3. Miradas bonitas

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*JOHN*

Me revuelvo en mi cama para estirarme y apagar el despertador, la vida en la casa comienza temprano. Me levanto y luego de ducharme me visto y arreglo. Salgo de mi cuarto y doy una mirada furtiva a la derecha y me siento tentado de despertar a esa pequeña chica de cabellos rojos y mirada furiosa. Me adentro en su cuarto y la descubro dormida en la cama, dormida y con los audífonos en sus oídos. Su largo cabello rizado cubre casi toda la almohada y sus largas pestañas negras descansan sobre sus rosadas mejillas. Estiro una mano y le toco tiernamente la mejilla, al no despertar procedo a soltar una pequeña risa y luego sacudir su hombro.

-despierta dormilona- digo en un tono cantarín, sus bellos ojos verdes encuentran los míos y me miran con curiosidad

-¿qué hora es?- ella pregunta soltando un gruñido

-la vida aquí comienza temprano cariño- le doy un beso en la frente y luego me dirijo a la puerta -levántate, empezaremos su entrenamiento hoy- le sonrió y salgo por la puerta

Bajo las escaleras y me encuentro con Dylan y frunzo el ceño ¿Qué hace él aquí arriba?

-¿Qué haces aquí Dylan?- pregunto en tono fuerte

-Wow, no sabía que los hermanos se trataban tan calurosamente- dice él en tono sarcástico

-ya te he dicho que no somos hermanos- le digo en tono fuerte, el ríe y me mira

-no me importa lo que digas. ELLA piensa diferente- su tono burlón no puede hacer otra cosa que irritarme, por tanto luego de mirarlo mal sigo mi camino a la oficina de Steve. Toco tres veces y luego de un suave "pase" me adentro en su amplia oficina; y allí se encontraba él, sentado en una pequeña silla color café cubierta con terciopelo rojo.

-qué noticias me tienes John- me pregunta con un tono de superioridad

-las chicas tienen habilidades muy similares; son como gemelas- me acerco y me siento en una silla parecida a la de aquel hombre

-eso lo sé querido, me preguntaba si ya habías convencido a Sumer y a Winter de quedarse permanentemente- levanta sus grandes ojos aguamarina u me mira fijamente

-no se los he mencionado- digo bajando la cabeza

-ya puedes retirarte- dice él volviendo su mirada al periódico

Salgo con pequeños pasos de la habitación y me dirijo a la cocina para comer algo. Esta casa es jodidamente grande por tanto es imposible no encontrarse con alguien dentro de la cocina, ya que es como nuestro punto de encuentro. Saco una manzana de la nevera y unos huevos de la alacena. Revuelvo los huevos, los cocino para luego servirlos en un plato. Corto la manzana en cuatro pedazos y me meto uno a la boca, saco un pastel de la alacena y lo pongo en una bandeja, al igual que los huevos y los pedazos de manzana. Levanto mi bandeja y salgo de la cocina para dirigirme al salón de lectura.

Una vez allí cojo el libro de la mesa y lo abro, me meto un pedazo de huevo a la boca y mastico. Al acabar todo mi desayuno y casi la mitad del libro me levanto para llevar la bandeja a la cocina; salgo con bandeja en mano y me topo con Adisson.

-¿Cuántas veces debo decir que odio mi nombre completo?- me mira con una expresión divertida y yo suspiro, genial leyó mi mente

-meterse en la mente de la gente sin permiso es grosero Addie- digo divertido

-¡cállate! Tú lo haces todo el tiempo con esa chica nueva- la nota de reproche se nota en la voz de la chica

-tú tienes a Harry y también lo haces, no puedes reprocharme nada- levanto una ceja y ella me mira con los ojos entre cerrados

-es diferente, yo intento no hacerlo- me mira y yo sonrió

-como sea- digo y paso de largo con dirección a la cocina

Al llegar allí una figura alta y esbelta llama mi atención, sus ojos encuentras los míos y siento como una sonrisa tonta se pinta en mis labios. Sumer.

*SUMER*

Luego de levantarme y vestirme fui a buscar a mi hermana, ella estaba en un amplio jardín entrenando con un chico de cabello negro y ojos grises, se veía feliz y tranquila además la conexión entre nosotras me dejo sentir un profundo gusto por aquel chico. Sin embargo ella también pudo sentirme cuando fui a saludarla, por tanto se alejó del chico y me acompaño a la cocina por algo de comer. Al llegar allí me encuentro con los ojos azules de John, quien me sonríe abiertamente. Yo desvío la mirada y sigo con el par de platos que tengo en frente. En uno echo un poco de granola y en el otro arroz soplado.

-¿yogurt o leche?- sé que es estúpido preguntar ya que sé la respuesta. Sin embargo lo hago para que ella no se sienta incomoda

-yogurt- ella me mira con una sonrisa y yo le dedico una mirada asesina

-buenos días- dice John y se dirige a mi hermana para besar su mejilla de la misma manera que lo hizo conmigo la noche anterior. Se acerca a mí y me susurra en la oreja

-mis besos para ti son únicos- ¡mierda! Leyó mis pensamientos. Me dedico una mirada furiosa y le entrego en cuenco a mi hermana

-gracias- luego de meterse la primera cucharada de granola en la boca - ¿vamos a entrenar hoy?- pregunta ella ¿Cómo sabe ella eso?

-en efecto. Terminen y luego las llevare a la sala de entrenamientos- John me dedica una sonrisa y luego mira a mi hermanita -estaré en la sala de lectura. Búsquenme allí- al decir esto sale de la cocina dejándome con mi hermana y su irritante sonrisa de oreja a oreja

-cualquiera que tenga dos dedos de frente podría darse cuenta de que a ese chico le gustas- suelto un suspiro

-no seas ridícula. Y si fuera así mi único trabajo aquí es protegerte. No andar de coqueta con chicos que me miran bonito.- mi tono es duro y sé que no debería hablarle así, pero últimamente no soy la misma de antes. Como dije antes los papeles se cambiaron.

Como Fuego y HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora