Cap. 4 Adaptarse

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Habían pasado demasiadas cosas en muy poco tiempo, ya no iba al instituto, Al decía que el mismo me prepararía para las pruebas de acceso de la universidad que quiera así que no necesitaba hacer nada hasta que decidiera que hacer con mi vida, cosa que por el momento era un misterio. Aunque los primeros días no era capaz de pasar mucho rato con el, con el paso del tiempo fui tranquilizándome, el no hablaba de cosas innecesarias e intentaba actuar como una persona normal, solo me explico algunas cosas básicas, como que los vampiros en días de sol tiene la casa tapiada para que no entre la luz solar pero como estos días llovía a mares no hacia falta cerrar las cortinas así que podía ver perfectamente el paisaje de fuera, después estaba su vida nocturna de la que nunca hablaba, alguna vez lo oí salir o llegar, pero no quiero preguntar. Ahora ya no me asustaba con tanta facilidad estando cerca suya, ya no temblaba, y si por algún motivo lo hacia el solo colocaba su mano en mi cabeza y me revolvía el pelo, de alguna forma ese acto suyo empezó a tranquilizarme. Aunque había cosas que no cambiarían pasara lo que pasara, las pesadillas seguían ahí, Al no estaba en casa cuando me ocurría pero los sirvientes lo pasaban mal para despertarme, pero siempre les e pedido que no se lo digan y así han hecho.

Hoy era una de esas noches en las que no podía dormir, había escuchado a Al irse y al poco me levante de la cama, un sirviente estaba fuera, como esperando a que tuviera que llegar a despertarme.

-Voy a dar una vuelta por la casa, vete a dormir -Comenten nada mas verlo ahí plantado.

El hizo una reverencia y se fue, yo cerré la puerta y empece a caminar.

Afuera había dejado de llover así que me plantee salir, tuve que volver a entrad dentro de mi habitación y coger unos zapatos. Una vez listo baje las escaleras en pijama verde menta y katiuskas negras.

La brisa nocturna era tan agradable, desde que conocía a Al no había podido volver a degustarla, ahora mismo me sentía tan vivo.

Camine por el césped mojado y observe la piscina, que, como todas las noches, tenía las luces encendidas, era hermoso verla.

Seguí caminando y observe el largo jardín, desde las ventanas se me hacia eterno pero ahora que estaba aquí era mas eterno todavía, podía ver unas cuadras muy al fondo y una pista cerrada preparada para montar ahí, había un bosque al fondo, pero no sabia si seguía perteneciendo al terreno de la casa o si ya estaba fuera.

En la zona del jardín izquierdo estaba un gran espacio acristalarlo que me imaginaba que sería un invernadero, estaba iluminado por algunas luces pero se notaba que debían de tener temporizador por que ya se iban apagando poco a poco.

Me decidí entonces a ir a las cuadras, no sabia si tenía animales y menos todavía había visto un caballo de cerca.

Camine sin mucha prisa hasta las cuadras, el césped mojado me había empezado a mojar algo el pantalón y sentía mis pies algo fríos pero no le di importancia, también se había levantado un fuerte viento que me hizo temblar mientras no llegaba a las cuadras pero me dio igual, una vez entre ya no sentía tanto frío.

Las cuadras eran pequeñas, solo había 4 espacios preparados pero solo había 3 caballos, el 1º era negro azabache, tenía algunas manchas blancas en las patas y una en la zona del ojo, tenía unos ojos verdes preciosos y era bastante alto, en la chapa de la puerta ponía Esmeralda así que era yegua, el 2º era de color gris moteado en blanco y con las patas mas oscuras, los ojos eran de color verde, igual que Esmeralda, y en la placa de la puerta ponía Ratón, este era mas bajito que Esmeralda, pero aún era algo alto, el 3º por el contrario era mas o menos de mi altura, un poco mas alto pero no mucho, era de color castaño y el morro lo tenía blanco, sus ojos eran del mismo color que su pelaje y en su placa ponía Chocolate, todos eran preciosos y, excepto Ratón, el resto se dejaron acariciar sin ningún problema.

De mi sangre, a tus ojos (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora