Capítulo 9.

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«Terminamos»

Amatista se echó a llorar ahí mismo. Había pisado hasta al fondo, y habia herido a Perla y Peridot, aunque no fuera su intención. Y a pesar de que le doliera tanto, tenía que terminar ese noviazgo. No había mejor lugar, debía dejar a Perla. Era peligroso estar cerca de ella.

Era una cobarde, una total cobarde que ya no podía más con el peso de esa relación. Ya no era capaz con ese amor, debía ponerle punto final.

Cada uno de los débiles pasos que daba era como otra punzada de dolor y culpa. Llegó al templo, un extraño temor se apoderó de ella.

Quería huir.

Pero entró, y con ayuda de las cascadas subió a la habitación de Perla.

Ella estaba en un rincón. Tan débil, tan frágil...

—Perla —dijo en voz tan baja, que incluso dudó de que la aludida la hubiera escuchado.

Pero no. Perla la estaba mirando. Sus ojos vidriosos, que mostraban su tristeza, también mostraban ira.

—¿Por qué... es-estás aquí? —Su voz también se escuchaba quebrada.

—Perla... debemos... hablar —dijo sin cambiar su tono de voz.

—¿Sobre qué? ¿Eh? ¿Hablar de que ya no me amas? ¿Hablar de tu amor por... Peridot? ¿Que me quieres dejar? Si es sobre eso Amatista, es mejor que te devuelvas por donde viniste —le dijo. Estaba de pie frente a Amatista.

—Sabes que va a llegar el momento en que lo tendremos que discutir.

—¡Pues este no es el momento, Amatista! ¡Créeme que no es el momento!

Perla de nuevo se sentó en el suelo. Sostenía su cabello con desesperación y angustia, ¿pero qué más daba? Ni siquiera podía obligar a Amatista a que sintiera lo que sentía. No podía.

—Perla... por favor...

—Está bien, Amatista. Está muy, muy bien, ¡terminamos! ¿Contenta? ¡Ter-mi-na-mos! Puedes irte ya... —murmuró para después quebrarse de nuevo.

—¡No quiero que sea de este modo! Yo... perdóname Perla, perdóname. No me gusta herirte así, es más, lo odio. Pero... tampoco puedo callar lo que siento, es inevitable...

—Lo entiendo Amatista, vete ahora —la interrumpió. Perla le estaba dando la espalda.

—Perla, escúchame. Esto también es difícil para mí, —Se puso detrás de ella— me duele verte así. Me duele herirlas, por mis tontos sentimientos. Lo siento, espero, por favor, que no me odies y que tampoco la odies.

Amatista salió de la habitación dejando a Perla peor que antes.

«Debería odiarla. Pero ni siquiera puedo hacer eso».

[...]

Peridot estaba frente al lago que había visitado horas antes, acompañada de Garnet.

Tenía los pies metidos en el agua y su brazo derecho también disfrutaba del tacto. Algunas de sus lágrimas caían al lago.

«Las gemas terrícolas son tan complicadas, ¿en qué momento me convertí en parte de esto? ¿En que momento me enamoré de ella?»

Hundió su cabeza en el lago, y pudo observar las siluetas de algunos peces nadando, asustada se apartó rápido y por error chocó contra un árbol de manzanas, lo que provocó que alguna de ellas le cayeran encima. Gruñó molesta.

Aún con su mano en la zona afectada, miró al horizonte. El sol se alzaba entre las montañas con un fulgor sorprendente. Todo el horizonte se pintada con matices amarillentos, y era hermoso para contemplar.

Peridot se aventuró a caminar más allá, con la imposible esperanza de llegar a las montañas. Todos los pasos que daba, los daba sin temor. Como si ese territorio fuera suyo y nada ahí pudiera dañarla.

Caminó, caminó y caminó. El tiempo se fue al caño para Peridot, no le importaba cuanto tiempo hubiera estado caminando. Pero el sol ya estaba en el medio, clara señal de que era medio día.

Tanto caminar fue en vano. Al final se convenció de que no podría llegar a las montañas, al menos no ese día. Y supo que no debería estar tanto tiempo fuera, Garnet podría enfadarse.

Se escuchaba gracioso y extraño decirle Garnet, pero, ¿qué más daba?

Dio media vuelta y se regresó justo por donde había venido. Se sentía refrescante caminar ella sola, y aclarar sus pensamientos.

Casi, casi, olvida lo de Amatista. Casi.

Sus ojos se ensancharon al ver a Amatista, Amatista, recostada en un árbol. La estaba mirando, y más que eso parecía analizarla. Tenía el semblante serio y estaba cruzada de brazos.

—¿Por qué sigues saliendo del granero? ¡Me preocupas! Eso no es divertido... —Y ahí, ella trataba de fingir que nada pasó. Cosa que enfureció un poco a Peridot.

—Mira, Amatista... no creo que este sea un momento adecuado para hablar. No actúes como si nada hubiera pasado. Eso tampoco es... divertido.

—Tienes razón Peri. No hablemos entonces. —Se acercó a ella y la alzó de nuevo para abrazarla con mucha fuerza.

—Amatista...

Shh... dijiste que no hablaríamos.

El nerviosismo de Peridot era tan claro como el agua, así que Amatista, con un movimiento rápido la puso en sus hombros y con un silencio sepulcral emprendieron camino de vuelta al granero.

[...]

Mis pequeños Blackies <3

Qué tal este capítulo lleno de feels por parte de este triángulo amoroso?

Vieron que cambié la portada? Les gusta? 7u7

ESTOY TAN FELIZ POR TODAS LAS LECTURAS QUE TIENE ESTE FIC!

Y TAMBIÉN PORQUE MIS PAPÁS ME COMPRARON CAZADORES DE SOMBRAS EN FÍSICO!! *-*

Quisiera hacerles una pregunta:
¿De qué país son? Yo soy de la hermosa Colombia c:

Capítulo para Amethyst510 porque es una Blackier activa, eres un amor <3

Y también para Xzyawesomeadventures (Creo que así se escribe xD lo siento u.u) También eres un amor <3

Los amo a tooodooos

Con amor <3

-BD.

Aprender a amar ||Steven Universe || Amedot ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora