Capítulo 13.

1.4K 129 112
                                    

«...»

—¡Es Yellow Diamond! —gritó Peridot con más fuerza al ver que nadie reaccionaba.

Había algo extraño. Pensó que las gemas la defenderían, pensó que su Amatista la defendería. Pero no.

—Llévatela, Yellow Diamond -dijo Garnet— . Pero déjanos en paz.

—Sí, llévatela —gritó esta vez Amatista abrazando a Perla—. Perla yo te amo tanto, dejemos que Peridot sufra en el homeworld mientras nosotras compartimos fluidos.

...

¡Bua! —gritó Peridot mientras despertaba de golpe.

Todo había sido un sueño. Le tomó un par de segundos tranquilizarse y analizar que estaba en los brazos de Amatista.

—¿Qué sucedió, mi nerd? ¿Tuviste un mal sueño? —preguntó la gema púrpura aún con los ojos cerrados y abrazando con más fuerza a Peridot.

—¿Eh? Sí... su-supongo.

—Todavía no amanece, durmamos un poco... más.

Amatista cayó dormida y Peridot se sonrojó. Se veía tan tierna durmiendo así, tan indefensa. No pudo evitar acariciar el rostro de Amatista, quería sentir su belleza en sus manos. Le acarició la nariz, y luego la mejilla.

Sonrió al ver como esta se estremecía. Y sin siquiera percatarse de nada, Amatista se había impulsado hacia delante para capturar sus labios, en un suave beso que duró poco.

—Mi nerd —murmuró y volvió a besarla.

Así, Peridot se dio cuenta de algo. Tal vez, ella en realidad amaba a Amatista. Era su primer amor. Su primer amor fue el enemigo, y no se arrepentía para nada.

¡Que se joda Yellow Diamond! ¡Que se joda el homeworld! Ella amaba a su Amatista, y eso no iba a cambiar. Por lo menos no por voluntad propia.

[...]

Ya había amanecido, el amanecer que ya no era un vil sueño de Peridot.

Al parecer, Perla ya le había explicado a Garnet cómo controlar el taladro. Y de despedida, la fusión había cocinado un pastel de chocolate, que Amatista y Steven ya estaban devorando.

—Solo espero —habló Garnet— que cuando regrese, el templo esté en perfecto estado. No quiero peleas. Asegúrate de que la armonía se mantenga Steven.

Garnet subió al asiento.

—¡Oh! ¡Casi lo olvido! —advirtió la fusión— Steven, tú quedas a cargo.

—¡Entendido! —dijo Steven con su saludo de soldado.

—Suerte, Garnet —se despidió Perla.

—Que te vaya bien, Garnet. —También Amatista se despidió.

—Éxito en la misión, perma-fusión.

Garnet les dio una brillante sonrisa a todas y luego de asegurarse de estar en el punto correcto para taladrar, oprimió el botón de encendido.

Aprender a amar ||Steven Universe || Amedot ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora