MalenaPegaron al timbre. ¿Quién será? No eran mas de las diez.
-¡Carlota, abre tu!
No oí respuesta. Me levanté y abrí la puerta.
Al ver quien había llamado me tapé la mano con la boca. Un chico bastante guapo, traía a Carlota en brazos. Estaba muy herida.
Le dejé pasar. Él entró como si estuviera en su casa. Pasó al dormitorio de Carlota, y la tumbó en su cama.
-Será mejor que la dejes descansar. Luego, curale las heridas y dale algo de comer.
-¿Qué... Qué le ha pasado?
El chico se rascó la cabeza.
-No lo sé muy bien. Unos chicos le estaban pegando.
Tras decir eso, el chico salió de casa.
***
Vi como Carlota abría lentamente los ojos.
-¿Cómo he llegado hasta aqui?
-¿No recuerdas nada? -pregunté.
-Sí... Él me recogió y luego... Luego creo que quede inconsciente.
-¿Qué te pasó? -dije cogiendo del suelo el botiquín para curarla.
Me lo contó.
-¿¡Eres tonta!? ¡A quien se le ocurre ir sola!
-Solo quería ayudar...
-¿¡Ayudar?!
-Creo que me han quitado las llaves de casa...
-¡Oh, genial! ¡Unos macarras violadores tienen las llaves de casa!
-Perdón... -dijo y comenzó a llorar-. Solo quería que nuestro viaje fuera genial y nadie lo estropeara.
Besé su frente y le Sequé las mejillas. Curé sus heridas mientras ella seguía pidiendo disculpas y susurrando el miedo que sentía.
Horas después de quedó dormida, y fue entonces cuando decidí terminar con esto. Me puse unos vaqueros, y una camiseta básica gris.
***
El descampado estaba vacío, tal y como la última vez que estuve allí.
-¡Niall! -grité furiosa y con los puños apretados.
El chico rubio y su amigo aparecieron detrás de mi.
-¡No volváis a acercaros a nosotras! ¡Nunca!
-¿Que pasa ahora?
-No os hagáis los tontos, ¡ibais a violar a Carlota!
-¿Qué? -dijo el rubio dando un paso al frente.
-¡No os hagáis los tontos! -dije y me puse ha darle puñetazos en el pecho al rubio.
Su amigo m cogio de las muñecas.
-No tuvimos nada que ver -aseguró.
-¿Qué le pasó? ¿Está bien? -preguntó el rubio.
-Más o menos -dije insegura.
-Quiero ir a hacerle unas preguntas -dijo el rubio con decisión.
-No voy a dejar que vayas. ¡Ni siquiera os conozco!
-Me llamo Niall -dijo mirando hacia la pared.
-¿Qué?
-Ya me conoces, ahora dejame ir.
-Pero... Bueno, toma -le di las llaves de casa, no muy segura de la decisión que estaba tomando. Él las cogio con rapidez, y se marchó.
-Yo soy Zayn, gatita.
Suspiré.
-No me llames gatita.
-¿Como te llamo entonces?
-Llámame Malena -bufé.
-Ven, te llevaré a un lugar.
Me cogió la mano y me llevó a un rincón del mugriento descampado. Una moto de color negra con llamas rojas estaba apoyada en la mohosa pared.
-¡Ese estúpido de Louis! ¡Le dije que no dejara la moto aqui! -dijo enfadado.
Miré a la moto y luego a Zayn. Jamás me montaría en una moto, y menos con él.
-Vamos, ¿a que esperas? -preguntó Zayn, que ya estaba montando en la moto.
-No pienso subir ahí -dije señalando el vehículo de dos ruedas.
-Lo harás -fruncí el ceño-. Vamos, no te pongas así, no es peligroso. -me aseguró.
Pasé una pierna por la moto, y quedé sentada sobre ella.
-No vayas muy rápido -dije, pero hizo caso omiso a mis palabras y salió a toda velocidad.
Un grito se escapó de mi garganta, y mis manos fueron instintivamente a agarrarse a la cintura de Zayn. Pude notar su sonrisa jocosa desde atrás, pero decidí dejarlo pasar.
Diez minutos después estábamos en lugar que olía a cigarrillos y a neumáticos quemados. El olor de ese lugar era aún peor que el del descampado.
Bajé de la moto, y Zayn hizo lo mismo.
-¿Qué vamos a hacer?
-Carrera de motos -respondió el con tranquilidad.
-No pienso participar -aseguré.
-Oh, sí, lo harás conmigo.
Me agarró de la mano y me llevò, a lo que identifique, como un punto de salida para la carrera.
Ambos nos montamos en la moto y la carrera comenzó.
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Criminal Love
Hayran KurguUn viaje, una continúa tentación, amores que matan y falta de dinero. Eso es lo que le espera a estas dos chicas al emprender su viaje a italia.