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Niall:

Vi a mi prima entrar en casa, y sin siquiera saludar se fue a su cuarto. A los pocos minutos bajó con una maleta grande llena de cosas.

- ¿Te vas de viaje? -pregunto mirando todo el equipaje. Ella mira las maletas y trata saliva.

-¿No te lo había dicho? -rió nerviosamente. -Me mudo.

-¿Adónde si puede saberse?

Si algo me había dejado claro mi tía era que como le pasará algo a su hija me mataba, así que tenía que estar al día de lo que le pasaba y adónde iría. Lo cual se hacía molesto para los dos.

-Me vuelvo con Carlota y Malena.

Me quedé de piedra. Mi prima iba a volver a la casa de mi ex... ¿Cómo se supone que debería sentirme esto?

-Ah... ¿Podrías hacerme un favor? -ella asintió.- No vayas a pensar nada raro, pero quiero que me digas las cosas que hace cada día. Es importante.

-¿Y eso por qué? Ella me ha dejado volver después de joderla.

-Tú hazme caso.

****

Carlota:

Tengo a Lucía y a Malena sentadas en mi cama. Malena para ayudarme con la ropa, y Lucía... En realidad no se que hace aquí, lo único que se es que no paraba de insistir para quedarse en la habitación con nosotras.

Me pongo el vestido ganador por las elecciones y me comienzo a hacer las planchas y a maquillarme.

-¿Adónde vas? -pregunta Lucía.

-¿Te pasa algo Lucía pareces nerviosa? -comenta Malena mirando a Lucía interrogante.

-¡Nada! ¿Qué pasa que no puedo hacer cosas de chicas?

-Tengo una cita -digo respondiendo a su cuestión anterior.

-¿Quien es el afortunado? -pregunta Malena elevando y bajando sus cejas.

-Derek. Es un buen chico..

-Bueno yo ya he tenido suficiente cursiladas de estas por hoy -dijo Lucía y se fue.

Cogí el vestido largo de color crema y me lo puse.

Terminé de arreglarme y justo cuando terminé de ponerme la última horquilla, Derek pegó a la puerta. Le abrí y ambos nos fuimos. Derek había elegido un reservado para nuestra primera cita, pero no era un reservado cualquiera. Había reservado una inmensa sala de celebraciones solo para nosotros.

La sala era como mi casa entera de grande. Estaba repleta de ventanales, lo cual, dejaba que la luz de la luna le diera un ambiente romántico. Había una mesa redonda para dos personas justo en el medio de la sala. La mesa estaba cubierta por pétalos de rosas rojas y velas. Justo encima de la mesa, colgaba del techo una lampara de araña en tonos plateados y negros.

Esto era sencillamente perfecto, nunca podría haber imaginado algo así.

Por un momento, me sentí fuera de lugar. Avergonzada, incluso. No iba demasiado elegante en comparación con todo lo que había preparado él. Me sentía ligeramente incómoda.

-¿Te gusta? -preguntó Derek mirándome con una sonrisa.

-Me... ¡me encanta! Esto es demasiado... Yo..

-No digas nada. Ven, vamos a cenar.

Me tomo la mano y me llevo a la mesa. Me senté y él frente a mí.

Tocó una campanita que había en la mesa y un camarero apareció justo frente a nosotros. No tenía ni idea de donde había salido, pero realmente tampoco me importaba.

Pedimos la comida. Él pidió algo de pescado para nosotros y no pensaba quejarme. Pidió vino.

Yo solo había probado el vino una vez, y no me había gustado. Es más recordaba haber odiado su sabor.

Derek me sirvió vino en la copa antes de que pudiera evitarlo. Comenzamos a comer y a hablar, él estaba siendo todo un caballero.

-¿Has probado el vino? Es de importación.

Tragué saliva.

-No.. aún no.

-Pruébalo, ya verás. -me animó.

Acerqué la copa a mis labios y olí el vino. Desde luego no me atraía para nada. Bebí un poco de vino y me lo tragué lo antes que pude. Estaba horrible, tal y como recordaba.

-¿Qué tal?

-Supongo que bien... No soy muy amante del vino. -susurré.

Él no pareció molestarse como yo pensaba que lo haría. A decir verdad, la velada iba estupendamente bien, incluso demasiado para mi gusto. Al terminar de cenar, Derek, me llevó a un inmenso balcón con unas grandes vistas. Desde allí, se podía ver gran parte de la ciudad.

Yo estaba tan embobada con aquellas maravillosas vistas, que ni si quiera me había percatado de que Derek se había ausentado unos minutos.

-Ya estoy aquí. -Dijo dándome una copa de champagne. -Sé que no te gusta el vino, pero pruébalo, enserio.

Le hice caso a regañadientes y le di un sorbito a mi copa. Realmente me había asombrado, estaba delicioso.

-¿Qué tal? -dijo con una sonrisilla traviesa. Esa sonrisa me recordaba tanto a... ¡Olvídalo, Carlota!

-Muy bien. Está muy bueno. Es tarde...

-¿Quieres que te lleve ya a casa?

-Puedo irme yo sola -Dije cortante.

-Oh... bueno...

Salí fuera de aquel lugar y comencé a andar hasta casa. Sabía que sería un camino largo, porque había venido hasta aquí en el coche de Derek y aún así habíamos tardado un ratito curioso, pero no estaba dispuesta a dejar que me llevara a casa. ¿Cómo había podido pensar en Niall estando tan agusto con Derek? Estaba enfada conmigo y con Niall por aparecer en mi mente en cada momento arruinando cada oportunidad que tengo de ser feliz.

Una hora después estaba frente a la puerta de casa, pero no quería entrar porque eso significaría las preguntas de Malena respecto a la cita y Lucía chinchándome como solo ella sabe hacerlo. Pero no, yo ahora solo quería estar sola, y pensar. Sobre todo pensar, tenía tantísimas cosas en las que pensar...

Criminal LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora