Cap. 7 Admitirlo y Superarlo

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Nunca mejor dicho, me desperté con un gran dolor en el trasero.

Cuando me desperté me encontré solo en la habitación de Al, me costo bastante levantarme, más aún vestirme, mis piernas estaban débiles y dolía a mares el solo hecho de moverme.

Al y yo lo habíamos hecho, mi primera vez había sido con el, aunque también lo había sido mi primer beso, pero esto lo sentía distinto, a demás de que yo era el que se lo había pedido, pero me preguntaba si hubiera sabido que a lo que se refería fuera "eso", se lo habría pedido?

Cuando conseguí salir de la habitación vi que las ventanas estaban abiertas aunque fuera de día, pero el tiempo volvía a estar algo revuelto y el cielo estaba gris.

Camine como pude hasta mi habitación para poder ducharme, no se me cruzo nadie y por las ventanas tampoco veía a ningún sirviente, la verdad me empezaba a preocupar.

Una vez llegue a mi habitación entre directamente a la ducha, me desvestí y metí toda la ropa en la cesta, antes de meterme en la ducha me mire en el espejo, estaba marcado de arriba a abajo de chupetones y algunas marcas de una mordida, pero aunque tuviera esas marcas podía decir que me había gustado, me gusto todo, incluso lo mas doloroso se convirtió en placer.

-Me gusto.. El? -Pregunte para mí mismo desviando la mirada del espejo.

Pero que se suponía que me gusto a parte de lo que me hizo sentir? Fuera de todo eso, el me gustaba? Yo le gustaba? O estaba solo jugando como le gustaba a el?

Mi cabeza rápidamente se convirtió en un lío de ideas que quise quitarme cuanto antes así que me metí en la ducha e intente olvidarme de todo, incluso de lo que había pasado esta noche, por muy difícil que fuera.

Una vez me había puesto un jersey amarillo pastel y un pantalón gris me seque el pelo. Me di de cuanta que había estado creciendo bastante, el flequillo empezaba a taparme de forma algo molesta los ojos y el pelo casi me llegaba a los hombros.

Para que no me molestara tanto me lo recogí en una pequeña coleta y salí de la habitación en busca dé alguien, aun con todo el dolor camine por toda la casa y no encontré a nadie, me empece a asustar más de no ver siquiera a algún sirviente. Mi ultima opción era ir a las cuadras y el invernadero, aunque fui primero al invernadero por que era el que quedaba mas cerca.

Al entrar no tarde en encontrarme con 2 sirvientes, me permito suspirar aliviado de ver a alguien.

-Desea algo señorito? -Preguntó uno dejando de atender a un seto al que le cortaba las flores mustias.

-Al, donde esta?

-En las cuadras señorito.

Y sin esperar mas me encamine a las cuadras, me costo llegar pero al final lo había conseguido. Antes de entrar escuche a un caballo quejarse y la voz de Al quejarse mas alto todavía.

Entre con algo de miedo por los gritos y me fije que en las cuadras no estaba Ratón. Camine hasta la puerta que daba a pista y me fije en una sirviente que estaba en medio de la pista sujetando una cuerda.

No veía a Al así que iba a entrar en la pista cuando un caballo paso veloz por delante de la puerta y casi me lleva por delante.

Del susto caí al suelo y grite de dolor, estaba claro que iba a tardar en volver a sentarme pero si andaba a golpes con mi trasero me iba a costar más todavía.

-Señorito! -Gritó la sirvienta al verme tirado en el suelo.

Ella camino veloz hacia mi mientras que yo seguía quejándome y no era capaz de levantarme.

De mi sangre, a tus ojos (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora