La conversación con el inspector no fue nada interesante. La única conclusión a la que pude llegar es que ni siquiera un hombre con su cargo se salva de la degeneración a la que se somete la raza día a día, mes a mes, año a año... Pronto seremos mamíferos bípedos que habrán perdido las capacidades del habla y razonamiento mientras volvemos a la caverna de la que, tal vez, nunca debimos haber salido.
Refexiono sobre estas y otras cosas mientras camino hacia mi casa. Decido tomar un autobús que me deje algo más cerca. Quiero tener tiempo para bajar al parque un rato. Anhelo volver a verla hoy. Su imagen no deja de aparecer en mis pensamientos.
Espero en la parada. Hay varias personas junto a mí. Todas miran con ansia en la dirección en la que debe venir venir el autobús. Algunas de esas personas echan ojeadas furtivas a sus muñecas, observando la hora en sus relojes. Yo les observo a ellos. Lo hago con disimulo. No quiero que piensen que soy un loco. Sólo observo. Miro.
Hay dos señoras bastante mayores con algunas bolsas. Hablan en bajo entre ellas y no apartan la mirada de la calle. Cerca hay una mujer de mediana edad. Por su aspecto creo que se cuida bastante. Hace deporte. Viste ropa elegante pero no demasiado cara. Un intento de mujer triunfadora de cuarenta y tantos. Su pena es que se ha quedado en eso, un intento. No debió de tirarse al consejero adecuado en su empresa. Te equivocaste y ahora no sólo no tienes el puesto que deseabas, sino que has dejado que un maldito cerdo podrido de dinero te la metiera, tú a cuatro patas y él sujetando tu cintura, con los calcetines puestos. Mala suerte.
Un chico joven, de unos 18 años también está esperando. Lleva una mochila. De vez en cuando deja de mirar al infnito y clava sus ojos en la mujer. Se la está follando con la imaginación. Escucha música. Miro sus ojos. Casi se puede ver a través de su cabeza vacía. El poco cerebro que gasta está repleto de mierda, basura. No culpes a la sociedad de tu escaso valor intelectual, chaval. Eres tú el que decides lo que ves en cada momento. Eres puta escoria. Eres el futuro de una raza sin esperanza. Eres su epitafo.
Por fn llega el ansiado transporte. De repente todos parecen activarse. Empiezan a moverse con disimulo. Miran hacia otra parte y van dando pasitos cortos, intentando llegar los primeros a la puerta ya casi abierta del autobús. Permanezco allí de pié, parado, esperando mi turno. Recibo empujones. El chaval ha conseguido el primer puesto. Enhorabuena, animal. Lo observo todo y una sensación de ira se apodera de mi mente. Estoy a punto de agarrar a cualquiera de ellos y aplastar su maldito cráneo contra el cristal de la puerta. Tengo que controlarme. Finalmente decido ir a casa andando. Creo que iré directamente al parque. Seguro que ella está allí, esperando. Creo que me estoy volviendo loco.
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Yo psicópata, diario de un asesino
Mystery / ThrillerMi nombre es Carlos. Ningún médico ha podido diagnosticar oficialmente mi enfermedad, nadie excepto yo, es consistente de mi estado. Si la gente supiera lo que me pasa no se acercaría a mi. Ustedes dirán que soy un psicópata con tendencias asesinas...