La miraba dormir tan plácidamente que no podía creer que estuviera así después de los bochornosos momentos que habían experimentado juntos un par de horas antes. La entonces indefensa mujer se acurrucó contra él y lo rodeó fuertemente con sus brazos y piernas, el rubio levantó una ceja y se removió incómodo en la cama. Tenerla casi desnuda pegada contra él, contra su torso desprovisto de ropa no ayudaba a su autocontrol por lo que se propuso pensar cosas feas, lamentablemente para él, no lo conseguía.
-maldita seas Granger – masculló entre dientes y sin pensarlo acarició con el dorso de su pulgar la desnuda espalda de la castaña. Ella suspiró contra su cuello y Draco cerró con fuerzas los ojos –piensa en Hagrid bailando con un tutú, piensa en Hagrid bailando en tutú, piensa en Hagrid bailando en tutú...-repetía como un mantra intentando apaciguar sus ansias masculinas cuando escuchó que la llamaban desde la sala.
Abrió los ojos de repente y con sumo cuidado quitó el brazo que lo apretujaba, después el muslo y se levantó de la cama para cubrirla con las mantas y evitar mirarla casi desnuda de nuevo. Salió despacio para no despertarla y notó que una de sus amigas la convocaba desde la chimenea, sonrió de lado y se encaminó hacia allí.
-¡Hermione, Hermione! –gritaba Ginny.
-señora Potter, podría tener la deferencia de bajar el volumen de su desagradable y chillona voz...aquí intentamos dormir – fue el saludo de Draco lo que provocó un sobresalto en ella.
-Malfoy....-lo inspeccionó detenidamente sin poder salir de su asombro- ¿qué haces en la casa de Hermione?- le susurró molesta.
-¿hace falta una explicación? –levantó una ceja.
-Por supuesto que hace falta –se pasó una mano por la cabellera-¿hace falta que vaya para allá y te interrogue? –le dijo muy seria- tienes un segundo para explicar tu presencia ahí...No me digas que ahora te aprovechas de mujeres pasadas de copa.
Draco no pudo evitar reír con ganas – ¡cállate, baja tú ahora el volumen que Harry puede escucharte y ebrio o no irá por ti! –El rubio carcajeó – ¡¡Malfoy!! –siseó indignada.
Sin dejar de reír le respondió – Weasley...relájate, es nada más que un mal entendido.
-¿así lo llamas ahora? – preguntó con sorna.
-por supuesto que no...fue un... accidente – habló con un poco de calma- Hermione está dormida, sin saber qué hicimos.
-no puedo creer que seas tan caradura, hazte un lado que voy para allá para que puedes marcharte – había tomado polvo flu.
-no es necesario... -tuvo que apartarse a un lado porque la pelirroja se apareció entre las llamas verde vistiendo un largo camisón con una bata a juego.
El rubio negó sonriendo de lado – estás a punto de explotar con esa panza.
-deberías ponerte algo de ropa... ¡y ten un poco de respeto! –se acomodó la bata y empezó a caminar hacia la habitación de su amiga.
-no suelo vestir ropa cubierta de vómito –Ginny se detuvo de repente y lo miró- ve a cerciorarte que ella está bien y regresa a tomar un té, voy a explicártelo pero solo porque eres su amiga –giró y se marchó hacia la cocina.
Al cabo de unos minutos dejaba dos tazas humeantes sobre la mesa, cuando Ginny ingresó con un pantalón de pijama en la mano – póntelo, me incomoda verte sin ropa.
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Demasiado herida
RomanceHermione estuvo ausente de su país por diez años, había estado con sus padres intentando sanar heridas físicas y emocionales. A su regreso deberá enfrentar un destino que la persigue. Draco está en busca del suyo y la encuentra a mitad del camino.