Capítulo 18 La aldea

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-¿Dónde... estamos...?- balbuceé

Me había despertado en una clase de carruaje en movimiento, seguía sin poder moverme, pero podía hablar. Delante de mí estaba mi hermano, quien hace un tiempo no sabía que existía. Estaba demasiado agotada como para atacarlo, le estaba mirando fijamente a los ojos.

-Vamos con nuestro padre, se alegrará mucho de verte-

-¿Mis amigos?-

-Vivos, si eso preguntas, están en el otro carruaje- me explicó, sentí un alivio al saberlo, aunque la vez una gran ira contra Siu-. Aunque al hada no pudimos atraparle, luego lo haremos

-Eres un bastardo, cómo te atreves, ya verás, nos buscarán y te derrotaran- amenace, no muy segura de sí misma. Siu dio una amarga risa

-Alice, padre siempre me ha contado de ti; tan obstinada y terca, eres igual que antes-

-Pues hasta ahora es que sé de ti, aunque sabes qué? Me gustaría nunca haberlo hecho- él me miró ofendido

-¿Por qué dices eso?- mi ira creció, un dolor se formó en la palma de mi mano. Mi runa.

-¡En serio tienes que preguntar! Justo cuando pensaba que algo realmente bueno me ocurría, vienes tú y me secuestras junto con mis amigos ¡Vaya mierda!-

-¡Tranquilizate! No te he lastimado, simplemente va a ser como una reunión familiar, Alice, nada dañino-

Si no estuviera inmovilizada, le hubiera atacado con todas mis fuerzas para cerrar su maldita boca. Y se me encendió el foco.

-Vale lo siento, pero... podrías hacer que... me vuelva a mover? Me siento incómoda así- noté un segundo de duda en sus ojos, me miró serio por un rato, se encogió de hombros, y me sonrió

-Está bien, haría todo por mi hermanita- y me soltó. Podía moverme, sin embargo tenía todo el cuerpo dormido. Force una sonrisa

-Gracias, nunca me dijeron que eras tan estúpido-

-¿A qué te refieres?- preguntó confundido

-A esto- le lance un látigo de agua que le debió de dejar con un dolor de cabeza, y con una fuerte lluvia repentina rompí la ventana del carruaje, abrí la puerta desde afuera- Adiós maldito idiota

Y salté a la noche. Siu me habia mentido; no había otro carruaje. Lamentablemente salté mal y caí sobre mi brazo izquierdo. Al levantarme, me posicione frente a un frondoso bosque, no lo pensé dos veces, me adentré en él lo más rápido posible. Escuchaba los gruñidos de los engendros buscándome, corría sin saber a dónde ir, agarrandome el brazo herido.

Los escuchaba más cerca. Tenía que hacer algo, o el psicópata de mi hermano me atraparía. Paré de correr y afine la vista, talvez un lugar donde esconderme... una cueva o algo. Nada de eso, encontré un árbol, lo suficientemente estable para escalar.

No podía escalar con mi brazo herido, tenía que ingeniarmelas para poder subirlo. Una escalera. Pero no una normal, una de agua. Concentré denuevo todo mi poder a la runa de mi brazo, con cada pisada aparecía un escalón, a ese paso podría escapar de los engendros sin problema.

Cuando llegué a la copa del árbol me sentí llena de triunfo, había aprendido a hacer nuevas cosas en dos días sin ayuda de nadie. Miré con atención a movimiento en el suelo, por más pequeño que fuera, no importaba, podría ser cualquier amenaza. Las antorchas se movían de un lado a otro, sentía gran pánico porque me encontraran.

Después de un tiempo, las antorchas se fueron por donde vinieron, dejándome completamente sola. No tenía idea de qué hacer, no sabía cómo sobrevivir en un bosque. Estaba perdida y mojada, me sentía de lo peor; había llevado a mis amigos a una trampa.

Los 6 Elementos ~EDITANDO~ NO LEER HASTA NUEVO AVISODonde viven las historias. Descúbrelo ahora