~Capitulo 8~

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Después de dos días en el hospital, finalmente dieron de alta a Aome. El doctor les entregó a Inuyasha y Aome algunas notas médicas sobre el problema de hemoglobina de Aome y las posibles señales de anemia severa. Aome se estaba preparando para irse cuando su madre entró en la habitación.

—Aome, Inuyasha, ¿ya están listos? Ya es hora de irnos —dijo la mamá, observándolos con una sonrisa.

—Sí, mamá, ya casi estamos listos —respondió, mientras intentaba levantarse de la cama, pero Inuyasha la detuvo gentilmente.

—Aome, espera. Déjame ayudarte —dijo con voz suave.

—Gracias, Inu... —murmuró Aome, agradecida.

Llegaron a casa después de unos minutos. La mamá de Aome salió a comprar algunas cosas, dejando a Inuyasha y Aome a solas. Cuando Aome abrió la puerta, Sota corrió hacia ella y la abrazó.

—¡Hermana! ¿Cómo estás? ¿Dónde está mamá? —preguntó Sota emocionado.

—Sota, estoy bien, gracias. Mamá fue a comprar algunas cosas —respondió Aome, sonriendo.

—¿Por qué tuviste esos mareos, hermana? —preguntó con preocupación.

Aome se sonrojó y vaciló por un momento.

—Eh, pues... es que... tuve esos mareos porque... hmm... estoy... —dijo, tratando de encontrar las palabras.

Inuyasha interrumpiendo despreocupadamente lo soltó—Está esperando un cachorro mío —dijo con naturalidad.

Sota quedó inicialmente confundido hasta que Aome confirmó la noticia con palabras más claras. Entonces, la confusión de Sota se transformó en alegría y emoción desbordante.

—¿¡En serio!? ¡Entonces vamos a tener un bebé en la familia! —exclamó Sota, radiante.

Sota abrazó a Aome con entusiasmo, mostrando una sonrisa que iluminaba su rostro.

—Esto es increíble, hermana. ¡Voy a ser tío! —dijo con alegría.

Inuyasha miró a ambos con una mezcla de orgullo y felicidad.

—Sí, Sota. Aome y yo vamos a tener un bebé —comentó Inuyasha, sonriendo.

—¡Eso es genial! ¿Ya saben si será niño o niña? —preguntó con curiosidad.

—Todavía es muy pronto para saberlo, pero estamos muy emocionados —respondió Aome, emocionada.

En ese momento, el abuelo de Aome apareció en la sala, habiendo escuchado parte de la conversación.

—¿Un bebé? ¿Vamos a tener un nuevo miembro en la familia? —preguntó con voz temblorosa, pero con una gran sonrisa en su rostro.

—Sí, abuelo. Inuyasha y yo vamos a tener un bebé —confirmó Aome, emocionada.

El abuelo se acercó a Aome con pasos lentos pero decididos y la abrazó con ternura.

—¡Esto es maravilloso, Aome! ¡Estoy tan feliz por ustedes! —dijo, con lágrimas de alegría en los ojos.

Mientras conversaban animadamente, Sota se emocionó aún más y comenzó a pensar en todas las cosas que podrían hacer juntos con el bebé.

—Oye, ¿y si le enseñamos a pelear como tú, Inuyasha? —sugirió con entusiasmo.

—Eso sonará bien. Pero primero vamos a cenar con tu mamá y celebrar esta noticia —dijo con una carcajada.

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Al día siguiente, Inuyasha y Aome se prepararon para volver a la era feudal después de una noche de emociones intensas y planes para el futuro. Aome se despidió con lágrimas en los ojos de su abuelo, su hermano Sota y especialmente de su madre, quien le recordó tomar sus pastillas y estar atenta a cualquier señal del médico.

Tu me cambiaste la vida (InuxAome)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora