CHAPTER 1

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Narra Denise:

Estaba tumbada en mi sofá, en mi querida casa de mis padres. Ok eso suena mal, no es mi casa, es la de mis padres, pero ellos nunca están, por asuntos de trabajo, así que yo soy la única que la entretiene, junto a los sirvientes. Mejor dicho yo lo único que hago en esa casa es dormir, comer, hacer mis necesidades y ver la tele.

Igual que un niño pequeño.

Pero ese no es el tema.

Bueno estaba tumbada en el sofá escuchando música, el último tema de R5, pero como siempre alguien tiene que destruir mis felices pensamientos.

Me quite los cascos y visualice un tipo delante de mí.

­-¿Quién le ha dejado entrar a este?

-Linda, lo primero que te digo es, que tengo nombre, y lo segundo, eres muy maleducada.

-¿Has venido a enseñarme como portarme chico listo? Porque déjame decirte que pierdes el tiempo.

-Señorita, el es Christopher, su...-no acaba de decirme mi criada...

-Mi que Marta, dímelo ya.

-Su guardaespaldas.

-¿¡Que dices, estás loca!?

-Si linda, soy tu guardaespaldas, así que háblame bien.

-¿Pero por qué? ¿De quién me tengo que esconder para que este tarado tenga que cuidar de mi?

-Marta me puedes dejar solo con la señorita, le tengo que informar.

-Claro señor, yo ya me iba, ya sabe, tengo que limpiar. -La pobre Marta esta tartamudeando y mientras se giraba el desconocido le giñaba el ojo.

-No le guiñes el ojo.-dije

-¿Celosa?-dice el.

-¿Debería?

-Hm... quizás sí.

-No voy a pelearme contigo.

­-Eso significa que si que estas celosa.

-Eso no significa nada, pero si eres tan idiota en pensar eso no me rebajare a tu altura, eso te quería dar a entender.

-No me gusta que me vacilen.

-Es lo que tiene, un día llega alguien que te saca de tus casillas, y si vas a ser mi guardaespaldas, vas a tener que soportarme, a no ser que quieras irte y no volver, que también sería una buena opción.

-No te libraras de mí tan fácilmente, pero te agradezco haberlo intentado.

Le mire con mi súper ultra mega potente mirada asesina y hablé.

-Y bueno sobre que querías informarme.

-No es nada, pero esa criada tuya me comía con la mirada y bueno quería librarme de ella porque ya tengo otros planes.

-Pobrecilla, se lo diré.

Me encaminé a decírselo a Marta pero al pasar por su lado me agarro de la cintura y me dijo en el oído...

-No te conviene hacerlo, linda.

-¿Me lo impedirás? -dije casi en un susurro ya que su aliento sobre mi oreja no ayudaba mucho...

Empezó a besar mi cuello, pero después de varios segundos, recordé quien soy, la Denise fría y solitaria, que no quiere a nadie a su lado...

Lo empujé pero no se movió...

Lagrimas ya se estaban acumulando en mis ojos...

-Por favor, suéltame. -dije en un susurro casi inaudible.

Él al oír eso me soltó, despacio y yo me aleje unos metros.

-No me vuelvas a hacer eso, en tu vida ¿te enteras? En tu santa vida me vuelvas a hacer eso.

Lágrimas caían sobre mi rostro.

Estaba aterrada, otra vez los recuerdos.

¿Quien se creía este tarado?


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