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Carlota :

Desperté al día siguiente al notar como algo pesado yacía a mi lado, junto a la cama. Era niall.

-¿Cómo has entrado?

-Por la ventana. Deberías cerrarla por las noches.

-Ya... ¿Qué haces aquí?

-Venía a acompañar a Zayn, ya sabes, el chaval se sentía mal después de haberle dicho eso a tu amiga ayer. No estuvo bien.

-No creo que Malena tenga ganas de saber de el.

-Zayn es persistente. -me aseguró.

Me levanté de la cama.

-Fuera.

-¿Qué? -dijo momentáneamente asustado.

-Me voy a vestir -dije empujándolo hacia fuera de mi habitación.

Saqué del armario varias prendas, pero ninguna me llamaba especialmente la atención. Saqué varios modelitos, pero al final me decante por una camiseta de flores de colores y unos vaqueros azul claro. Me dejé el pelo suelto y le abrí la puerta a Niall.

-¿Quieres ir a dar un paseo? -preguntó ocultando sus manos en los bolsillos delanteros de su chaqueta de cuero.

-No creo que tu y yo tengamos el mismo concepto de un paseo.

-No te pongas antipática, gatita.

Le saqué la lengua.

-Yo nunca soy antipática.

-Ya... claro. Vamos.

Agarré mi bolso y metí en el un monedero con algo de dinero y mi móvil. Le dejé una notita a Malena diciendo que había salido con Niall a dar una vuelta y que no tardaría en llegar.

Salí de casa con Niall escoltándome.

-Se suponía que daríamos un paseo juntos, no que yo saldría de la casa con un guardaespaldas.

-Encima que miro por tu seguridad -bromeó.

Andamos hasta el descampado en el que vi a Niall por primera vez, una vez allí entramos en una especie de cabaña de madera.

-Hey -dijo Niall al entrar por la puerta.

Tres chicos estaban tirados por el suelo fumando mientras veían en la televisión un partido de fútbol americano.

-¡Hombre Niall! No te vemos el pelo rubio mal teñido desde hace tres días. ¿Quieres algo?

-Las llaves de mi moto, Louis.

Louis le lanzo las llaves a Niall y este las cogió al vuelo. Levantó la mano en forma de despedida y ambos salimos de la cabaña. Niall rodeó la cabaña, junto a una esquina, estaba su moto. Se montó en ella y la arrancó.

-¿A que esperas para montarte? -preguntó divertido con una ceja alzada.

Rodé mis ojos y me monté en la moto. No sabía con exactitud a cuánta velocidad íbamos, pero casi seguro que sobrepasando el exceso de velocidad permitido. En pocos minutos, estábamos en un bosque alejado de la ciudad con una extensa vegetación y frondosos árboles.

-Wau - fue lo único que alcancé a decir mientras me bajaba de la moto

-Sabía que te gustaría.

-No esta mal -mentí.

El sonrió travieso y me guiño un ojo. Me tumbe en el césped y miré el cielo. Esto de noche debía ser precioso.

Criminal LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora