¿Ahora quien? \\ Cameron Dallas\Dylan O'brien\Jack Gilinsky.

Capítulo 36. (Parte 2)

Sofía's POV.

Cuando desperté la mañana siguiente, Damien y Briana no estaban en la habitación asique aproveché para darme una ducha rápida. Después me vestí para ir a la academia, me puse mis leggins negros con un top granate y mis nike run de color negro. Entré a mi baño a asearme y después de preparar mi mochila con lo necesario, fui a la cocina.

Me encontré con una imagen tan entrañable que no pude evitar sonreír. Damien tenía en brazos a Briana mientras le daba el biberón y María se encontraba de pie junto a ellos acariciando la cabecita de la pequeñita.

En cuanto María notó mi presencia, se acercó a mí.

- ¡FELICIDADES PUTILLA DE ESQUINA! –me dijo ella y me abrazó fuertemente.

- ¡GRACIAS GUARRILLA PELIMORADA! –respondí riéndome entre dientes.

- Luego lo celebramos en condiciones, tonta. Ahora tienes 10 minutos para desayunar e irnos. –dijo ella señalándome con el dedo.

Reí ante su tono de amenaza y comencé a servirme un vaso de leche. Lo cierto es que ver a María reñirme con esa gracia, me recordó a mi madre. Aunque hablaba con ella mediante mensajes, echaba de menos oír su voz. Desde que ocurrió lo de Briana, no la había vuelto a llamar y desde eso, había pasado más de una semana.

- Felicidades bella. 20 añitos ya pequeña. –susurró Damien en mi oído.

Me giré enseguida a verlo y dejé un dulce beso en su mejilla.

- Gracias Dami...

- Cuando volváis María y tú de la academia, lo celebraremos ¿sí?

- Sí...-mientras él hablaba, pasé mi mano derecha por una de las mejillas de Briana. La acaricié delicadamente mientras admiraba maravillada sus increíbles ojos.

- ¿Sabes Dami? Briana tiene lo mejor de los dos. Esos ojos...los ha heredado de Sara y esos gestos y sonrisa... de ti.

- Cierto. Es tan hermosa. –pude notar lo orgulloso que se sentía al decir esas palabras.

- ¡Sofía! Te quedan 3 minutos. –me advirtió María desde la puerta de la cocina.

Sin perder un segundo más, bebí mi vaso de leche acompañado de una magdalena. Sin terminar aun de masticar lo que tenía en la boca, María tiró de mi brazo y me sacó arrastras de la cocina mientras Damien veía la escena riéndose.

Cogí mi mochila y antes de salir del apartamento, fulminé a Damien con la mirada, aunque éste me devolvió una hermosa sonrisa. Cogí el autobús con María y durante el camino, comenzamos a charlar.

- Sof... en fechas como estás, echo de menos a los demás...-me susurró María.

- Lo sé, yo también. Pero las cosas han cambiado tanto... Que aún no me lo creo.

- Te entiendo, me pasa lo mismo... Hace un año celebramos tu cumpleaños con todos nuestros amigos mientras bebíamos y jugamos a nuestros típicos juegos y ahora... ahora lo celebraremos junto a Damien y el bebé. –ella suspiró.

- Wow, en un año como cambia todo.

- Ya te digo. ¿Recuerdas que aquella noche acabé liada con Adrián? –dijo María.

- Dios mío, como para olvidarlo. ¡Te pasaste la siguiente semana presumiendo de que por fin había sido tuyo! –dije riendo.

- Como para no presumir de que ese bombón terminara entre mis brazos. Bueno y de rodillas entre mis piernas...-susurró ella entre risas.