitaría estos papelones Granger- musitó cuando al fin pudieron ingresar al hotel- y un par de zapatos adecuados- agregó mirando las elegantes botas altas.

-sí, muchas gracias lo tendré en cuenta la próxima vez- respondió sarcásticamente Hermione mientras se quitaba el poncho de lana gris y lo sacudía para que pudiera eliminar los restos de nieve entonces lo miró a la cara por primera vez y añadió- Feliz Navidad Draco- lo llamó por su nombre ya que él había tomado la iniciativa.

Él solamente asintió y se despidió- adiós Granger.

-Espera- lo detuvo pero le daba la espalda- ¿te hospedas aquí?

-Vivo aquí- giró hacia ella y corrigió- en el penthouse y no te hagas la desentendida, si estuviste con tus amigas seguramente te pusieron al día con las gratas noticias- habló sin dejarla responder- entre ellas lo del alejamiento de mis padres así que evítate la incomodidad de disimular tu desconocimiento.

-Estoy al tanto Malfoy, en eso tienes razón pero una situación como la tuya no es grato para nadie que tenga un poco de sentimientos por los demás- se acercó a él y lo miraba con el ceño fruncido y hablaba un tono de voz elevado- ser expulsado de la familia es lo peor que le puede suceder a una persona, no importa la edad ni los motivos, se supone que allí, con nuestros seres queridos, es donde encontraremos la contención, el apoyo y la solución a los problemas, eso es la regla de una familia, Malfoy.

-Por si no lo notaste Granger, los Malfoy no somos una familia como la que describes, en la mía solo importaban las conexiones, el dinero, la pureza de la sangre, cuidar las apariencias y salir bien parado ante cualquier dificultad, los Malfoy siempre fuimos una mierda- explicó agitado por la furia que le causó que ella, su enemiga desde la infancia, le diera una clase de familia correcta o peor aún, le recordara que él no tenía una- Adiós....Granger- y sin esperar que ella refutara se marchó.

O0O0O0O0O

La fría mañana le dio la bienvenida, consultó la hora y aún tenía tres antes de la activación de su traslador, entonces decidió que caminar un poco la animaría antes de partir. Le había quedado un sinsabor por el encuentro con Malfoy, se sentía mal por él. A pesar de haber sido el malcriado horrible que la atormentaba en sus épocas escolares, también era un ser humano que necesita de afecto, aunque esto era lo que faltaba en su familia.

Hermione desayunaba en el restaurant del hotel cuando vió que Draco ingresaba a ese lugar pero no estaba solo, una hermosa mujer, alta, elegante, de larga cabellera dorada venía colgada de su brazo. Él, como todo caballero, le corrió la silla para que tomara asiento y cuando iba a ocupar su lugar recién notó la presencia de la castaña. Indiferencia total es lo que Hermione encontró en esa mirada que solo duró unos segundos. Evidentemente otra de sus conquistas, Draco no había perdido el estilo ni las costumbres- por lo menos no la corrió de su cama apenas se despertó- pensaba la nueva bibliotecaria y regresó a la lectura de El Profeta.

Unos instantes después se levantó para buscar su maleta de la habitación, reducirla y caminar hasta el Ministerio. Pasó cerca de la mesa donde estaban Malfoy y su eventual compañía pero Hermione ni siquiera volteó, aunque sentía claramente que la observaban.

Demasiado heridaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora